Moribundo y debíl, Misaki se encontraba en la cama de un hospital mientras que a un lado de él se encontraba Takahiro hablando con un médico hacerca de su delicada situación.
—Él ya no hace nada, ahora solo duerme... A pesar de que ya lleva un año aqui, parece que no se esta esforzando... Me temo...—.
"¿Están hablando de mí?"
—No diga cosas así... Él es joven aún... Es mi hermano ¡No quiero que esto suceda!—.
"¿Nii-chan?"
—Entienda que no podemos hacer nada, su sangre esta demasiado debil a pesar de que ya aplicamos todos los tratamientos posibles, no da resultados satisfactorios... A este paso, solo quedaria esperar—.
—No... ¡No! Tienen que hacer algo, él es lo unico que tengo—. Takahiro se negaba a aceptar que su hermano se iria pronto.
—Lo siento, pero por el momento seria bueno dejarlo asi, esta demasiado debíl y necesita descansar—.
"Perdoname Nii-chan... Yo no..."
Misaki sintió una mano acariciando su cabello.
—Tranquilo, todo esta bien...—. Susurró a su hermano, quien tenia los ojos cerrados, le dio un pequeño beso en la frente. —Duerme un poco ¿Esta bien? Te veo mañana—.
Takahiro salió de la habitación dejando a Misaki solo. Al cabo de unos minutos, el chico pudo abrir los ojos. Se sentia cansado y tenia dificultad para respirar.
—Ah, Kamisama... ¿Vas a llevarme ya?— Se preguntó a través de la respiración entrecortada.
Su pecho estaba agitado, su pálida piel habia perdido el color de la juventud. Lo único que quedaba vibrante eran sus ojos. Esos bonitos ojos esmeralda que incluso con la muerte cerca, estaban esperando... Un rayo de amor, incluso por última vez, aunque fue un poco terco y oculto su verdadera "identidad", y asi no sentirse tan solo a la hora de partir. Suspiró.
—¿Es cierto que las personas homosexuales... van al infierno?—. Llevó su mano a su fragil pecho. —¿Me voy al infierno?—. la ventana de su habitación estaba un poco abierta dejando que la brisa entrara.
—¿Realmente me ire pronto? Pero yo no puedo...—. Hizo una pausa y cerró los ojos. Aceptando que era realmente el final de sus cortos 18 años. —Soy debíl—. Sus delgados labios se convirtieron en una sonrisa.
—Si me vas a llevar ya... ¿Puedo pedir un último favor?—. La brillante luz de la luna callo sobre el joven, cerca de su pecho. —Sí... Un último favor... ¿Puedes?—. La blanca luz se desvaneció y unos segundos más tarde explotó en una luz cálida, llenando cada rincón de la habitación.
Y a través de sus ojos, Misaki vio un milagro.
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Solo dos deseos - Usagi x Misaki #MA2017
Short StoryMisaki tal vez no nació para poder quedarse más tiempo, y en su lecho de muerte solo tenía dos deseos. Usami Akihiko, un hombre que había llegado tan repentinamente a su vida, y a quién no le importó el tiempo que quedaba trató de cumplirlos. Ganado...