I promise to destroy (Junhyung Y Tú)

Capítulo 3

- No soy Junhyung... Soy Gikwang...

Parpadee por unos segundos hasta que me vino la cara de Gikwang.

- Perdón Gikwang, no te he visto bien. ¿Dónde está Junhyung?

- Le dieron el alta hace dos días.

- ¡¿Dos días?!, ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

- Unos cinco días.

Me asusté mucho. ¿Mis padres donde están?

Están firmando los papeles para que puedas salir.

Al día siguiente fui a la uni, Mari y Ari me contaban las cosas que habían pasado en esos cindo días del que no estaba.

Paola vino y comenzó también a contarnos.

- Impresionanos, Paola...

- Perdí la virginidad con Hyungseung... Se puso roja y todas nos quedamos con las bocas abiertas. Bueno ahora no os quejaréis de que soy la única virgen.

- Bueno... no eres... la única... Solté con mucha vergüenza.

- Paola eso nos lo tienes que contar... ¿Eres mi mejor amiga y no me lo cuentas? Dice Alba con una cara triste.

- No sabía como contartelo, jo... fue el día de la verdad o prueba y la verdad es que no sabía como decirlo.

- Pues a ver ya lo conocéis desde hace poco, pero es que yo ya lo conocía desde hace un tiempo atrás. Bajó la mirada.

Yo estaba incómoda porque era la única asi que no sabía como irme.

- Anda mira... Quise cambiar de tema yendome pero no coló y noté que retrocedia para atrás, porque me habían cogido de la camiseta.

- Tú te quedas, tienes mucho que aprender jovencita. Me dijo Mari.

Yoseob vino corriendo.

- ¿De qué habláis?

- De nada... Dijimos todas al unisono.

- Cosas de chicas, seguro... ¿La regla? Nos empezamos a reír.

- Sí fuera la regla puede que te estuviéramos matando y comiéndo ahora mismo. Miré la hora y vi que ya era tarde, comencé a correr y sin darme cuenta di en el hombro de alguien.

- Podías ir al oculista.

- Y tú podrías dejar de estar en medio, pareces los jueves. Salí corriendo, porque no me daba tiempo.

*En el trabajo*

Había un hombre observandome todo el rato, no se fue en ningún momento de su sitio.Para cuando salí de trabajar, me fijé que ese mismo hombre estaba en la acera de enfrente, ya lo había visto varías veces antes. Comencé a acelerar el paso y vi en los cristales de las tiendas por donde pasaba... me estaba siguiendo, así que comencé a correr y él detrás de mi.

No tenía fuerzas, estaba asustada y me puse a llorar, crucé la esquina y con ello me choqué con alguien.

- Dios porque otra vez tú.

Oí su voz y le abracé fuerte, mis lágrimas corrían por mi cara.

- ¿Estás bien?

Le dije que no como pude, y él me llevó hasta un edificio.

- Ven, pasa...

Era un piso realmente agradable. Estaba todo ordenado y limpio.