Presencia de incorverso Latir

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Era extraño, para mi resultaba difícil entender como el horizonte podría mostrarse tan expectante conmigo. Esperaba día a día el próximo paso que yo daría, mientras con cautela media mis reacciones al punto que no podía mirar a ninguna otra parte. ¡oh! Estaba obsesionado conmigo. Decidí entonces divertirme a su lado caminando en todas direcciones sin encontrar un fin, supe que nunca me cansaría de su infinito, ¡siempre algo nuevo que descubrir!. Pero el miedo se apoderaba de mi como la sutil brisa primaveral en medio de un frío invierno, ¡vaya que amaba el invierno! Era mi mejor musa, pero esa aquel miedo, él siendo tan amplio y yo tan pequeño, podía aburrirse de mi simplicidad. Comencé a abandonar mis recorridos, mi sonrisa no era la misma y noté que mi vista se ensombrecía. El horizonte perdía su lejanía, su brillo. Fue cuando entendí que mi presencia no era efímera, aunque él era infinito, amaba mi corazón, calidez, mis pasos a su alrededor. Con una sonrisa ilumine su amplitud y con esperanza dedique mis días a descubrirlo. Quizás eso para él era suficiente, alguien que estuviera ahí dispuesto a conocer el mundo dentro de él.

PD: Puedes que sea sencillo tu mundo, pero no sabes que puedes ser la rareza inusual que complete el mundo de otro.

Eterno... Intentar huir en vano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora