La broma: parte dos

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Cuándo estaban entrando Juan pensó "para que abrí mi boca, bueno ya no me puedo librar", en eso Marial y Antonio ya estaban pensando como espantar a Juan, Juan ya pensando con claridad se dio cuenta de que lo querían espantar y pensó "les voy a revertir su pequeña broma", en eso Marial abre la vieja puerta de madera antigua, al escuchar rechinar la puerta Juan tubo una gran idea.
Juan le dice a Marial-damas primero-, en eso Marial le responde-no seas cobarde-, el siguiente en entrar es Antonio que no podía dejar pasar la oportunidad de burlarse de Jaun-pobre tiene tanto miedo que se va a orinar- decía Antonio, y por último en entrar es Juan, no sin antes agarrar un par de piedras para su pequeña broma.
Ya los tres estando dentro estaba viendo todo la casa, Juan con la primera piedra la lanzó hacia donde iba Antonio, Antonio al escuchar la piedra caer y rebotar dos veces grita-¡¿QUIÉN ESTÁ AQUÍ?!- Maril fue la primera en responder -no hay nadie contigo-, luego fue Juan que le dijo -no que muy valiente-.
Después de que Juan se acabara las piedras con Antonio encuentra un sótano y grita-¡VENGAN Y VEAN ESTO!-, la primera en llegar es Marial seguida por Antonio, Juan les dice -¿bajamos?-, como Juan bajo primero y este Antonio no quería bajar Marial le dice -cobarde, asta Juan lo hace-, Juan ya abajo espanta primero a Marial ella grita, luego le dice enojada -¡nunca lo vuelvas a hacer!, luego bajo Antonio, aunque un poco lento pero esta vez la broma fue distinta.
Marial estaba acostada en el piso del sótano fingiendo estar desmayada, Antonio al ver a Marial en el piso decide bajar corriendo, ya asta abajo Juan lo toma por la espalda, en eso Antonio se queda paralizado del miedo.
Juan le dice a Marial-ya levántate-, Marial sin poder evitarlo comienza a reírse, en eso le sigue Juan, Antonio sin entender lo que había pasado les pregunta-¿porqué lo habían echo?-, Juan le dice-era imposible dejar pasar la oportunidad de espantar a alguien-.
Los tres al ver que la casa era bastante grande deciden comenzar a repararla para tener una guardia, pero solo por dentro para que nadie los notara.

¿Cuál es mi verdadero yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora