Capítulo 3

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Hermione miró a sus amigos sonriente. Ron había aparecido sorprendentemente en la biblioteca, buscándola para disculparse. Ahora volvía a sentarse a su lado como de costumbre sintiéndose feliz de haber arreglado todo. Sus palabras no fueron lo que esperaba, pero por lo menos volvían a hablarse.

-Hola, Ron.- Una chica rubia se acercaba al pelirrojo, sonrojando al mismo en cuanto notó la mirada de sus amigos en él.

-Luego nos vemos, chicos.-se despidió sin mirarlos y se alejó de ellos junto a la chica.

-Deberías agradecerle a Malfoy por este trato con Ron.- Hermione volteó rápidamente hacia su amigo de lentes.

-¿Él intervino en esto?

-Hizo lo que tenía que hacer. Abrirle los ojos a Ron.

-¿Qué fue lo que le dijo?

-Oh, nada malo... Solo que no le importaba ir a prisión luego de haberlo hechizado con tal de hacer pagar las lágrimas que te había hecho derramar.- Hermione sonrió reprimiendo su risa.

-Ese chico realmente te ama si dejó el rencor de lado tan solo para hablar con Ron y convercerlo de que te pidiera perdón.

-Supongo que le debo una recompensa.

-Yo creo que no quiero saber de qué se trata esa recompensa.- Harry rió ante aquello mientras huía de la chica, la cual se dedicaba a golpearlo con sus libros.

Llegaron a los jardines, donde se separaron, ya que ella vio a Draco y sus amigos fuera, por lo que dejó a Harry seguir de largo y salió dirigiéndose a su rubio novio con una tímida sonrisa en la cara.

-¡Oh, ahí viene mi fantástica novia! Haganse a un lado, brutos.- Draco sonrió ampliamente al bajarse del árbol y caminar los pasos restantes para recibirla.

-Hola.- murmuró sonrojada ante la mirada de los demás slytherins, quienes los miraban fijamente.

-¿Cómo estás, Granger?- preguntó tomando su mano.

-Muy bien. ¿Tu?

-Mejor ahora que te veo.- eso hizo arder la cara de Hermione.

-Y-yo... Solo vine a darte las gracias.

-¿Ah,  si? ¿Por qué?

-Por haber hecho lo que hiciste.

-No sé de qué hablas, Granger.- negó finjiendo demencia. Por lo que Hermione entendió y le siguió el juego.

-Oh, ¿no has sido tu? Que mal... Realmente quería recompensarte por ello.- chasqueó la lengua mirando hacia sus amigos que se sonreían burlonamente al entender las intenciones de la chica.

-¿Recompensa?

-Si, pero, no importa.- le besó la mejilla y retrocedió para poder irse.

-¡No! ¡Espera!- se apresuró él a tomarla del brazo. -Hipotéticamente hablando, ¿qué tipo de recompensa recibiría?

-No lo sé... hipotéticamente hablando, te concedería lo que quisieras, ya que sostienes privilegios por ser mi novio...- le sonrió sin quitar sus ojos hipnóticos de él, obteniendo su sumisión por completo. -Pero como tu no has sido... es una lástima de que te perdieras de esa oportunidad. Así que, nos vemos luego, Draco.- el rubio quiso gritarle que se detuviera, que él había sido quien había puesto en su lugar a Weasley, que realmente quería aquella recompensa porque se la merecía. Pero nada salió de sus labios. Solo se quedó allí viendo como la chica se alejaba trotando hasta adentrarse y perderse en el castillo.

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