Capítulo 7

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Miedo.
Eso sentiría cualquiera en su sano juicio si vieran a Samuel en este instante.

Su quijada estaba apretada, se notaba que tenía toda su mandíbula en tensión, sus brazos cruzados con demasiado ímpetu hacían que se marcaran sus bíceps, su mirada era severa y por desgracia sabía que no se avecinaba nada bueno. Ya había visto a Samuel en tales condiciones.

-Tienes tres segundos para explicarme porque llevo esperándote 40 minutos como un idiota. ¡A mi nadie me hace esperar!

-¡Y a mi nadie me grita! No me importa que hayas tenido que esperar, no te creas que por ser mi mejor amigo te voy a tener que aguantar.

-Pero vamos a ver nena, creo que no lo entiendes, yo soy Samuel Durand. - mientras lo decía se acercaba a mi.

Yo coloqué mis brazos en garra y levante mi cabeza mirándolo desafiante.

-A mi no me importa, podrá temerte el instituto entero y podrás intimidar a quién quieras pero a mi no. Sabes que no te tengo miedo.

Su típica sonrisa socarrona de lado salió a la luz. Odiaba esa sonrisa. Se cree superior a todos simplemente porque todos lo temen. Lo conozco suficiente como para saber que no me pondría una mano encima, juego con ventaja.

-Deberías tenerme miedo.

Una risa muy falsa salió de mi boca.

-No llegaras a verme con miedo, y menos, miedo de ti.

Di media vuelta para acercarme a la moto no iba a seguir con esta charla tan infantil. Lose lose, se que yo soy igual, pero no puedo con todo ese orgullo que desprende. Cuando nos peleamos así parecemos unos idiotas. Pero el empieza y yo lo termino. Yo siempre debo tener la ultima palabra. Llamarme patética y orgullosa si queréis, pero no lo puedo evitar.

Me estaba colocando el casco cuando noto que me lo quitan. Samuel lo sujetaba con sus manos.

-¿se puede saber que haces? No voy a perder más tiempo, devuélvemelo y llévame ya a mi casa.

-Já, y que te lo has creído. Primero te disculpas por la tardanza y ya después te dejo que te montes en MI moto. - Destaca la palabra mientras lo dice.

Y ya empezamos de nuevo.

-¿Pero tu que te has creído? Te vas a quedar esperando, no pienso pedirte disculpas, deberías pedirla tú por hablarme así y por la pelea con Ethan.
Plííín, se me había ocurrido una buenísima idea. Saco de mi bolsillo mi celular y finjo que estoy llamando a alguien. Lo coloco junto a mi oreja.

-¿A quien llamas ahora?

Lo silencio con un gesto de mi mano que le molesta bastante ya que vuelve a apretar la quijada. Le doy mi espalda mientras empiezo a actuar.

-¡Ethan!¿Me podrías recoger en la puerta del instituto? - guardo silencio un momento para hacerle creer a Samuel que esta contestando por la otra linea. - Gracias, gracias, gracias. Luego te explico que me ha pasado.

Samuel se ha movido hasta colocarse delante mía, y la mandíbula le llega al suelo.

-Te espero en la puerta...- espero otro momento- venga perfecto, pasamos por mi casa y recojo mis cosas para quedarme a dormir¿No le importará a tus padres?.

Los ojos de Samuel parecen que se le van a salir. Tengo que contener una sonora carcajada. Esto es demasiado gracioso.

-No sabía que tus padres estaban de viaje, mejor, así tenemos la casa para nosotros solos. - vuelvo a esperar- adiós.

Sonrío ampliamente mirando al egocéntrico y cuento mentalmente cinco segundos que es exactamente lo que tarda en hablar.

- Lo siento de verdad, toma el casco yo te llevo encantado a casa. Te quedas en la mía si quieres, no hay problema, mis padres tampoco están ya lo sabes. Llama a Ethan y que no venga, no hace falta, por favor perdóname .

Siempre me salgo con la mía, ya lo dije.

-Bueeeeno, haré un esfuerzo y te perdonaré pero no pienso quedarme en tu casa a dormir. Le mandaré un mensaje a Ethan para que no venga.

Simulo que tecleo algo y guardo el celular en mi bolsillo.

Me coloco el casco y me monto en la moto mientras veo que el idiota sigue en trance por todo lo sucedido.

-Samuel espabila,¿En que piensas?

-En nada- me sonríe y me besa la mejilla.

Sonrío mientras arranca la moto y salimos hacia nuestras casas.

Ha sido demasiado fácil.

InalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora