Eterno... Intentar huir en vano.

Pesadilla... !Martes, Miedo, Mentira! todo empieza por M.

Luego de una semana de hermosos sueños de los cuales no quería despertar, me encontré en uno que fue difícil identificar, quería salir, quise gritar y solo me adentraba un poco más. Desperté con ganas de mantener mi mente ocupada, tome un libro y me dedique a leer ¿sabes cual fue la frase que leí a continuación? "El setenta por ciento de los niños tiene sueños, el treinta por ciento, pesadillas". Siempre escuche que no existen casualidades si no causalidades ¿Soy aquel 30% que tiene pesadillas? Solo fue una... despreciable pesadilla.

Caminaba por un hermoso sendero, ya llevaba 3 sueños paseando por el mismo tanto que creí saber el final de este sueño, me equivoque sin embargo; corrí luego de un momento sin entender porqué, era el espectador de mi propia historia. Rostros en los arboles, risas malvadas a la distancia, miedo en el aire, mí miedo. Me detuve sin encontrarle sentido a esta carrera, cierto había una sensación atemorizante en el ambiente, pero yo aun no había visto nada. Silencio... Gritos, ¡oh escuche mi propio grito! Pero no era de las figura de mi, que yo observaba, en un árbol se hallaba otra Yo, de cabeza mientras un encapuchado recorría mi cuerpo con sus atroces manos. Me vi temblar, vi como violentaba ese cuerpo que sabia que era mio, pero poco a poco se quedaba vacío, vi como descuartizaba cada parte de mi ser, manos, pies, rodillas, cabeza... ¡Auxilio! Quise gritar, correr a ayudarme, pero yo solo era espectadora. Oh no, él volteo, mientras metía los restos en uno de los tantos sacos que se hallaban al pie del árbol, me miró, o debo decir a mi cuerpo que observó paralizada la escena. Pude escuchar su risa gutural, su voz diciendo "Hola" la sentí en lo más profundo de mi miedo, me gritaba que tenia que salir de allí pero mi cuerpo no hacia caso. Por fin se levanto, volteo a mirarme con la misma sonrisa cálida que por años he amado de mi, me dijo "Ya es tarde, este es nuestro destino" camino despacio hacia aquel hombre, que abría sus brazos mientras los arboles balanceaban sus ramas al son de una hermosa y dolorosa melodía, recuerdo que escuchaba en mi mente la letra de aquella canción que susurraban los arboles "Duerme, duerme tesorito, vas a ser un angelito, en las alturas vas a llorar y tu cuerpo verás matar. Sueña, sueña angelito, mira arriba estas solito", repetían ese verso una y otra vez, atormentando mi mente, mi alma, mi espíritu. Mientras veía lo que ocurría con mi cuerpo y deseaba despertar.

Cerré mis ojos con fuerza, al abrirlo me encontraba en una hermosa playa, ya había estado una vez allí, en un sueño acompañada de una persona especial, recorrí cada extremo de la orilla en busca de esa persona pero estaba sola, me agache, cerré los ojos y abrace mis rodillas dispuesta a soltar el llanto que sentía brotar en mi interior, pero no fue así, solté una sonora carcajada mientras daba gracias, aun sin abrir mis ojos. Al abrirlos quise mirar el infinito horizonte, más lo que note fueron los cuerpos que flotaban en aquel mar tornado rojo, ¡Eran mis Cuerpos! Exclamé. Todos meciéndose al compás de las olas, mientras aquel encapuchado sentado en un tronco en la orilla tarareaba la melodía que antes le había escuchado a los arboles.

Luego... Desperté.

Las pesadillas cubren muchas sensaciones de la realidad, el miedo es su principal fortaleza o quizás tu principal problema.

PD: No te define la pesadilla que tengas, solo aquella que tu seas. ¿Eres pesadilla o un sueño? Tal vez seria bueno... ser la realidad.