Cuando Te Encuentre

Intentalo

El hombre que acababa de salvarle la vida a Samuel era el mismo que hace poco se había negado a ayudarlo con su esposa.
Cual el era un soldado se dedicaba a salvar personas las cuales eran raptadas por organizaciones como la que ahora tenia posesión de Allison. Desde que dos niñas perdieron la vida por su culpa en una de sus misiones, renunció a su trabajo y llego a parar en el trabajo en el que Samuel lo encontró.

— ¿que haces aquí? —

— Oh perdón, ¿el señor valeroso se las podía arreglar solo? —

— Una simple respuesta pudo bastar —

— Escucha, se que hace poco me negué a ayudarte pero me retracto, no voy a dejar otra persona muera sabiendo que yo puedo hacer algo —

— ¿Y quien dijo que Allison va a morir? —

— Ya he tratados con estas personas, no andan con juegos de niños, no les importa lo que tu digas o puedas hacer, hay que hacer algo pronto o tu Allison va a vivir en tu memoria nada mas —

— Pues ya perdí mucho tiempo aquí, ¿que debemos hacer ahora? —

— Para comenzar, irnos de aquí antes de alguien se entere de lo que sucedió —

Los dos se dirigieron hacia la salida. Afuera los aguardaba un auto de color negro, algo viejo pero muy funcional, pertenecía a Robert el hombre de su salvación.

Al llegar a la tienda en la que vivía Robert bajaron del auto y entraron al establecimiento.
Pasaron por una cortina que sustituía a una puerta y se encontraron con una habitación en la cual había un teléfono, una mesa con una computadora en ella y una cama en una de las esquinas de la habitación.

— ¿Y no se han comunicado contigo? —

— Pues me enviaron un mensaje de texto pero no pude responderles, de alguna manera bloquearon ese número —

— Dame tu móvil — Robert conectó el móvil a la computadora con un cable USB y de alguna manera pudo rastrear el origen de la llamada y saber exactamente de donde provenía.

— Por lo que veo en el mensaje tienes mucha suerte —

— La estúpida suerte no existe y estoy seguro de que nunca he tenido ni un poco —

— Pues esta vez tienes un poco, mañana iremos al origen de la llamada, no menciones esto a la policía o podían arruinar lo único que tenemos —

— ¿ Qué cosa? —

— El efecto sorpresa —

— ¿ Y tienes armas? —

— Crees que me atrevería a ir ahí sin armas, no soy personaje de historieta, no tengo muchas, pero son las suficientes —

— Esta bien, me voy al hotel, volveré mañana —

— Esta bien, recuerda, nada de esto a la policía —

— Esta bien —.