¡¿SORPRESA?!
—Mierda, mierda y más mierda.
Repetía en mi mente, me encontraba totalmente enojada la noche anterior nada había resultado como tenía planeado había perdido la carrera y como si no fuera mucho un bastardo había chocado mi auto. La cabeza me iba explotar, no tenia idea de como explicarle a mi madre lo del auto, estoy más que segura de que el grito llegaría al cielo, no era que me importara mucho pero me había prometido a mi misma evitar más discusiones con ella.Logan entró a mi habitación interrumpiendo mis pensamientos, se tiró encima de mi cama y me dio una mirada fingiendo lastima.
—Mamá te va a matar— murmuró burlonamente.
Rodé los ojos, amaba a Logan es mi hermano, y me llevaba un año de diferencia, teníamos una relación amor-odio pero era totalmente divertido estar con él, Logan tenía rasgos de mi padre con su mismo cabello rubio y ojos verdes. En esta etapa de mi vida era el único hombre importante para mí, también lo era papá pero por desgracia ya no se encuentra con nosotros.
El sonido de la puerta principal me hizo aterrizar de la nube en la que me encontraba, mamá y Jhon mi padrastro, habían llegado de su viaje de negocios.
Logan salió corriendo a saludar a mamá y yo sólo me metí al baño, quería darme una relajante ducha antes de escuchar los insultos de mi madre.
Era hora de almuerzo, baje hasta la cocina. Todos se encontraban allí reunidos fingiendo ser una familia feliz, detestaba eso, hipócritas.
—Alex, mi niña te extrañe mucho— Dijo abrazandome.
Ella exageraba se habían ido ayer en la mañana igual sonreí.
—También te extrañé— susurré en su oído correspondiendo a su abrazo, este puede ser el último en un buen tiempo, hay que aprovechar.
Estábamos tomando asiento en la mesa cuando el sonido de unos tacones retumbaron, Carrie apareció, típica niña de papi, ¡mi linda hermanastra! Nótese mi sarcasmo. Tomó asiento del otro lado de su padre, empezaron una conversación la cuál decidí ignorar...
—Ya le contaste a tú madre lo del auto— Dijo con una sonrisa.
Me ahogue con la comida, escupiendo un poco de ella. Le dedique una mirada de odio.
PERRA, PERRA, PERRA.
Iba a decírselo o al menos esperaba que ella se diera cuenta, pero no tan pronto.
La atención de todos en la mesa se dirigió hacia mí.
Mamá me mira con confusión y después reaccionó.
—Oh no, no, no. ¿Qué le hiciste al auto?— me preguntó conteniendo la respiración.
Iba a responderle cuando se levantó bruscamente de la mesa y se retiró de la cocina, me levanté detrás de ella sabía perfectamente qué se dirigía al garage de la mansión en busca de mi auto qué ella me había regalado en mi cumpleaños pasado.
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Pequeña Ferrari.
Teen FictionTodo terreno a nada le tiene pánico, todo el que la mira termina paranoico. ESTA COMPLETAMENTE PROHIBIDA LA COPIA, ADAPTACIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTA OBRA SIN PERMISO DE LA AUTORA.