Capítulo 4

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Estoy sentada en el suelo junto a Ethan. Liara ha desaparecido, pero sabiendo como es, seguro que se había ido a uno de los rincones mas escondidos de la biblioteca para dormir. Era muy típico en ella.

No me importaba que se hubiera ido, estaba bastante entretenida teniendo que soportar a Ethan. Ya, ya, se que siendo su amiga debería hablar maravillas de él, pero seamos realista contra más confianza tengas con tu amigo, peor.

Ethan tenía una personalidad muy extraña y peculiar, era un bicho raro al igual que yo, supongo que por eso congeniábamos tan bien.

-¡Sara!¿Me estás escuchando?

Estábamos tumbados en el césped con la cabeza apoyada en la mochila mirando hacia el cielo uno al lado del otro. Giré mi cabeza para mirarlo. Tenía el ceño fruncido y me miraba fijamente.

-Sí , si me estabas diciendo eso tuyo... Si ya sabes.

-Claro, claro, que estabas pasando de mi y no te has enterado de nada.

-Exacto, premio para el gigantón. - pongo carita de niña buena mientras lo miro.

-No pongas esa cara, conmigo no funciona.

Mantengo la misma expresión, pues siempre funcionaba con él

-Esta bieeeen, tu ganas.

Me tiro encima de él y le lleno de besos, pero en plan amigos, no vayáis a pensar de otra manera.

-¿Qué esta pasando aquí?

Siento que me levantan y ahora me encuentro en el hombro de alguien con la cabeza para abajo mirando su espalda. Reconozco esos zapatos, es Samuel.

-Ya tenía que llegar el pesado este y arruinar el momento.

-¡Pero que momento! Mas quisieras tu tener algún momento con ella.

Golpeé su espalda con mis puños repetidamente, pero como me imaginaba ni se inmutó.

-¡Muchos más momentos que tú tengo!

Y otra vez lo mismo, estaba harta de que siempre montaran la misma escena.

-¡Suelta! Déjame bajar Samuel.

Se que parece imposible pero me bajó. Una vez que mis pies tocaron el suelo y pude estabilizarme, le dí un empujón para poder zafarme de su agarre.

-Me voy, cuando aprendan a comportarse me buscan y si no, me olvidan.

-Pero enana no te pongas así, pue...

-Ni enana ni nada, no me hables.

-Eso es preciosa, vamos a quedarnos aquí tranquilos, tal y como estábamos antes de que llegara este idiota.

-Ethan lo que he dicho también va por ti, por los dos-y los señalo con el dedo.
Doy media vuelta y me voy bien lejos de ellos dos, vaya par de niños chicos. No entiendo  su comportamiento,  que si tontería por acá, que si tontería por allá. Vaya espectáculo han montado. No deberían tener celos por nuestra amistad, yo quiero a mis dos amigos por igual. Pero ellos no lo entienden y se empeñan a competir por cosas absurdas. 

Voy hacia una aula de arte que esta abandonada y que no se utiliza en el instituto, cuando necesito relajarme siempre acudo allí. Solo podemos entrar Hugo y yo.¿Qué quién es Hugo? Mi compañero de arte. Y ha diferencia de los otros dos palurdos, el es sensible, tranquilo y nada de egocéntrico. Espero que esté allí.

InalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora