Marcando lo suyo

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El joven Liam era un chico lindo y gentil, siempre estaba dispuesto a brindar su ayuda a cualquier persona, no le importaba si era un perfecto desconocido él siempre lo haría porque tenía un corazón muy noble y eso a muchos les encantaba. La tímida sonrisa que siempre llevaba en su bonito rostro lo caracterizaba mucho y esos ojos miel que poseía te invitaban a perderte en ellos, Liam era muy atractivo.

Desde que era un niño todos peleaban por el, siempre fue el primer amor de todos sus compañeros del colegio y hasta la fecha sigue siendo el centro de atención, pero él parece no darse cuenta y aunque lo supiera no le importaría porque jamás le gusto ser popular. Hasta hoy en día el castaño aún no se da cuenta que miles de chicos están en sus talones dispuestos a ganarse ese corazón dulzón.

Liam vive en Londres en un departamento sencillo y acogedor, perfecto para él y su híbrido, el joven tenía su vida completamente puesta en el chico de ojeras puntiagudas y cola pomposa, ese chico gruñón y dormilón. Cuando era pequeño vivía en Detroit, Michigan y por motivos de trabajo por parte de su padre tuvieron que mudarse al extranjero.

El pequeño Liam se sentía un poco decaído, así que sus padres decidieron darle de regalo en su octavo cumpleaños un gatito humano, era muy popular tener uno y quizá le ayudaría a no sentirse tan sólo y había funcionado.

El híbrido había sido muy grosero al principio con Liam, trataba de mantenerse lejos de él, le gruñía o le arañaba el rostro. La idea de ser comprado jamás le gusto al chico, de solo pensar que era un objeto le ofendía y más cuando tenia que estar bajo las órdenes de un niño tres años menor que el.

El castaño siempre le trataba con gentileza aunque el híbrido fuera un hijo de puta con el, Liam siempre lo dejaba dormirse en su cama, le hacía cariñitos en esas orejitas peludas aunque recibiera un rasguño ó le daba de sus cerezas. Al fin de meses el chico gruñón le tomó cariño pero jamás se lo demostraría y Liam lo sabía, sabía que ya se había ganado al híbrido y eso le hacía sentirse feliz de alguna manera. Zayn, era el nombre que le había puesto el pequeño, había visto en alguna revista de su madre que ese nombre tenía por significado belleza de gracia y aunque fuera un chiquitín concordaba que el chico era bonito, los cabellos oscuros y los ojos avellana le fascinaba.

Aunque el gato malhumorado nunca demostraba su afecto hacia Liam siempre estaba detrás de él, sentía esa necesidad de protegerle y cuidarle, el castaño era muy ingenuo y podía ser engañado fácilmente. Una opresión en su corazón aparecía de solo pensar no verle más, jamas se lo perdonaría. Zayn comenzaba sentir sentimientos extraños por el bonito niño, no podía evitar ronronear cuando Liam frotaba sus uñas en sus orejas, aveces hacia un capricho cuando la madre le limpiaba alguna mancha de comida en esos labios regordetes que tenía por color rosados, le gustaba abrazarlo por las noches y no se diga de esa extraña molestia que aparecía cuando los compañeros de Liam le besaban las mejillas o lo abrazaban, porque esa cercanía solo provocaba que el aroma se quedara impregnado en el pequeñín y Zayn quería que el único olor en él fue únicamente el suyo.

Zayn gruñó cuando el castaño retiró sus pies de la mesita central, alza su vista encontrando a su dueño cruzado de brazos.

—Zaynie ¿puedo saber dónde dejaste mi celular?—preguntó con calma, no quería tener otra discusión con el moreno, no ahora que tenía el tiempo pisándole los talones.

El híbrido alzó sus hombros antes de removerse en el sillón.

—No lo sé, ¿porque debería saberlo?—.

—Zayn tú siempre escondes mi móvil y justamente hoy tuviste que hacerlo cuando voy tarde a la universidad— arrugo sus cejas, le molestaba que Zayn hiciera sus travesuras cuando tenía el tiempo medido, pero ¿que podía hacer? a fin de cuentas dejaba hacer lo que quisiese.

Liam suspiro.

—Vamos Zayn, tengo que irme—.

—No se, Liam, deberías cuidar más tu cosas y dejar de culpar a los demás— reprocho el moreno llevando su cabeza hacia atrás, sus orejas se inclinaron hacia abajo escondiéndose en su cabellera oscura.

Liam borro su ceño fruncido remplazandolo por una mueca triste, no le gustaba que su gatito le hablara así, sabía que Zayn mentía, él tenía su móvil, pero la ronca voz liberando esas palabras le dolían, así que se rindió.

—Está bien, me voy—respondió bajito, agacho la mirada y salió de la sala dirigiéndose a su habitación, le ponía decaído saber que su gatito ponía su lado frío con él.

Liam creía que quizá no estaba siendo buen dueño y como todo ingenuo que era compraría las golosinas favoritas de Zayn después de clases pensando que así consentiría al híbrido y no se iría de la casa, probablemente con otro mejor dueño.

Él no era el problema, Liam era un excelente dueño y Zayn era un mal híbrido.

¡Jodete Zayn!

Zayn miró como el hermoso redondito trasero de su dueño desaparecía por la puerta, liberó su labio que tenía custodiado entre sus dientes en un intento de ocultar su gemido de excitación de solo ver el perfecto cuerpo de Liam. No negaría que ese castaño le hacía perder la cordura con su cercanía junto con esos brillantes ojos que poseía, reflejándose en ellos inocencia que a sus veintiún años nadie había tocado, gracias a Zayn. El híbrido malhumorado sentía orgullo por mantener a su niño puro, solo para él, porque Liam era suyo desde que le vio hace trece años atrás.

Bostezo rascándose su puntiaguda oreja derecha, se levanto del sillón y camino hacia la habitación de su dueño, donde le gustaba dormirse por el simple hecho que dejaba su aroma en ella y cuando Liam durmiera por la noche el olor se impregnará en él. Así cuando Liam saliera todos lo olerán y sabrán que el castaño le pertenecía, aunque Zayn no supiera que los humanos no tenían olfato de sabueso.

De un salto cayó en él cama rebotando un par de veces, froto su rostro en las blancas almohadas, luego le siguió su cabello, se acaricio sus finas orejas con estas sintiendo cosquilleos pero el moreno prefería las delicadas manos del castaño, ronroneo satisfecho por su trabajo. También se revolcó entre las sabanas como todo un felino, desordenándolas, tomó los bordillos de esta y se cubrió el cuerpo, luego comenzó a dar vueltas por toda la cama.

Al terminar quedo boca arriba, soltó la sabana, se levanto dando una inhalación profunda, llegando a sus fosas nasales su aroma que provenía de toda la cama, acesiorandose que ningún milímetro se quedará sin ella asintió en acuerdo y sin más cayó dormido.

Eres un gatito posesivamente territorial, Zayn.

...

Liam entro al departamento su vista viajó a todos lados buscando a su moreno híbrido, no tardó ni un minuto verlo salir por el pasillo con su rostro somnoliento y supo que acababa de despertar. Le sonrió al mayor y alzó la pequeña bolsita dejándola a la vista de su híbrido quien no tardó en arrebatárselo, de tal asalto Zayn rasguño el dorso del castaño. Liam chillo haciendo un puchero con sus labios, Zayn mordió su labio imaginando que era el de su sexy dueño, las golosinas se fueron a la mierda cuando el gatito tomó la pequeña mano de Liam para previamente llevarla a su boca y lamberle la herida.

Liam gimió.

—Zaynie, no hagas eso— susurro, su voz quedo atorada en su garganta y sus mejillas tomaron un rojo vivo cuando el nombrado le miro directo a sus ojos sin alejar su rasposa lengua. Liam se sentía tan vulnerable ante esos ojos avellanas, tan expuesto ante él.

—Te vez condenadamente caliente cuando te sonrojas— afirmó Zayn, mordió una vez más su labio de manera provocativa mientras guiñaba ún ojo, Liam solo cubrió su bonito rostro del híbrido.

Dios ese gatito era tan lanzando que avergonzaba a su inocente dueño hasta los huesos. Zayn río cayendo al sofá donde devoraría sus golosinas como todo gatito mimado que era.

Siempre saliéndose con la suya, no importa Liam le ama así.

JazD'z 🙆🏽

Un híbrido gruñón |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora