Capítulo 6: Aliada

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Capítulo 6: Aliada 

Después que entraron al cuarto y el mono le arranco la ropa, se sintió aventado contra la cama. Cuando sintió como la cama crujía con peso extra, se aterro, más cuando el azul le giro y noto que ambos estaban desnudos. Le vio con miedo, odiaba esa sensación de miedo en el estómago. Ya había analizado su situación actual, y ante el discurso del bastardo era más que obvio que la tenía las de perder. Sin el uso de sus poderes y sin su rapidez usual en el cuerpo.

Misaki- la voz le sonó suave cuando el mono maldito bajo la cabeza para besar con suavidad sus labios, sin tratar de profundizar el beso, solo haciendo roces suaves entre ambos.

Las manos de Saruhiko se encargaron de acariciar lentamente su cuerpo sin tocar nada más allá de sus piernas, pecho y brazos. Cuando le sintió más relajado se levantó para ver su rostro sonrojado, supo que sería muy fácil el identificar como el chico se sentía solo con ver a profundidad sus ojos, los cuales no podían ocultar lo que estaba ocurriendo en la cabeza el rojo.

Perdón, odio hablar ante la gente del pueblo, solo quieren escuchar alguna estupidez altanera...-

Misaki se sintió temblar, mas no por algún sentimiento negativo, más bien por la forma en que los ojos del azul le miraban. Sintió como la mano del azul subió con suavidad desde la cadera hasta llegar a su mejilla, la misma que el día de ayer había estado roja, y le acaricio con cuidado con el pulgar una y otra vez. Luego bajo su rostro para besarle muchas veces.

No haremos nada, no te preocupes- le dijo entre besos en la misma zona- solo quiero estar cerca de ti...-

Mono imbécil, me lastimaste al quitarme la mierda del vestido- dijo sintiéndose más relajado en los brazos del chico.

Lo siento Misakiiii-

Yo con un maldito dolor de cuerpo y tu jalándome de un lado para otro, serás bestia-

.

El azul solo rio. Amaba esa actitud grosera del chico. No quería que él se comportara diferente a lo usual. Quería que brillara de esa manera magnifica siempre que quisiera, pero todo sería poco a poco. No se puede cambiar una vida de costumbres de un día a otro, pero poco a poco todo cambiaria.

El inicio de lo que le prometió a Misaki había comenzado.

Misaki se estiro en la cama, el dolor ya era menos. Sintió como el imbécil azul le abrazaba con fuerza. Había dormido técnicamente con el mono sobre él. El chico tenía su cara en el pecho del rojo, y sus brazos rodeaban su cintura, una de sus piernas estaba entre las del rojo y de esta manera le tenía completamente rodeado.

Decidió acariciar los cabellos del azul con cuidado. Estos días habían sido de locos, y estaba seguro que aún no terminaban, sintió al mono abrazarle con más fuerza mientras hundía su cara aún más en el pecho, no estaba seguro como es que aun respiraba estando tan pegado a él. Su cuerpo aún tenía un ligero dolor, mas ahora era mas controlable. Escucho un golpe en la puerta y luego como la misma se abría con suavidad entrando una mujer hermosa, alta de cabello rubio y unos hermosos ojos azules. Portaba un vestido elegante de colores fríos. Al notarle despierto le sonrió.

Fushimi Misaki... se supone que debo enseñarte cómo comportarte... pero noto que estas ocupado-

Misaki dio gracias a los slates que Fushimi estuviera como pulpo sobre él, vio la espada de Saruhiko con vergüenza, la delgada sabana que ayer el azul había colocado sobre ellos se había movido y ahora solo cubría parte de la espalda, trasero y piernas de Saruhiko, por consiguiente, el pecho de Misaki estaba a la vista de la chica la cual camino con elegancia hasta la cama y vio detenidamente la posición en la que estaba.

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