Solo dos deseos - Usagi x Misaki #MA2017

IV. Gracias Usami-san

Akihiko comenzó a correr hacia donde el adolescente estaba esperando, pero frenó repentinamente, dejando caer el oso lentamente al suelo.

—¿Misaki?—.

Él ya no estaba allí.

Abrió los ojos y lo que vio fue el techo de la habitación.

—Lo sabía...—. Misaki susurró bajo su respiración pesada.

El sabía que sólo habia sido un sueño muy bonito. Sintió como sus ojos comenzaban a arder. La sensación de vacío que sentia en su interior era demasiada. Pero a pesar de eso, estaba agradecido de tener un sueño muy dulce por última vez.

—¿Estoy aqui de nuevo?—.

Sus cálidas lágrimas caían por las comisuras de sus ojos verdes, mojando la almohada blanca. Él no necesitaba un espejo para ver, él sólo podía sentir la pesadez de su alrededor, que estaba de vuelta a la realidad. Sonrió un poco.

—Usami Akihiko... Un nombre de principe—. Dijo Misaki entre dientes. —...Gracias por un sueño tan maravilloso—.

Poco a poco giro su cabeza hacia la ventana un poco abierta. La luna era grande y brillante. Misaki exhaló con cansancio. Podía sentir que eso era todo, el final estaba realmente allí. Cerró los ojos, su oido estaba trabajando fuertemente. Podía oír los sonidos inestables sobre el suelo que se escuchaban cada vez más cerca, pasos rápidos y fuertes vibraban en sus oídos, que luego se detuvieron en la puerta.

—¡¿Quién eres tú?!—. Escuchó gritar a Takahiro.

El chico abrió un poco los ojos alarmandose. Incluso hacer esa pequeña tarea de abrir los ojos le resultaba muy dificil.

—¡Hey señor, no puede hacer eso!—. Sonaba la voz preocupada de una enfermera, con miedo de que hicieran una conmoción y despertaran a todos los enfermos de los otros cuartos.

De pronto la puerta se abrio en un suave crujido. Entonces lo vio ahi de pie, ¿Acaso sus ojos estaban mal?.

—¿Usami-san?—. Misaki sopló en un hilo de voz.

—Dios...—. El hombre alto se safó de Takahiro quién lo tenia tomado del brazo.

Se arrodilló delante de la cama y puso su mano en la frente de Misaki. Con sólo una mirada, sabía que sería la última noche del chico.

—Esto no...—.

Takahiro estuvo a punto de lanzarse a Akihiko para sacarlo de ahí, pero Misaki asintió lentamente indicandole que todo estaba bien, a lo que no hizó más que quedarse de pie en la puerta.

El débil Misaki acostado en la cama giró la cabeza en otra dirección a pesar de serle muy difícil ya.

—No mires...—. Rogó Misaki. —Me veo terrible...—.

Usami agarró una de las manos palidas del chico y se la llevó a los labios.

—Yo sabía que oí Takahashi Misaki antes... Done a este hospital hace poco... No sabia... Que uno de sus pacientes fueras...—.

—¿El parque temático no fue sólo un sueño?—. Trato de articular Misaki, pero Usami sólo pudo leer sus labios. —¿Cómo iba yo a saber que no era sólo un sueño... ¡Por supuesto que es real!—.

La habitación se llenó de la cansada pero suabe risa de Misaki. No dijo nada y sólo lloró allí como un niño pequeño. Akihiko se mordió el labio inferior y le acaricio el cabello a Misaki, miró por la ventana y luego se hacerco a la oreja del chico.

—¿Quieres bailar?—. Le preguntó en voz baja, una lágrima salió y cayó en el cabello de Misaki. —Vamos... ¿Ese es tu primer mejor sueño verdad?—.