Capítulo 2

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Draco ingresó a la biblioteca sonriendo al ver a su novia sentada leyendo en la misma mesa de siempre.

Le besó la mejilla antes de tomar asiento a su lado. Ella lo miró seria.

-¿Requerías mi presencia?

-¿Es verdad que piensas pedirme matrimonio frente a todos?- Draco frunció el ceño.

-No. ¿Quién te dijo eso?- ella exhaló aliviada.

-Es un rumor que anda circulando por los pasillos.

-¿Y por qué lo creíste, Granger? ¿Pensabas proponérmelo tu acaso?- Hermione rió bajando la mirada a su libro.

-Ni que estuviera loca.

-Me hieres.- bromeó sonriendo ampliamente.

-No creo que a tus padres les guste tanto la idea de que exista algo entre nosotros.

-Ten bien claro que no me importa para nada la objeción de mis padres. Si quisiera casarme contigo, lo haría sin avisar.- ella sonrió de lado y volvió a bajar la mirada.

-Te ves triste... ¿Sucedió algo?- La chica negó y se levantó tomando su libro para abrazarlo contra su pecho. Él se levantó también.

-Ya tengo que irme.- habló comenzando a caminar, pero la detuvo.

-Hermione...- sus ojos se cristalizaron y gimió. Draco se apresuró a abrazarla, oyendola llorar en su pecho. Recostó su mejilla en su cabeza, acariciandole el cabello y la espalda para tranquilizarla. -No me gusta que llores... ¿Puedes decirme qué te sucede?

-Te amo, Draco.- soltó con la voz aguda y se alejó, aún viendo un punto fijo en la ropa de él. -No sé porqué Ron no puede entenderlo...-frunció sus labios reprimiendo su llanto y dejando escapar lágrimas silenciosas.

-Así que Weasley no te habla.- le peinó el cabello colocándolo detrás de su oreja. Ella negó.

-Me odia. Ni siquiera me mira.- Draco sonrió de lado.

-No te odia. Solo es un inmaduro que no aprendió nada después de pasar por una guerra. No debes prestarle atención. Él se pierde de tener una maravillosa amiga bruja llamada Hermione Granger.- Hermione sonrió mordiendo su labio.

-Te amo.- le volvió a decir, esta vez viéndolo a los ojos.

-Adoro que lo repitas.- la tomó del rostro y le besó la frente. - Yo también te amo, Granger.- le dió un corto beso en los labios y limpió los rastros de lágrimas en sus pómulos con sus dedos. -No más llanto por cosas que no valen la pena, Granger.

-Basta de llamarme así.- lo vió enojada y éste rió.

-No quiero verte llorar otra vez por Weasley, ¿entendido?- ella asintió y se estiró para alcanzar sus labios nuevamente.

~

Ron caminaba junto a Harry por los pasillos hacia la clase de transformaciones cuando el grupo de Draco los interceptó.

-Con permiso.- dijo Ron siendo tajante, a lo que Malfoy sonrió.

-No seas descortés, Weasley. Ten la amabilidad de saludar.

-No te mereces más que mi desprecio, Malfoy. No me molestaría en gastar mi saliva saludandote.

-Me hieres, Weasley.- llevó su mano a su pecho finjiendo en forma de burla, por lo que sus amigos rieron. Hasta Harry reprimió una sonrisa.

-De todos modos, solo vengo a hablar contigo sobre Hermione.

-No quiero escuchar nada de lo que tengas que decir.- quiso pasar empujándolo para hacerlo a un lado, pero Draco lo retuvo sosteniendo su brazo.

-Oh, yo creo que si.- ambos se dirigieron una mirada desafiante. Draco lo soltó cuando el pelirrojo cedió, viéndolo expectante. -Entiendo perfectamente que me odies. Yo tampoco te tengo ni una pizca de afecto. Pero nuestra rivalidad no involucra a Granger. Se supone que eres su amigo. Y por lo que tengo entendido, los amigos no hacen sufrir al otro.

-¡No vengas a darme una clase de moral! ¡Justamente tu!

-Yo no tengo porqué enseñarte nada que no sepas. A menos que vuelva a ver a Hermione llorar por tu maldita causa.- elevó la voz. -Te aseguro que no me arrepentiré de acabar en Azkaban luego de implementar la magia oscura en ti vengando cada lágrima que le hiciste derramar.- Ron no dijo nada. Tan solo lo empujó para seguir su camino. Harry, por otro lado, sonrió de lado ante aquella escena. Ahora confiaba en que Draco cuidaría bien de su amiga, aún cuando este hubiese amenazado a su mejor amigo, sabía que solo lo hacía para hacerlo entrar en razón con respecto a la actitud maleducada que empleaba hacia Hermione.

Draco exhaló mirando el suelo para luego alzar la vista en dirección a Harry. Le sonrió de lado, al igual que Harry, el cual soltó un amistoso "hasta luego" y siguió su camino.

Draco solo esperaba que aquella amenaza contra Weasley hubiera funcionado.

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