Capítulo I

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El amor. Un gratificante sentimiento. Para algunos, más que eso, es una forma de vida. Para otros, al contrario, no es más que un síntoma de enfermedad psicológica.

Sean cuales sean las experiencias vividas a lo largo de nuestra existencia, en algún momento nos hemos visto sumisos en esa sensación, sin importar lo corto o largo de su duración.

Cabe destacar (o recordar) que el amor no se limita al sentimiento hacia una pareja. Aunque muchos lo crean o no, nosotros podemos transmitir amor hacia alguna cosa u objeto, o incluso ideologías.

Efectivamente, como se suele escuchar, el amor es un sentimiento muy fuerte, pues el mismo es capaz de modificar la forma de pensar de una persona. Esto, nuevamente, puede ser benéfico para algunos y, para otros, perjudicial.

Lo curioso es... ¿Por qué puede ser bueno y a la vez malo? O ¿Por qué para algunos sí es grato y para otros no? He ahí el dilema...


Sentir amor es algo realmente indescriptible. Y ser correspondido, para muchos, sí que es algo verdaderamente inimaginable.

Sentirse amado es algo muy conmovedor. Pero, ¿qué sucede cuando no sabemos manejar estas situaciones o cuando las mismas, de un momento a otro, se nos escapan de las manos? Llegan millares de sentimientos contrariados.


Dependiendo de la personalidad de la persona que lo experimente, esto incluso puede acabar en una catástrofe. Es por ello y más razones que, para este numeroso grupo de personas, el amor se vuelve un sentimiento indeseable...

Tragedias amorosas (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora