Después

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Veintidós años (tres meses antes de conocer a Serena).

Besé a Hailey y la subí en la cama sin dejar de besarla. Poco a poco empezamos a desnudarnos y nos dejamos caer en la cama.

—Te amo, Iris—dijo Hailey y le dio una calada a su cigarrillo.

—Yo te amo más.

Me dormí al lado de ella. Amo dormir al lado de ella. Me hace sentir segura. Olvido todos mis problemas. Pero cuando desperté vi lo peor que mis ojos puedan ver. No, no fueron los hombres. Fue ver que al lado de mi no estaba Hailey. Siempre se va. La necesito. Me vestí y salí a la cafetería. A lo mejor le puedo coquetear a una chica que este tomando café. Me gusta coquetear a las chicas, pero jamás las beso o me acuesto con ellas. Solo les guiño un ojo. O las invito a un café. Me gusta coquetearles porque jamás viví una "adolescencia" como tal.

Vi a una chica pelirroja sentada en una mesa, leyendo un libro. Era bonita. Entré a la cafetería y compré dos cafés. Uno para mí y otro para la chica pelirroja. Demonios. Alguien se sentó al lado de ella y le dio un tierno beso en los labios. Cuando vi mejor a al chica que la besó, se me cortó la respiración. Era Hailey. ¿Hailey me engaña? Lágrimas saladas empezaron a rodar por mis mejillas.

¡Carajo! ¿Porque todo lo malo que pasa a mi? Primero, mi mamá me vendió. Ahora, Hailey me es infiel. Me acerqué a Hailey.

—¿Enserio, Hailey?—Ella me miró y se le fue la sonrisa. La chica pelirroja estaba confusa—Sí, tú Hailey. Te conté todos mis secretos. Confié en ti. Te amé como jamás amé a nadie. ¿Y así me lo devuelves? Hailey, si ya no te gustaba podías solo decírmelo.—Mi voz se debilitó—. Te amo, Hailey. Pero está bien si tú no me amas. Sé feliz y cuida mucho a esta hermosa pelirroja.

Y me fui corriendo. El café se derramó. Llegué a mi casa y lloré como jamás lo había hecho. Recuerdo un día en mi agencia de modelaje que me pidieron mi sexualidad. Les dije que era lesbiana. Ellos me empezaron a poner en revistas con chicas besándome. No me importó, jamás sentí nada por ellas. En una entrevista, me preguntaron que si jamás me enamoré de una de esas chicas. Les respondí que no. Ellos me llamaron mentirosa. Yo les dije que no mentía, que algún día llegara una chica que de verdad ame. Y llegó. Llegó Hailey Rose Carpenter y me enamoré perdidamente de ella. Pero rompió mi corazón. Lo rompió aún más.

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With all the love, Alaska.

IrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora