-¡Sebastián bájame!-No paraba de gritar. Me sostenía sobre su hombro derecho con una mano entre mis piernas evitando así que pudiera zafarme de su agarre. Por más que luchará, sus intenciones de arrogarme dentro de la playa en las costas de california, sería inevitable.
-¡Oh, vamos amor! Fue una apuesta- reía mientras comenzaba a adentrase en el mar. Sentía el choque de las olas en sus piernas y al mismo tiempo salpicar sobre las mías.
Era un día soleado y caluroso. Sebastián, yo y el resto del equipo Slayers habíamos decidido tomar el sol y disfrutar de un día libre en las hermosas playas de Malibú. Habíamos tenido demasiados días de estrés planeado un nuevo robo en la ciudad de los Ángeles con el que por fin podríamos descansar, al menos, por dos años.
-¿Lista?- preguntó Sebastián.
Abrí la boca para poder contestar pero antes de hacerlo me aventó. Sentí el choque de mi espalda con el agua y cerré los ojos para evitar irritarme con lo salado del mar. Inmediatamente intente ponerme de pie para coger oxígeno.
Salí del agua y comencé a toser expulsando el agua que había ingerido. Sentí una mano frotar mi espalda y deduje que era Sebastián quien intentaba ayudarme.
-¿Te encuentras bien?- me dijo mientras seguía palpando sobre mi espalda sin evitar reír por el espectáculo que acababa de mostrarle.
Un vez que me recuperé y llene mis pulmones de aire contesté-¡Eres un idiota! casi me ahogo- retire el exceso de agua de mi rostro y lo fulmine con la mirada. Sus hermosos ojos verdes se posaron en los míos y sonrió.
-Vamos no es para tanto, ven aquí-intento atraparme entre sus brazos pero me rehúse.
Comencé a caminar hacia la orilla de la playa para salir del agua pero sus brazos me atraparon de nuevo. Me jaló hacia él y sentí mi espalda chocar con su pecho desnudo. Posó su barbilla en mi hombro izquierdo y me abrazo más cerca de él. Me dio un beso en el lóbulo de mi oreja y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo en respuesta. Intenté no sonreír, aún seguía indignada con él.
Mientras posaba mi mirada al lado opuesto del mar, pude distinguir a lo lejos al resto de mi equipo, a mi familia. Marcos intentaba colocar una botella en su cabeza sin que ésta se le cayera. Ruth, Rubén y Alexa reían ante sus pésimos trucos artísticos. El alcohol ya se había apoderado de él y el resto se burlaba al respecto, como en cada ocasión.
-Soy muy afortunada de tenerlos en mi vida y todo gracias a ti- le dije a Sebastián mientras posaba mis manos alrededor de los suyos.
-¿A mí, por qué?- Me susurró al oído y volvió a besarlo.
-Porque si no me hubieras sacado de las calles, probablemente en este momento estaría prostituyéndome o peor aún estaría muerta- dije tratando de evitar que mi voz se quebrará.
Me giro lentamente y colocó una mano en mi mejilla uniendo nuestras frentes. Sin contestar nada me besó. Sus labios húmedos y salados a causa del mar provocaron que me estremeciera. Cerré mis ojos y me deje llevar por su boca, sus movimientos eran lentos, pausados, dejándome deleitar por completo de él. Entrelacé mis manos alrededor de su cuello y acaricié un poco su cabello mojado. Él me sostuvo con más fuerza y me impulso para que pudiera colocar mis piernas alrededor de su cuerpo. Continuamos besándonos hasta que me separé de él por falta de aire. Abrí mis ojos y sonreí.
-Ni se te ocurra volver a mencionarlo. No quiero que vuelvas a tocar el tema, te lo he dicho una infinidad de veces.- me dio un corto beso y después continúo- Quiero que disfrutes del aquí y el ahora. Vive el momento y deja de atormentarte del pasado- una sonrisa iluminó su rostro- lo único que quiero es que seas feliz, que disfrutes de la vida, de nosotros...
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V.L.A.C.K.
БоевикDespués de esa noche todo cambio. Me quitaron lo que más quería en este mundo y no se los voy a perdonar. Me vengaré. Si ellos destruyeron a mi equipo, mi familia, mi vida... yo destruiré el suyo desde adentro.