Gabriela.

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-Oh dios mío...

-Jo: Y eso fue lo que paso, oficial.
-O: ¿Y dónde esta esa tal Alejandra ahora?
-S: No lo sabemos, su madre nos dijo que fue con su tía, algo así.
-O: Haremos lo posible para encontrarla, entrevistaremos a su mamá también.
-J: Gracias pero queremos ver a Gabriela.
-O: Esta muy herida, la podrán ver en e hospital, si quieren acompañarnos.

Silvia y yo estábamos llorando, sí, cuando abrimos la puerta, la encontramos, era Gabriela, no puedo creerlo, estoy muy triste y confundido. ¿Por qué hizo eso? ¿Fue ella? Digo, Alejandra es bastante amable tal vez le pasaba algo, o, ¿era odio? No lo sé, pero quería descubrirlo.

Silvia conducía en su auto, ya que mi auto explotó:

-No puedo manejar más.
-¿Quieres cambiar?
-Por favor..-Dijo Silvia llorando.
-Tranquila.
-¿Cómo quieres que este tranquila después de todo lo que paso? -Me gritó.
-Por lo menos Gabriela esta viva.
-Pero lastimada, ¿no entiendes? casi muere, la torturo.
-¿Cómo sabes que fue ella?
-¿Qué? ¿Qué rayos? ¿Dijiste eso? Que idiota.
-¿Disculpa?
-¿Qué? ¿Crees que fue un fantasma?
-No, pero me refiero..-Silvia interrumpió:
-No Jonathan.

Se quedaron callados los dos.

-Perdón.
-Igual, es que, estoy asustada.
-¿Por qué?
-¿Y si viene por nosotros?
-¿Ale? No pensaba en eso.
-Sí.
-No te preocupes te aseguro que nada te pasará cuando estés conmigo hermana. -Y se abrazaron

En la noche, como a las 8:30 fueron a visitar a Gabriela.

-Paciente 2, puerta 4 a la derecha.
-Gracias.

Antes de entrar a Jonathan le dio un escalofrío.
-¿Hola?
Aún no terminaba de abrir la puerta.
-¿Quién es?
Abrió la puerta completamente.
-¿Jonathan?
-Gabriela.
La vio en la camilla y la abrazó muy fuerte.
-Lo siento.
-Bésame.

Continuamos como Gaby:

-Lo besé, respirando el aroma de su piel, sintiendo su suave pelo bajo los dedos y cuando me devolvió el beso todo desapareció y quedamos únicamente Jonathan y yo, en una camilla en medio de un simple hospital bajo miles de estrellas.

Le expliqué todo, los celos de Ale, que el lo amaba, porque no podía salir, etc.
Lo extrañaba demasiado.
Pero, entonces, comencé a llorar:

-¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
-No
-¿Donde esta Alejandra?
-No lo sabemos, ¿Por qué?
-No es ella.
-¿Eh?

Cerré mis ojos lentamente, no se porque, parecía un foco que se tardaba en apagar, y de la nada todo era negro.


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