Mejillas Rojas

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—¿qué demonios sucede Harry?— masculló roncamente el moreno, le extendió su taco a un hombre y camino hacia el rulozo con su cerveza en mano, le molestaba que interrumpieran su juego de billar y todos lo sabían bien.

El menor alzó una ceja liberando el aire contenido. —hubo un problema en el negocio de Tomas y está aquí, quiere verte—contestó sereno. Conocía al mayor y no le intimidaba ni una pizca su actitud. Miro como su superior pellizcaba el puente de la nariz antes de tomarse el resto de la botella.

—en un momento voy— dijo agitando su mano indicándole que se fuera, el moreno giro en sus talones mirando a sus compañeros de juego. —sigan sin mí, Dave toma mi lugar. Vuelvo en unos minutos—señaló al nombrado, sabía que ese compañero era un jugador profesional. Este le asintió sin expresión alguna y Malik salió por la puerta roja.

Camino por el pasillo mientras se subía las mangas de su camisa hasta sus codos dejando a la vista sus sexys tatuajes, miro a Harry parado afuera de su oficina y pudo escuchar los gritos del hombre en el interior del salón. Zayn le dio una mirada fulminante al ojiverde antes de adentrarse a su oficina.

Un castaño rizado rodeado por una manada de niños fue lo primero que vio al abrir la puerta y su corazón latió por mil tan solo de ver esos preciosos ojos miel, Tomás el hombre gordo fue lo siguiente que vio y al parecer el tipo no tenía buen humor. Gritaba furioso y saliva saltaba desde su boca, el castaño intentaba disculparse pero parecía que el hombre no estaba satisfecho con eso.

—¿qué sucede hombre?— preguntó el moreno, se sentó en su escritorio mientras recargaba los codos en la superficie plana, sus ojos avellanas miraron serio al tipo y este por primera vez callo.

—este mocoso nuevamente— apuntó al niño pelinegro que parecía ser el mayor de los pequeños que se encontraba aún lado del joven bonito, éste le saco la lengua con la nariz arrugada y las cejas fruncidas. De tantos dolores de cabeza provocados por ese niñito vendrían matándolo algunos de estos días y estaba más que seguro que si sucedería.

—En verdad lo siento señor Tomas— murmuro Liam haciendo esos ojitos de cachorrito, el moreno podía jurar que era el ser más adorable que puede ver en este mundo tan asqueroso. El castaño mordió su labio cuando el hombre negó con el ceño fruncido.

—no Liam, tu hermano es un demonio siempre me causa problemas. Nunca me eh quejado porque no tengo nada contra ti muchacho y porque eres la pareja de Malik, pero tú mocoso es un mal criado— replicó Tomas señalando al chiquitín que no hacía más que refunfuñar y hacer gestos con su cara imitando al hombre gruñón.

Liam abrió demás sus bellos ojos y abrió la boca intentando articular una vocal. —¡No! Usted se equivoca, y-yo no soy la pareja de Zayn— dijo mientras sus mejillas se incendiaban, Dios todos afirmaban que tenía una relación amorosa con el mayor pero eso no era verdad, el castaño solo era un ¿amigo? Podría decirse así. Liam solo estaba agradecido con ese hombre, aunque fuera atractivo no podía verle como algo más.

Tomás miro al moreno y este solo sonrió por la vergüenza del chico. —Malik estos niños han volcado mi tienda, los estantes de madera que me costó hasta el sudor de hacerlos están rotos y los productos están desperdiciados en el piso ¿cómo voy arreglar eso?— escupió molesto, señalando cada cosa con sus dedos. Zayn dio una rápida mirada al pelinegro que aún seguía con las arrugas en su rostro pero ahora con una sonrisa malvada, sabía que ese chiquitín quería hacerle la vida imposible al hombre y usaba la ingenuidad de los demás pequeños para cumplir su objetivo.

—está bien Thomas, no hay que hacer tanto escándalo son niños y solo quieren divertirse. Mañana tres de mis hombres estarán bajo tu orden, ellos te ayudarán a limpiar el desastre y después mándame una lista de los suministros que fueron desperdiciados, de paso también los que necesites ¿así está compensado todo?— al tipo gordo pareció más que compensado, no era aprovechado pero la economía no estaba de su lado y ese moreno era todo un ángel vestido de demonio. Asintió más que de acuerdo. —bueno, mañana tu tienda estará como nueva— comentó levantándose de su silla giratoria, dando por finalizada la conversación.

Amor Callejero |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora