Era una tarde tranquila donde la melancolía y depresión que me rodeaba se desvanecía mientras veía el atardecer de un brilloso sol, su luz radiante chocaba contra el parabrisas del auto de mi padre. Bajé el vidrio de mi ventana, saqué un poco la cabeza, el aire chocaba contra mi rostro, casi no podía abrir los ojos, era muy agradable la brisa que sentía, para mí no hay nada mejor que sentir una brisa fresca y un sol cálido juntos, respiré hondo el aroma de la naturaleza que me rodeaba, podía oler los pinos con sus hojas rociadas por la lluvia y un ligero olor a menta. Cerré los ojos, sentí que lloraría, decidí recostarme de la puerta del auto y sentir el placer de aquel momento ya que me alejaba de mis pensamientos y de "aquello" que no recordaba. La carretera estaba solitaria por eso mi padre iba tan rápido. A su lado "maquillándose" se encontraba mi "Madrastra" Mánely; parecía un payaso, se pintaba demasiado.
Al parecer nos tuvimos que mudar porque mis padres no tenían dinero, aunque no sé si ese es el motivo y tuvimos que irnos a casa de un familiar que se encontraba muy lejos de la ciudad.
Recuerdo con claridad a los niños de mi escuela, me sorprendió tanto que se despidieran de mí, yo no trataba a nadie, no hablaba mucho. Aun así los extraño a todos, incluyendo a mi maestra, ella era estricta, pero por primera vez en mi vida la vi demostrar cariño, mientras se despedía de mi secaba sus lágrimas, creo que no todos los maestros son malos.
Tomo un álbum de fotos de mi morral que está a mi lado. Entonces la recuerdo a ella, a mi madre, la mejor mamá del mundo... Siento un dolor en mi pecho, tengo muy pocos recuerdos desde que mamá murió, no lo sé, es raro, a veces vienen a mi cabeza recuerdos extraños, y no dejan que duerma.
Pero ahora tengo que vivir con mi papá y soportar a su novia Mánely. —Fijo una mirada de odio en ella—.
Siempre me trata mal, cuando puede me arruina el día, me critica todo el tiempo, me regaña, me grita o me hace sentir mal y me jala muy duro las mejillas, pero cuando esta con mi padre se vuelve de una manera muy extraña "cariñosa con migo", (aunque no disimula mucho) y eso realmente me molesta.
Mi padre es muy despistado, cuando me enfermo tarda días en darse cuenta que algo va mal, todas las noches toma cerveza con sus amigos. Sale de casa en la noche con Mánely, llegan muy tarde y a veces me dejan sin cenar; las noches son muy solitarias y tristes, desearía que él estuviera mas tiempo con migo, para darme las buenas noches, compartir... Esas cosas. No importa cuántos juguetes me compre, él no sabe lo que realmente necesito. A veces nuestra vecina, la Sra. Marta habla con migo, me invita a entrar a su casa, me da galletitas que ella misma hace y me cuenta cosas sobre mi madre y la vida. Ella ha hecho que madure mucho.
—Has madurado mucho, mi niña. — Me sonrojo. —Tu padre no es una mala persona, pero es muy despreocupado, joven e inexperto. Pero nunca te abandonará, ten esperanza en él—. Dijo dándome ánimos. —Tu madre era una chica trabajadora, a pesar de su enfermedad, se esforzaba mucho. Siempre fue amorosa y fuerte. — Casi me pongo a llorar, la verdad me gusta mucho que hablen de mi mamá y me digan las gran persona que era, pero tengo muchos sentimientos confusos por ahora.
La Sra. Marta es muy buena persona, a ella es a la que más voy a extrañar. Siempre que puede me lleva a la escuela con su nieto Danielito. Marta cree que somos "mejores amigos" aunque a él no le gusta jugar con niñas y siempre me deja sola.
No sé por qué pero a veces pienso que Mánely no quiere a mi padre. Últimamente pelean mucho (algo que no me parece malo, a ver si la deja de una vez por todas).
Marta me contó una vez que mi padre había ganado una gran apuesta en un bar, era obvio que tenía mucha fortuna y dinero, en ese bar conoció a Mánely una bailarina a la que le atraía mi papá y más aún cuando vio su dinero. En fin, él estaba lleno de deudas hasta el cuello que se habían extendido por años, luego nos fuimos de casa, mi padre estaba asustado, no sé por qué.
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Richard Mohey
HorrorDesde la repentina muerte de su madre a finales del siglo XX, Emmy una niña de 8 años de edad, se verá forzada a abandonar aquella vida pacífica en la que se encontraba, pues, tiene que ir a vivir junto a su padre (quien no había visto desde su sepa...