''Capítulo 3''

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*Flashback*

Hay estaba aquel joven, conduciendo su deportivo rojo de camino a casa. Había decidido pasar el día con su prometida. Al llegar, introdujo la llave en la puerta e ingreso a su lujoso apartamento. Suspiro algo cansado, quitándose el saco y dejándolo en el sofá. También se despojo de su corbata y arrolló sus mangas hasta la altura de sus codos.

De pronto, escuchó unos ruidos provenir de la habitación principal. Lentamente se acercó hasta la puerta, teniendo una corazonada. Hacía meses que ya tenía una ligera sospecha de lo que podría estar pasando. Y si su corazonada era cierta, su prometida le estaba engañando con su mejor amigo.

¿¡Qué demonios está pasando aquí!?—gritó irrumpiendo en la habitación, antes de entrar pudo escuchar los gemidos, por lo que sin pensarlo entró.—¡¿Qué diablos significa esto, Yuri?!

—¡A-Aron!—exclamó la chica cubriéndose con las sábanas, al igual que el chico que estaba con ella. El cual, efectivamente, era el mejor amigo de Aron.—No es lo que piensas, yo...yo te lo puedo explicar.

—¿Qué no es lo que parece?—preguntó incrédulo de la excusa de su prometida.—Entonces dime que es lo que parece. Por que yo lo único que puedo ver, es a mi prometida revolcándose con mi mejor amiga en mi cama.

—Aron, cálmate.—dijo su amigo tratando de defender a la chica.

—¿Qué me calme?—volvió a preguntar incrédulo. El sinismo de ambos era increíble, pareciera que realmente son tal para cual.—¡¿A quien carajos le estás pidiendo que se calme?! ¡Eres un maldito, se supone eras mi mejor amigo, BaekHo! Nunca quise aceptar, ni siquiera imaginar, que ustedes fueran capases de hacerme algo tan bajo como esto.

—Te juro que solo paso una vez—menciono la chica mientras se levantaba de la cama para acercarse a su prometido.—Por favor, perdóname.

—¡No me jures nada, tú palabra ya no vale nada para mí!—exclamó realmente molesto, tomando a la chica por las muñecas y empujandola hacía atrás.—¡Escúchame bien, quiero que al volver a casa esta noche, ni tú ni tus cosas estén aquí!

Sin más se dio la vuelta, tomó su abrigo y volvió a salir de su apartamento. Al bajar se dio cuenta que había dejado las llaves de su auto dentro del apartamento, pero ni loco volvía a entrar, no estando ellos ahí. Porque de hacerlo, sería capaz de cometer una locura.

*Fin del flashback*

—Buenas noches, joven, ¿en que le puedo ayudar?—dijo el amable camarero que le atendía. El cual fue capaz de sacarle de sus pensamientos. Era un chico alto, tenía una voz realmente agradable y una sonrisa bastante bella. Nunca antes había creído en el amor a primera vista, pero esta vez creyó que realmente si existía.

¿Podrías traerme un café sin azúcar?—ordenó cuando dejo de lado sus pensamientos. Pudo notar que el chico se había puesto algo nervioso, no sabía por que, pero eso hacía que se viese aún más lindo.

—C-claro, enseguida.—respondió nervioso y luego se fue torpemente, tropezando con una silla.

Luego el chico entró a la cocina, perdiéndose de vista. El joven estaba dispuesto a continuar leyendo el periódico, cuando su teléfono comenzó a sonar. Miro el identificador de llamadas y era su padre, uno de los más grandes arquitectos de todo Corea.

¿Bueno?—contestó de mala gana, realmente no quería hablar con nadie, aún menos con su padre.

¿Aron, hijo, dónde estas?—preguntó con un tono lleno de preocupación. Aunque en fondo dudaba que su padre realmente se preocupara por él.

''Un Café Sin Azúcar''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora