06 de agosto.

220 32 3
                                    

     Ayer fue un buen día, exceptuando la parte de que me encontré con que el chico del bus que había robado mi atención tenía novia. Después de comer pizza y mi banana Split junto con Gary subimos a la universidad y para nuestra fortuna el profesor que nos tocaba no había asistido porque se encontraba enfermo. Así que llegué a casa temprano.

— ¡Oriana despierta! — Y una vez más mi madre queriendo levantarme a las 8 am un día sábado.

—Déjame dormir mamá. —Dije mientras me cubría mi cabeza con la almohada.

—Hoy toca limpieza en casa hija.,—Decía mientras me halaba la almohada.

—Mamá, ¡tú eres imposible! —Gruñí mientras me levantaba.

    Me dirigí al baño, donde me di la mejor ducha de mi vida, la disfrute al máximo. Luego fui y me vestí con un short corto y una camiseta larga; si, era mi vestimenta de limpieza, coloque música electrónica y venga, empezó la limpieza al mejor estilo de Oriana.

    Me di mi tiempo en limpiar la biblioteca, pues tenía muchísimos libros, arregle las habitaciones y limpie la cocina, del resto se encargó mi madre.

    Me volví a dar otra ducha y me puse en plan de chef; prepare el almuerzo, un intento de pasta carbonatada.

    Al servir la mesa, almorzamos mi madre y yo; después de eso me fui directo a mi computadora, revisando mis redes sociales y chateando con mis amigos, quienes me contaron que Gary y su novia habían peleado y la causa de su pelea una vez más era yo, enserio me enojé muchísimo y decidí alejarme por completo de Gary, pues yo no sería el causante de un rompimiento entre ellos.

—¡Hola Ori! —Dijo Michelle mientras entraba a mi habitación.

— ¿Y eso? ¿Tú, aquí? —Pregunte extrañada.

—Le dije a tu mamá que vendría. —sonriente expresó Michelle. — ¿No te lo dijo?

— ¡Ah! Seguro lo olvidó. —sonreí.

—Vamos a una fiesta hoy. —Pestañeando, y subiendo sus hombros más que como pregunta, dijo con imposición.

— ¿Fiesta? O será más bien ¿Discoteca? —Dije enmarcando mis cejas.

—Es lo mismo, da igual. Tú entendiste. —Volteando sus ojos de mi dijo Michelle.

—Lo siento! Pero no Michelle. Esa etapa de ir a la discoteca, la superé. —Fruncí el ceño.

—Siempre de aguafiestas. Mejor me voy. —Enojada me dio la espalda.

Michelle se fue de la casa y yo me tiré en mi cama a ver una película. Pero no estaba nada concentrada en la película, el chico del bus robó una vez más mis pensamientos, es que como era posible que un desconocido se haya robado mi completa atención, tanto que aun cuando veo a otros chicos guapos como me era costumbre de mi parte, ya ni los detallo o tengo pensamientos un poco pervertidos con ellos. Ese chico se había adueñado de mis recuerdos, pensamientos y ¿emociones? Si, emociones. Aun cuando me enteré que tiene novia.

Pero, ¿qué sabía acerca de él? Solo pocas cosas.

Nombre: El chico del bus

Edad: 22 años

Ocupación: Estudiante de medicina

Dirección: Miraflores

Y lo que era obvio, era muy guapo, con una voz hermosa y sumamente atrayente.

Me pregunto qué pensará él de mí, la mayoría de nuestros encuentros estaba como una indigente, casi que me faltaba el cartel amarrado a mi cuello de "deme una limosna" y la vez que estaba súper bien arreglada, es decir ayer, el se encontraba con su novia, de hecho físicamente hacían la pareja perfecta, ¡que frustrante era esto!

En ese momento mis pensamientos son interrumpidos por una llamada telefónica a la cual contestó algo dudosa pues no tenía el número registrado.

—Hola, ¿quién habla? —Dije al contestar la llamada.

—Bff necesito hablar contigo. —Era Gary.

—Ya me enteré de tu pelea con Victoria. ¡No deberías de estar llamando! —Dije enojada.

—Sabía que dirías eso, ¿tú crees que voy a permitir romper nuestra amistad por los celos obsesivos de ella? —dijo mientras lanzaba un suspiro.

—No seas tonto, primero fue sábado que domingo. Es decir, yo soy domingo y victoria sábado.

—Ella me cela de todo el mundo, y yo a ti te aprecio mucho y aunque nuestra amistad no es la misma, quiero recuperarla. —Dijo con voz tierna.

— ¿porque me estás diciendo esto? —Pregunte desconcertada.

—Termine con victoria. —Su voz se quebrantó en ese momento.

— ¿Qué? ¿Cómo es posible? ¿Por mi culpa? Gary vale. —Me entristeció saber eso.

—No fue tu culpa hermosa, hay algo que tengo que hablar contigo en persona. —Su voz creo incertidumbre en mí.

— ¡Nos vemos mañana! —Dijo.

— ¿Me lo estas preguntando o me lo estás exigiendo? —Dije

—Te lo estoy exigiendo Oriana. —Dijo con seguridad.

—Sabes que no permito que me quieran exigir algo. —Replique.

—Oriana, por favor. —Suspiro.

— ¡Esta bien! Nos vemos mañana. —Dije resignada. —¿Dónde nos veremos?

—Yo, te escribiré un mensaje temprano diciéndote el lugar. ¿Está bien?

—Está bien. ¡Hasta luego!

—Hasta mañana. —Dijo despidiéndose.

Termine de hablar con Gary por teléfono.

Luego de eso decidí no pensar más ni en el chico del bus ni en Gary y su novia o bueno al parecer su ex novia. Me acosté y empecé a mirar una película romántica, y ¡Rayos! Como me gustaría tener una historia de amor como la de esa película, pero yo pertenezco al mundo real, no al ficticio y las historias con finales felices no existen! Como siempre digo, prefiero los comienzos felices. De tanto pensar y pensar me quedé dormida.


¡Gracias por leer!♥

El chico del bus®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora