2- A Ghost From the Past

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Shadow miraba por la ventana del apartamento al que la habían asignado. Era bonito, en alguna parte de Brooklyn según los letreros que identificaban las calles, y a pesar de que era un vecindario algo ruidoso de día, no podía negar que se sentía en casa al caer la noche. Era extraño considerando que nunca antes había tenido un hogar, o al menos no que ella recordara, pero en este pequeño departamento en esa área de Brooklyn se sentía renovada. 

En casa. 

Y muy pocas cosas le transmitían esa sensación. 

Pero a pesar de la bonita vista y el pintoresco apartamento en la ruidosa Booklyn, se sentía atrapada. Una semana había pasado desde su reintegración a la nueva HYDRA como el nuevo puño de la organización, buscaba información de su pasado como soldado en los antiguos archivos encriptados en un intento por saciar la curiosidad que le picaba desde que puso un pie en la ciudad, pero era completamente inútil. Todo lo que leía o lo que encontraba era lo mismo que Strucker le había mencionado sobre ella. Su expediente era muy abultado pero a duras penas recordaba algo de cada misión, a pesar de que si algún agente le decía una fecha en específico, su cerebro la reproduciría de forma automática. Era extraño, no recordaba nada y a su vez recordaba todo. Fue creada por HYDRA, de ahí provenía, a pesar de no contar con un nombre y sin embargo siempre tuvo un propósito. Darle forma a la historia y mantener todo en orden siguiendo las órdenes del líder supremo, solo así evolucionarían. Ese fue el discurso dado por Alexander Pierce mucho antes de su muerte. No recordaba la última vez que lo había visto, pero sin duda recordaba su rostro y su labor, aunque los informes también ayudaban mucho a llenar esa laguna en su mente. 

Entonces ¿por qué sentía que algo le faltaba?

Tal vez se trataba de la ausencia del Soldado del Invierno. Su principal objetivo era protegerlo del peligro y apoyarlo en cada misión, por lo que saber que ahora era un traidor y un desertor le dolía bastante. Trataba de hacerse a la idea de que si él se resistía a regresar con ella de vuelta a HYDRA, entonces no le quedaría otra que asesinarlo a sangre fría, como era usual cada vez que debía eliminar del mapa a algún cabo suelto. Pero existía un inmenso problema y ese tenía que ver con algo dentro de sí que aún le costaba descifrar. 

Su papel como la soldado más eficiente no era un vano, por ende, siempre que le era asignada alguna misión evaluaba cuidadosamente a su objetivo y trazaba un plan meticuloso para no fallar. Calculaba cada paso, cada movimiento, cada bala, cada daga en su cinturón y cada posibilidad que tenía para acabar con el blanco asignado. Tomaba un gran tiempo de investigación y camuflaje con el entorno, pero no era imposible para ella ya que siempre terminaba con las manos manchadas de sangre y la prueba de que la misión había sido completada. Esa era una de las razones por las que también era enviada a misiones de espionaje, su brazo de metal era algo que podía ocultarse con un buen par de mangas, guantes y maquillaje. Pero esta misión era diferente ya que su problema radicaba en que le era imposible imaginar la muerte de Barnes. En su mente lograba burlar a cada vengador hasta llegar a su objetivo, y después de pasar por la opción en la que él decidía finalmente acompañarla llegaba el momento de ir por el plan B. 

Se veía a sí misma sosteniendo el arma frente a él, o el cuchillo, o lo que sea, pero cuando llegaba el momento de ejecutarlo no podía. Sus ojos se llenaban de lágrimas por alguna extraña razón y siempre terminaba golpeando la mesa o destrozando uno de los tantos sacos de boxeo que se encontraban en el departamento. Ya había perdido la cuenta e cuantos había tenido que salir a comprar para reemplazar el anterior, cosa que para ella no representaba ningún problema. 

Había llegado a Nueva York hacía una semana, justo después de su reintegración, y al momento de aceptar le fue entregada una nueva identidad al igual que dinero, ropa y efectos personales, típicos de una mujer común que viviera en Brooklyn, para poder moverse en la ciudad sin ninguna dificultad. Su nuevo nombre era Verónica Fawcette y era nueva en la ciudad, era francesa y estaba en un viaje de negocios en el que debía tomar fotografías que identificaran el lugar en el que estaba. O eso es lo que le respondía a los hombre que se acercaban a hablar con ella las veces que había recorrido la ciudad con la cámara, espiando a los vengadores. El plan era atraer a Barnes, y no podría hacerlo sin antes deshacerse de los vengadores, eso era muy lógico. Tras leer múltiples expedientes, para el final de la semana ya estaba siguiendo al doctor Bruce Banner a su cafetería habitual. 

Remember Us [Bucky Barnes] (E D I T A N D O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora