07 de agosto.

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      Sonó la alarma, pues si tuve que colocar alarma porque no soy de levantarme temprano un domingo, bueno, ¿Quién se despierta a las 6:30 am un domingo?, Tenía que tomar el bus a las 8:30 para llegar a las 9:20 a Biocafe. Me dirigí al baño, cepille mis dientes y me di una buena ducha; Empecé a buscar que ponerme y decidí optar por un Jean tubo talle alto con una camisa manga larga blanca con estampados coloridos, me coloque unas converse blancas y alise mi cabello para luego hacerme unas minis ondas en las puntas, me hice un maquillaje fresco, muy de niña buena. Revise mi teléfono y allí estaba el mensaje de Gary con la dirección del lugar donde nos veríamos, era en un lugar llamado "Chocolate Café" al cual yo nunca había ido. Mi mama no se había despertado así que no me despedí de ella, me dirigí a la parada del bus a esperar, pasaron 35 minutos para ser exacta para que lograra tomar un transporte, pero por suerte este era un metro bus, tenía aire acondicionado y puestos muy cómodos, incluso de esos donde puedes sentarte con alguien y verlo cara a cara.

    Me senté en uno de esos puestos que a mi parecer son buenos para las parejas y buenos amigo, pero me senté en el que desde él puedes verle la espalda al chofer.

— ¡Hola!

      Tenía en ese instante al chico del bus frente a mí, al parecer ya estaba en el bus cuando me subí, pues había caminado de la parte atrás hasta sentarse frente a mí.

— ¡Hola! —Conteste sin ninguna emoción. Pero qué emoción podría tener si el tenia novia.

—Parece que es una costumbre encontrarnos, y más en el bus. —Dijo mirándome como si tratara de descubrir algo en mí.

—Si, al parecer. —Le dije mientras quitaba mi mirada de él, me intimidaba un poco como me miraba.

—Estas hermosa hoy. ¿Vas a verte con tu novio? —Pregunto al mismo tiempo que llevaba su mirada a la ventana del bus.

— ¿Novio? —Solté una sonrisa. —Yo no tengo novio.

—Devolviéndome la mirada rápidamente como un flash dijo. — ¿De verdad? ¿Y el chico del café?

— ¿Por qué preguntas por él? ¿Estas celoso? —Dije sin pensar en mis palabras.

— ¿Celoso? —Dijo mientras su rostro se sonrojaba.

No sé por qué rayos dije eso, ¡qué vergüenza!

— ¡Es broma! —Dije con una falsa sonrisa.

—Puede que tenga algo de razón esa broma. —Dijo con picardía.

— ¿Y porque alguien que tiene novia, celaría a otra chica y más a una que es una desconocida?

—Acercándose a mi rostro. —Primero, no tengo novia. Y segundo, no eres una desconocida.

Estaba mega nerviosa en ese momento, eso no lo causaba cualquier persona. Sentí tranquilidad cuando dijo que no tenía novia.

— ¿Y la chica del café? —Pregunte.

— ¿Estas celosa? —Dijo él con ironía.

—No, no tendría porque que estarlo. —Gruñí en ese momento.

—Con una sonrisa pícara me dijo. — ¿Por qué soy un desconocido?

— ¿Me estas respondiendo con mis mismas palabras?—Pregunté con sarcasmo.

—Tu mama tenía razón, eres muy inteligente.

—Recuerdas la pregunta que nos hicimos mutuamente de ¿hermanos o novios? —Pregunto mientras miraba su teléfono.

—Sí, lo recuerdo. ¿a qué viene eso?

— ¡Novios!

— ¿Qué? —Dije desconcertada.

—Mi respuesta es Novios, me gustaría que fuéramos novios.

Me quede perpleja ante tal respuesta. Era increíble que el dijera eso, aunque era lo que quería escuchar, pero solo eran días de conocerlo.

—No me sorprende tu respuesta. —Dije al mismo tiempo que le regalaba una sonrisa.

—Sí, lo sé Oriana. —Tomo mi mano y dijo —Tu nombre me gusta.

— ¿Cómo sabes mi nombre? —Pregunte desconcertada. —No recuerdo habértelo dicho.

—Tu amigo lo dijo, en el café. ¿Recuerdas?

—Entiendo. ¿Y tú nombre? ¿Cuál es tu nombre?

—Es gracioso ¿no? Hemos hablado muchísimo pero nunca nos intercambiamos los nombres.

—Sí, así es. Y lo más gracioso son los encuentros casuales que tenemos, es como si fuera.

—No termine de hablar cuando él dijo. —Destino. Es nuestro destino conocernos.

—Sí, eso iba a decir. —Estoy segura que mi rostro se colocó como un tomate, no podía verme, pero lo sentía.

— ¿Es bueno o malo eso?

—Será como cada uno lo vea, y yo lo veo bueno.

—Me gusta como hablas, y al igual que tú, también lo veo bueno.

— ¿Por cierto, a dónde vas?

—Yo, voy a Chocolate Café.

— ¿De verdad? —Sonreí. —Yo también voy a ese lugar.

— ¿Casualidad o destino? —Preguntó él mirándome fijo a los ojos.

— ¿Destino? —Dije más como pregunta que como respuesta.

—No, hermosa. Esto fue dispuesto por mí. —Su mirada seguí fija en mí.

—No entiendo. —Dije confundida y desconcertada

—La chica con la que estaba es mi hermana y ella es amiga de tu amigo, y le pedí a ella que hablara con tu amigo para que se diera este momento y la cita que tienes en Chocolate Café es conmigo, no con tu amigo.

— ¿Estas bromeando no? —Dije riéndome

—No, no es broma. A veces hay que tomar responsabilidad en nuestro destino y se me dio la oportunidad, y aquí estoy siendo responsable.

—No estoy entiendo absolutamente nada.

—Pues que estoy seguro que tú eres mi destino. Y sé que tú has pensado lo mismo.

—Esto es irreal. —Dije cubriéndome el rostro con mis manos.

—El quito mis manos del rostro y dijo —Ven, es momento de bajarnos.

Bajamos del bus quien nos dejaba justo al frente de Chocolate Café, había una mesa reservada para nosotros y nos sentamos, mientras nos traían unos juego de naranjas.

—Ahora es momento de conocernos mejor. —Dijo el sonriente. —Sin prisas por tesis, o por llegar a casa.

—Sí, me parece bien. —Dije sonrojada.

—Por cierto, mi nombre es Santiago.

Bueno este es el final de esta pequeña historia. Espero les haya gustado y espero sus comentarios.Enserio prefiero sus comentarios a las estrellas, me da una especie de emoción leer sus comentarios.

¡MUCHAS GRACIAS!♥

El chico del bus®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora