Remember Us [Bucky Barnes] (E D I T A N D O)

5- Three Hellish Days

N/A: Lamento muchísimo el tener que tardar en actualizar, pero he estado demasiado ocupada con el trabajo y la universidad hasta el punto de a penas dormir. Trataré de hacer los capítulos más cortos de ahora en adelante, a ver si así puedo actualizar un poco más seguido. Aunque un super dato es que la escritura está super ligada a los personajes.

Advierto de una vez que estén pendientes con los cambios temporales. Son muy importantes y en gran parte un experimento mío. Vamos tres días después de la caída de Mary y tres días antes de los sucesos de hoy, es decir, justo después de que Mary cayera de la nave. 

A partir de ahora, creo que deberían agarrarse.

De antemano les vuelvo a pedir disculpas en caso de que el capítulo no sea lo que esperaban a nivel de escritura. Siento que quedaron un poco flojos, pero al final, ustedes tienen la última palabra sobre esto. Les agradecería que me dieran su hermosísima opinión.

Espero que lo disfruten. 

Tres días después.

Toda su vida había experimentado la amargura en carne propia después de darse cuenta de la realidad que lo rodeaba, porque jamás se había sentido tan solo en su vida. Ni siquiera en sus mejores años cuando consideraba que lo tenía todo. Tenía amigos en quien apoyarse, un trabajo que lo hacía digno de la admiración de muchas personas y que lo hacía sentirse parte de una causa más grande. Pero sobre todo, la tenía a ella. Por años, pudo mirar esos ojos y sentir tantas emociones y sensaciones recorrer su cuerpo, hasta el punto de quitarle el habla. De hecho, muchas veces llegó a preguntarse si durante esos años, Mary habría notado la verdad oculta detrás de la máscara que solía llevar consigo desde el momento de conocerla. Y justo un tiempo después tuvo la dicha de comprobar que ella sentía lo mismo que él.

Jamás olvidaría ese día.

El miedo que sintió al verse bajo el tacto de esas dulces manos al roce de sus mejillas, la calidez de su voz al momento de escucharla hablar de sus sentimientos, o la suavidad de sus labios cuando por fin tuvo el valor de besarla en ese pórtico en esa tarde lluviosa de abril. Aún lo recordaba con gran cariño, como si hubiera sido parte de un hermoso sueño al que siempre le gustaba regresar cuando se sentía lo suficientemente mal como para no salir de la habitación, sobre todo cuando el temible mes de octubre llegaba. Porque a estas alturas, no podía negar que aún la extrañaba, que aún la quería de alguna forma.

Cuando escuchó que estaba viva, ni siquiera podía explicar la inmensa felicidad que sintió tras comprobar que evidentemente esa era ella. Era la misma Mary que por años se robó todos sus suspiros y miradas discretas. Jamás se habría imaginado que esos ojos fríos, detrás de esa máscara anti gas y ese uniforme oscuro, se encontraba la misma mujer alegre y risueña que tuvo la dicha de conquistar en el pasado. Las mismas manos que antes acariciaban su rostro en las mañanas y al momento de ir a dormir, ahora sujetaban armas y cuchillos, además de estar manchadas con la sangre de más de mil inocentes según los registros que hasta ahora había podido consultar. El mismo hermoso cabello castaño que en algunas ocasiones había adornado con margaritas, ahora estaba más largo, enmarañado y salvaje, tan manchado de sangre como sus manos. La dulce voz que la caracterizaba como una persona muy amorosa y risueña, ahora podía imitar la voz de cualquier persona, podía interpretar cualquier idioma y había adoptado un tono tan gélido como el mismo invierno. Uno que caracterizaba muy bien a la mujer aterradora que ahora todo el planeta temía. Esos mismos ojos cafés que antes lo miraron con amor, ahora eran fríos y llenos de un odio que no reconocía, pero aún así podía notar todo el sufrimiento en ellos y el miedo a lo desconocido. Sobretodo cuando sus miradas se cruzaron momentos antes de que ella soltara la cuerda que la sujetaba al quinjet.