Un sueño de amor
Capitulo 3
Una semana después
Lodovica se paro frente al espejo yaferro sus manos al lavado del baño. Respiro una y otra vez tratandode tranquilizarse.
-Abre la puerta-Dijo Pablo del otrolado de la puerta con los brazos cruzados.
-Déjame en paz-Grito Lodovica abriendola lleva del agua,junto agua en sus manos y se lavo la cara sacandotodo el resto de maquillaje.
-Déjate de chiquilinadas y sal-Ordenoel enojado.
Habían terminado de discutir y no eranovedad ya que toda la semana se la habían pasado peleando al puntode que Pablo quisiera irse de la casa.
La joven largo una asidacarcajada y destrabo el seguro de la puerta. Paso por su lado ycamino a su armario.
-Lodovica déjate deestupideces-Dijo Pablo tomándola del brazo.
-Suéltame-Dijo la jovenliberándose. Saco unos jeans ajustados negros,una musculosa negracon rayas blancas y camino de vuelta al baño.
-Abre la puerta-Ordenogolpeando con su puño la madera.
Lodovica lo ignoro y sevistió. Ya vestida salio del baño y camino de nuevo a suhabitación.
-Donde vas?-Preguntoconfundido el,cuando Lodo se calzo un par de tacones negros.
-No te interesa-Dijo ellaponiéndose una chaqueta de cuero negra.
-Lodovica-Advirtió Pablo.Lodovica lo ignoro y tomo su bolso junto a con su celular.
Bajo las escaleras seguidade Pablo. La joven tomo las llaves y salio de la casa dejando a suprometido con la palabra en la boca.
Saco del garaje su modernoauto rojo y salio de su casa a toda velocidad.
Diego se bajo de su auto ycamino hacia el gran edificio seguido de sus dos guardaespaldas.
Todas las mujeres quedaronanonadadas al verlo llegar con su traje caro y la sonrisa de ganadorque se posaba en sus labios.
Camino hacia la secretariadel señor Paolo y se saco las gafas negras.
-Buenas tardes...tengo unacita en el señor Paolo-
-Hola...déjemeavisarle-Murmuro nerviosa y tomo el teléfono-Adelante el señor loespera-
Diego le sonrío y ella casise cae de su silla. Camino hacia la gran puerta pero se detuvo antesde entrar.
-Ustedes se quedanacá-Ordeno mirando a los grandes hombre. Los dos hombres asintierony se quedaron a un lado. Diego dio tres suaves golpes a la puerta yespero una respuesta.
-Adelante-El joven sonrío yabrió la puerta-
-Diego-Dijo feliz el hombredetrás del enorme escritorio.
-Paolo tanto tiempo-Diegoestrecho su mano y recibió un cálido abrazo de parte del hombre.
-Toma asiento-Dijo señalandolas sillas marrones,Diego le sonrío y tomo asiento-Estoy agradecidoque aceptaras reunirte conmigo.
-Un gusto venir a tusoficinas-Dijo Diego sin dejar de sonreír.
Paolo lo miro y sonrío.
-Cada vez te pareces mas atu papá-Comento Paolo mirando fijamente a Diego.
ESTÁS LEYENDO
Un sueño de amor-Dievica
Novela JuvenilSurgirá entre ellos dos un amor puro y genuino