Dulce y salado (Zeuspan)

5-Abrazo inesperado

David se quedó de pie, mirando como el moreno se alejaba hacia -supuestamente- su casa. Agachó la cabeza, cerró los ojos intentando no llorar. Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y las manos en sus ojos. Era inevitable no llorar. Primero se tiene que mudar, luego su novio lo deja y ahora Cristian lo trata así de mal sin algún sentido. ¿Por qué todas las desgracias le están pasando a él?

El pelirrojo se fue en busca de Cristian y la rubia se agachó en cuclillas, mientras le frotaba la espalda al chico intentando que se calmara. Le dolía ver a las personas de esa manera, y más si eran tan inocentes y buenas como David.

-Ya está, David. Solo... ya sabes cómo es- resopló-. Aunque os conozcáis de poco, sabes que es muy borde cuando quiere...-David levantó la vista con los ojos rojos, encontrándose con la mirada de la rubia.

- ¿Cuándo quiere? Siempre es borde conmigo. ¡Siempre!. Desde el primer día que vine aquí intenté llevarme bien con él, ¿sabes? -Bajó de nuevo la mirada- ¿Y qué he conseguido a cambio? ¡Que me odie y me trate así de mal!

David no sabía que el pelirrojo había vuelto a traer -a la fuerza- a Cristian. Básicamente para que viese lo que habían provocado aquellas palabras sobre el catalán.

Tampoco sabía que Zeus había escuchado todo lo que había dicho el chico sobre él. Y tampoco sabía que se sentía fatal por hacerlo sentir así.

Cristian estaba detrás de David, y mientras éste lloraba, imitó la posición de la rubia y lo abrazó por la espalda rodeando su cintura. Apoyó un lado de su cara en la espalda del catalán y cerró los ojos.

-Tú, pelirrojo. Vamos más hacia delante. -dijo Ro con cierto tono de impotencia.

-A mí no me mandas rubita.

-Como no vengas y los dejes solos te juro que te doy tal hostia que te quito el color pelirrojo. -la rubia cogió el brazo de JP y lo llevó a un sitio un poco más alejado de los otros dos.

Zeus se separó de David.

- ¿Y eso? -David se giró, aun sentado en el suelo. El moreno se sentó igual, quedando cara a cara.

-No lo sé. Un impulso- contestó con la misma frialdad de siempre-. Oye, lo siento. -agachó su cabeza avergonzado. Espera, ¿avergonzado? Cristian nunca se había sentido así. ¿Por qué ahora sí?

-No hace falta que te disculpes. Sé que soy un incordio y que no te caigo bien...

-He dicho que lo siento, ¿vale? -Se levantó aun mirando a David-. Vamos, enano. -se dio media vuelta y se dirigió hacia los otros dos. A David se le escapó una dulce y bonita sonrisa.

Una vez pasó la tarde entre bromas, peleas y trabajo, era la hora de que los tres chicos volvieran a sus casas. Estaban recogiendo sus cosas hasta que un sonoro trueno se escucha, acompañado de un rayo y bastante lluvia. En cinco minutos, el cielo se volvió de un tono oscuro y la lluvia comenzó a caer con aun más potencia.

- ¿Y yo como vuelvo a casa? ¡Mis padres no van a poder recogerme aquí! -dijo la rubia frustrada, mirando como las gotas de agua caían por la ventana.

- ¿Y si te quedas a dormir? A mí no me importa y mi hermano se ha ido a casa de alguien a dormir. Y si tú quieres obviam...-y la rubia de nuevo, no le dejó acabar la frase.

- ¡Me encantaría! ¡Fiesta de pijamas! -dijo entusiasmada, con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Tienes hueco para uno más? -preguntó JP un poco avergonzado y con las mejillas aún más rojas de lo normal.

- ¡Claro! Encantado de que os quedéis.

-Yo debería irme a casa...-Zeus cogió un asa de su mochila y se la colocó en un hombro.

-Cierto, se me olvidaba que tu casa está al lado. Espera, te voy a buscar un paraguas para que no te mojes de camino. -dicho eso David subió corriendo las escaleras en busca de un paraguas para Cristian.

-Oh vamos, ¡quédate! Será divertido. -intentó convencer la rubia al andaluz.

-Venga, no seas aguafiestas. -el pelirrojo habló esta vez. Cristian quedó pensando.

- ¡David! -Chilló desde el salón-. ¡No hace falta que traigas el paraguas! ¡Espero que tengas sitio para mí!

Sé suave,
No dejes que el mundo
Te haga duro,
No dejes que el dolor
Te haga odiar.
No dejes que la
Amargura robe
Tu dulzura.

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oh god esta frase es muy de la novela xD

Más tarde otro capítulo que prometí :3