Somos un equipo

7.9K 934 306
                                    

—Vamos a tener que llevarla al entrenamiento, ¿estás seguro que no nos regañarán?—preguntó Shouyo, preocupado.

—Será solo esta vez Chibi- chan, yo me hago cargo— dijo Kuroo.

Natsu tomada de las manos de sus hermanos caminaba de vuelta al gimnasio de Nekoma para el entrenamiento vespertino. Su madre no podía ir a buscarla ese día, tenía una reunión en el trabajo al igual que su padre. Shouyo de inmediato, como un buen hermano mayor, fue a su encuentro. A tetsuro  ya no se le hacía raro hacerse cargo de ella, de verdad quería a esa niña. Natsu se había ganado su corazón al igual que Shouyo.

Al llegar, Tetsuro se apresuró en ir donde Nekomata- sensei y Manabu-sensei y explicarles porque ellos habían llevado a su pequeña hermana al entrenamiento. Natsu que estaba de pie a su lado, sonrió amplio. Los dos hombres la miraban asombrados al igual que los demás chicos del equipo, era idéntica a Shouyo.

—¡Muchas gracias por cuidar de mi, Ojiisan!—dijo ella animada. Sus mejillas rosadas, su bella sonrisa y sus coletas la hacían ver en extremo tierna. Eso fue suficiente para que Nekomata-sensei diera su aprobación. Sentándose a su lado le contó que quería jugar voley, moviendo su manos en aire dándole énfasis a su platica y riendo. Ambos hombres estaban concentradisimos en ella, ya los había ganado. Natsu era una chica lista y sentía la pasión por el deporte como ellos, asi que cuando el entrenamiento comenzó, la pequeña observaba atenta cada movimiento mientras  Nekomata- Ojiisan hacia alarde de su conocimientos.

—Te lo dije chibi-chan, ningún problema— Tetsuro le revolvió el cabello mientras calentaban. Hinata lo empujó riendo a lo que el moreno tomó sus brazos apretándolo contra su cuerpo sin dejar de reír.

Yaku los observaba de reojo. Se alegraba de que esos dos se llevaran tan bien. Recordaba como Kuroo le había contado sobre lo que se le venía encima— eso de tener una familia nueva— y lo molesto que estaba con ello. Pero ahora, viéndolos tan unidos...
Kuroo cumplía su palabra de sacar el mayor esfuerzo de Hinata: cada entrenamiento era intenso y el pelirrojo en vez de quejarse, daba el 120 por ciento, era un jugador que daba lo mejor de si. Pero afuera del gimnasio todo cambiaba. El podía notar esos cambios en su amigo—se conocían  tanto tiempo— las sonrisas sinceras al ver a Hinata, las conversaciones entre ellos en las que Kuroo ponía toda su atención, los almuerzos que compartían en los que siempre terminaba acostado sobre sus piernas  mientras comían lo que el pelirrojo había preparado.

Aunque realmente le hacia feliz por otra  parte se le hacia bastante raro... Ellos dos...era como si... Bueno, alguna vez pensó lo mismo de Kuroo y Kenma pero...

Yaku sacudió su cabeza tratando de disolver aquellos pensamientos.

—Yaku-san— le llamó Lev— esta muy distraído hoy - el libero frunció el ceño, irritado.

— ¡Concéntrate en la práctica!— golpeando su espalda.

*******

El grupo de chicos afuera de la tienda de conveniencias, alzaba la voz  animados. Las risas, los comentarios sobre el entrenamiento y la visita de Natsu-chan—que ya era una con el equipo— eran el tema del día. Kuroo salió de la tienda con una bolsa enorme llena de comida.

— Saquen el que quieran—dijo abriéndola. Todos meterieron la mano sacando el bocadillo que más les gustaba. Tetsuro le entregó a Natsu una paleta helada de chocolate la que ella  comió casi al instante.

— ¡Tengo frío!— se quejó al terminar. La paleta helada hizo efecto en su pequeño cuerpo. Shouyo se quitó la chaqueta del club y se la puso en los hombros.

Querido Hermanastro [KuroHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora