Sobre la Ciudad

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-Gracias Zayn- susurro Liam mientras recargaba su cabeza en el hombro del moreno, sintiendo como este se recargaba en él. Había un silencio cómodo, nadie hablaba pero se sentía bien estar así, había mucho por qué decirse pero parecía que estar al lado del otro, contar con la presencia del otro, decían todo. El castaño arrastro su mano hasta ponerla en el muslo de Zayn, esperando que le tomase la mano, quería sentir esa sensación en que sus dedos se entrelazan y encajen a la perfección, esa sensación que le gusta demasiado porque hacia su cuerpo estremecer. -gracias por todo, has sido tan amable conmigo y con los niños, sin mencionar que no me permites pagarte todo...- dijo algo indignado pero una sonrisa se apoderó en su carita bonita cuando la mano del mayor le tomó la suya, apretando ligeramente callándolo.

-no tienes nada que agradecerme bonito, ni saldar cuentas- Malik froto su mejilla en esos cabellos suaves, llevándose el delicioso aroma que tenían estos, jamás se cansaría de ese aroma que desprendía ese chiquillo porque de alguna manera eso le gustaba, le tranquilizaba, le aseguraba que su chico estaba allí.

Liam asintió sin decir nada más, jamas cambiará la opinión del moreno y eso lo juraba. El silencio volvió apoderarse esta vez envolviendo a la pareja, esos dos que estaban tranquilos en medio de la noche, esos que estaban conectados por sus corazones. Zayn no dudaría que ese joven de bellos ojos sería suyo, quería que fuera suyo, completamente, poseerlo para previamente hacerlo feliz. Jamas le dejaría, ni un segundo, ni un día, Liam era todo para él.

El castaño jamas podía sentirse tan lleno de cariño, de amor que jamas le fue dado cuando era pequeño y Zayn parecía darle todo eso, quizá más pero él se sentía satisfecho, completo y único. Malik era un hombre admirado por ese chiquillo, ese que le mira con fascinación, esos ojitos brillantes le robaban el aliento, la mente y la cordura, como si le arrebatase todo en un segundo con esa sonrisilla tímida acompañado por la mejillas rosas.

Dios Liam era precioso, no sabía que parte de él era el más valioso. Si sus ojitos bellos hipnotizadores que le pierden en un abismo, esa sonrisa sincera que te da tranquilidad en cualquier mal momento o esa suave piel blanca que poseía, esa que le tentaba acariciar por sus manos sin perderse ningún centímetro, asegurándose que todo era terso, ó esas delicadas manitas que rodeaban su cuello cada vez que le atrapaba el moreno, o le acariciaban con detenimiento su rostro perfilando cada detalle. Tal vez era su bondadoso corazoncito que tenía dentro suyo, ese que late con fuerza al ver algo que le guste, ese que se oprime cuando todo va mal, ese que late rápidamente cuando el mayor se le acerca traviesamente, el corazón que responde a cada emoción. Quizá era la personalidad de Liam, su sencillez en todo lugar, en sus decisiones, en su forma de pensar. Su ternura que descendía en una aura que todo aquel que le viese estaría rendido, estaría embrujado por la belleza del castaño. O la gentileza al tener con sus niños, el modo en que les trataba, dándoles toda su atención, su dedicación con el amor puro, con su cariño interminable. Zayn no sabia que de todas esas cosas era valioso, pero era mejor pensar que todo junto convertía a Liam, ese joven que piensa en todos antes que él, que ríe para todos, que es feliz para todos, ese que llora, que está triste, él tenía puestos a todos antes que él, porque cada persona era un ser demasiado importante y tenía que asegurarse que estuvieran cómodos y contentos. Todo eso concluía en Liam y Liam era valioso.

El moreno no podía estar más agradecido con su chico, no sabía que había hecho bien para que Liam llegase así tan fácil en su vida. Apenas más de un año le conoció y no podía negar que ese niño preciso le hizo convertir en otra persona, en una más feliz y tranquilo, dejando el vacío en el olvido. El mayor no dejaría irlo, porque sabía que era él único que le podía amar sin límites, sin problemas, sin nadie interviniendo, nada podía impedir amarle y desearle, ni una mínima posibilidad había, Malik lo aseguraba con voz y letra, eso sí.

Amor Callejero |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora