Nos aproximamos caminando, tratando de distinguir la carretera o alguna cosa que no fuera un animal, le agarré la mano a mi papá aunque temía que me soltara furiosamente batuqueando su mano, pero no fue así.
Mientras caminamos veo que hay cuatro sombras detrás de nosotros, en lugar de tres, pero quizás sea mi imaginación, estaba muy aturdida como para prestarle atención a eso, de hecho esa sombra tocaba la cabeza de mi sobra con su mano.
Empecé a distinguir a lo lejos una mansión enorme. Al llegar mi papá se propone a tocar la puerta sin cesar, luego un mayordomo nos abre (su cara era parecida a la del anciano que había visto en la carretera) llevaba unos lentes puestos, vestía un saco gris sobre una camisa de lana y de color celeste, un pantalón gris y unos zapatos negros de vestir.
—Hola, muy buenas noches señor... nos gustaría que nos ayudara, nuestro auto se averió a media carretera y no tenemos en donde quedarnos...—. Dijo mi papá mientras le temblaba la voz.
Interrumpe Manely. —Nos encontramos con un viejo que nos ayudaría a llegar aquí... pero fue atacado por un animal y probablemente a nosotros también nos ataque, ¡Oiga señor si no deja quedarse a estas personas vulnerables e indefensas, probablemente moriremos!, tenemos a una niña, no querrá que una linda y adorable niña muera con sus padres en un bosque, ¿verdad?... —. La cara del mayordomo no parecía cambiar de idea, ni se inmutó. Aparte de que Manely me dijo "Linda y adorable"...pero que hipócrita, ¿así de desesperada estaba? Si mi vida no dependiera también de ello, me burlaría de ella un día completo.
Luego de tanta suplica (y a eso me refiero a que Manely mientras hablaba estaba seduciendo al mayordomo), el señor de "muy mala gana" nos deja pasar, cuando pasamos volteé a mirarlo, se estaba riendo pero no parecía de alegría. No lo podía ver a los ojos, me dio mucho miedo, de pronto él se lleva el dedo a los labios y me dice pero sin hablar. —Cuidado—. Sonrió. Su cara daba mucho miedo. Di un grito ahogado. Ni mi papá ni Manely se dieron cuenta.
Una sensación de peligro me recorría todo el cuerpo y aun sentía que me seguían. El ambiente de la mansión era pesado y terrorífico, aunque se veía tétrico, podía fijarme de que todo estaba envuelto en sabanas de polvo como si allí no viviera nadie; Aparte de unos grandes cuadros antiguos de personas que parecían que me observaban constantemente, el techo tenía pinturas pero ninguna de ellas me daba buena sensación. Había un candelabro enorme que parecía una araña de metal colgando en el techo, realmente quería salir de allí corriendo, Tal vez el bosque no sea mala idea. Me dije irónicamente. El mayordomo cerró la puerta lentamente mirándome de reojo.
Habían muchas puertas y ventanas, pero me daba mucho escalofrío y miedo mirar cada rincón de esa siniestra mansión, agarré fuerte el brazo de mi papá y le dije.
—No me sueltes por favor, este lugar no me gusta, t-tengo miedo —. El solo me acaricia la cabeza, se seca el sudor de la cara y me tranquiliza, o al menos él creía que sí. Su novia se lo lleva agarrándolo del brazo y lo aleja de mí, no tenía a nadie ahora y me daba mucho miedo el mayordomo que seguía parado en la puerta, mirándome fijamente. Esperé a que volteara a otro lado. Seguí a mi papá y no me separaría de él por ningún motivo.
El mayordomo nos dice. —Oigan ustedes...— Pausa brevemente, y cambia su tono a uno más amable. — Permítanme enseñarles el lugar, por favor siéntanse como en su casa...
No me agradaba nada que él nos mostrara el lugar, corrí y agarré la mano de mi papá lo más fuerte posible... y creo que lo lastimé. Je, je, je... "Un poco de diversión no está de más"
Caminábamos detrás del mayordomo, abría y cerraba puertas haciendo reseñas de cada rincón de la mansión y de su fina y tétrica arquitectura. Algo que no me importaba en lo absoluto.
— En ese lugar Nuestro Amo Lord Richard Mohey — De repente una gran ventisca recorre todos los pasillos, el ambiente se torno tenso y pesado, sin embargo el Mayordomo ni si quiera cuenta se dió, o al menos hasta que vió nuestras caras— Emm.... Como decía, se detenía todas las mañanas a mirar por la ventana el "hermoso bosque..." —. Hace una pausa dejando cortada la frase, haciendo una ligera expresión de desagrado.
Me quedo pensando en el nombre del dueño de la mansión, tuve un extraño sentimiento, me parecía algo, "familiar", tal vez, me recorre un gran escalofrío. El mayordomo prosiguió con el "paseo por la casa del terror" Mientras observaba los lugares, veo que hay una puerta entre-abierta y veía un peluche por la ranura, su ojo artificial parecía que me mirara, era casi real.
Luego tocó ir al sótano, supuestamente allá está el generador de luz y agua para cada habitación, yo no quería entrar, me negué completamente, estaba muy oscuro no importaba que el mayordomo tuviera una linterna, no iba a entrar allí, mi papá me jalaba el brazo pero no me quiso lastimar.
—¿Por qué no dejas a esa mocosa... niña aquí, y bajamos nosotros tres?—. Propone Manely. Mi papá, como siempre, le hace caso y baja, luego baja ella, y luego... y luego... el mayordomo se me quedó mirando, fijamente. Me dió mucho miedo, iba a gritar, pero me paralicé y no podía moverme.—"Que iba hacerme"—. Él se voltea y baja al sótano. Yo no me movería de ahí hasta ver que mi papá subiera.
Me recosté de la pared sentándome y coloqué mi morral entre las piernas para descansar y esperar.
Pero... ¿alguien me llama?... Escuche un susurro salir de algún lugar
(Voz): Emily, Emily por favor... ven, Emily, Emily, Emily... no hay tiempo... él... esta aquí...
Mi apodo es Emmy pero solo mi madre me llamaba Emily. Por un momento me pareció la voz de mi madre, pero... no, otra vez la estoy confundiendo, no es ella, ¡NO ES ELLA!...
Algún día me arrepentiré de mis acciones. Fui hacia donde estaba la voz, realmente sentía un mal presentimiento, no era conveniente, mi cuerpo no me hacía caso y seguía caminando.
Caminé por un pasillo largo donde se encontraban varias puertas, la voz provenía de una habitación, me acerqué a la puerta y tenía una placa llena de polvo con letras doradas que decía "Biblioteca".
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Richard Mohey
УжасыDesde la repentina muerte de su madre a finales del siglo XX, Emmy una niña de 8 años de edad, se verá forzada a abandonar aquella vida pacífica en la que se encontraba, pues, tiene que ir a vivir junto a su padre (quien no había visto desde su sepa...