''Un Café Sin Azúcar''

''Capítulo 5''

En aquel momento todo parecía un sueño, los pies de ambos rozaban el agua y un largo pero cómodo silencio era su única compañía. Solo se observaban el uno al otro. Hasta que el mayor decidió romper aquel silencio.

-Dime Min, ¿cuántos años tienes?-preguntó sin apartar la mirada del alto.

-24, ¿y tú?-respondió un poco nervioso ante la mirada del castaño.

-27, los cumplí hace poco.-respondió de vuelta con una reconfortable sonrisa.

-Ya veo.-dijo, correspondiendo la sonrisa del mayor con algo de timidez.

-Y...¿Tienes familia?-preguntó curioso, queriendo saber más acerca del menor.

-Sí, mi Omma y yo, nada más.-respondió algo triste y nostálgico. No podía evitar pensar en su madre, en su único familiar y en las probabilidades que tenía de perderla.

-¿Estas bien?-preguntó preocupado, el alto chico había cambiado su linda sonrisa por un semblante triste y sombrío.-¿Dije algo malo?

-No, nada de eso.-respondió limpiando una pequeña lágrima que amenazaba por salir.-Solo que...ella esta enferma y yo no puedo hacer nada para ayudarla.

-¿Y es muy grave?-preguntó ahora más preocupado, nunca se espero que la madre, de aquel joven tan hermoso, estuviera mal de salud.-Digo, ¿puedo hacer algo para ayudarte?

-A menos de que seas millonario, no.-bromeó con una pequeña sonrisa. Aron rió falsamente, la verdad es que si lo era, pero no creyó que fuera conveniente decirlo en aquel momento.

-¿Puedo saber que es lo que tiene?-preguntó curioso, dudando si alto le respondería aquella pregunta tan personal.

-Sí, ella...tiene un tumor cerebral, debe recibir una cirugía si quiere seguir viviendo.-soltó un largo suspiro, queriendo sacar todas aquellas ganas de llorar.-Aunque la verdad, la cirugía tampoco es del todo segura. Esta es algo complicada y de salir mal...igual podría morir.

-Lo siento mucho.-dijo poniendo una mano en el hombro del menor.-Ten algo de fe. No la conozco, pero de seguro debe ser una mujer muy fuerte y valiente.

-¿Porqué lo dices?-pregunto algo confundido.

-Por que ella te saco adelante sola, ¿no?-preguntó algo incomodo y nervioso.

-Pues sí, en eso tienes razón, mi Omma es mi ejemplo a seguir-dijo nuevamente con una pequeña sonrisa.

Aron solo se quedo callado, contemplando la hermosa sonrisa en el bello rostro de aquel alto chico. ¿Como era que ese chico a pesar de estar triste podía seguir sonriendo y viéndose tan lindo al mismo tiempo?

-Lo siento, creó que te falle-habló con la cabeza agachada, mirando como sus pies rozaban el agua.

-¿Fallarme, en que?-preguntó algo confundido.

-Con la cita, te prometí que sería la mejor y mira, ya te puse todo triste.-respondió alzando el rostro y acariciando con su mano el sedoso cabello del chico.

-No, esta bien, me la estoy pasando bien.-dijo con una tímida sonrisa y un muy leve sonrojo en sus mejillas.

Por alguna razón se sentía bien estar con aquel joven, no le conocía pero su compañía era realmente reconfortante. Además era muy guapo, cada minuto que pasaba podía percatarse lo guapo y sexy que era ese misterioso joven.