CAPITULO 4

156 5 0
                                    

Apenas llegamos a la universidad como era el primer día, no hubo clases, solo presentaciones de lo que sería de ellas, profesores presentándose, y enseñándonos cada rincón de esa belleza gigante, la verdad es que estaba ansiosa por conocer a mis compañeros, ansiosa por empezar mis clases de estética, si, estética, algo que amaba, aunque la empresa que era de mis padres no tengan nada que ver, es lo que amo, aunque a mí en lo personal no me gustaba aplicármelo a mí misma, sino que me gustaba que las demás se vieran hermosas, mientras íbamos caminando un pequeño golpe en mi hombro me saco de mis pensamientos, apenas sentí el golpe voltee a ver qué o quién había sido

Cuando voltee para ver tuve que mirar hacia arriba, un joven de pelo castaño un poco parecido al mío, unos ojos verdes como el pasto, una sonrisa un poco traviesa, y una altura de aproximadamente un metro ochenta y cinco, algo que para mi realmente era gigante, la verdad es que lo examine más que bien, llevaba unos vaquerón obscuros, una polera negra con una chaqueta de cuero un tanto ajustada que hacía que sus brazos se notaran aun mas marcados, apenas lo vi , comencé a pensar en que nunca había sentido una tracción hacia alguien con tan solo mirarlo,  mi mente de una joven cristiana, sin enamorarse de nadie más que de Dios, la joven que solo quería estudiar y que le prometió a su hermana no mirar a nadie ni pensar de nadie sin antes conocerle, ya se había ido, pero no permitiría que la atracción física de ese hombre me hiciera salir de mis propósitos

-de verdad lo lamento, no te vi iba conversando y tu mirando hacia otro lado, te lastime? – cuando oí su voz un tanto grabé, desperté de mis emociones y pensamientos pecaminosos de ese instante, me sentía realmente como una filistea por Dios, donde quedaron mis principios

-no te preocupes- dije cortante

Me dila vuelta y seguí con el pequeño tour de la universidad, al parecer vale no se había dado cuenta de nada, osino en este momento la tendría molestándome y haciendo que cada rincón de mi cuerpo se pusiera nervioso.

Ya el día había terminado, no paraba de pensar en ese chico al cual vi un par de veces más en este día, ya había dejado a vale en su casa, para decir verdad no ha sido tan terrible, mis nervios se tranquilizaron al apenas entrar a casa, habíamos pasado el resto de día con vale hablando y conversando sobre nuestras vacaciones, y al parecer las de ella fueron mucho más interesantes cuando llegue a mi casa vi a lucí con Evan en el sillón viendo una película así que solo los salude y me fui a la habitación apenas vi mi hermosa cama color morada, no dude en tirar todo a un lado y estirarme ahí, hasta que no pudiera mas, solo era el principio de la semana y ya sentía que ya no quería mas guerra

Me Enamore De Un Yugo Desigual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora