My destiny - Double B (Editando)

Capítulo 2

Salí de la oficina de Jackson justo como había entrado, con nada.

Suspiré frustrado. Observé la hora, 01:00 a.m. Bastante tiempo sólo para un par de papeles, pero el maldito mocoso es tan difícil de encontrar.

Caminé hacia el bar para encontrarme con los chicos. Antes de entrar dirigí mi vista hacia el lugar asignado de los chicos, suspiré más tranquilo, cada uno se encontraba en su sector cumpliendo sin problemas con sus tareas. Lo he dicho, podré ser el mayor hijo de puta pero sigo preocupándome por estos idiotas.

Me acerqué a la barra y pedí un trago, caminé a paso lento hacia una de las mesas que estaban desocupadas y observé la hoja que me había entregado Chanwoo.

En media hora más termina su turno. Suspiré con frustración, pasándome las manos por el rostro.

-¿Mal día? –Preguntó una voz familiar, tomándome por sorpresa.

Levanté la vista hacia aquella voz, doblé el papel y lo guardé en mi bolsillo.

El chico frente a mí dejó el trago en mi mesa y me brindó una pequeña sonrisa.

Le miré detenidamente. Un chico alto, de tez morena, vestía uniforme indicando que era un mesero, cabello negro que llegaba hasta la parte superior de sus ojos, dientes de conejo y ojos que desaparecían en cuanto este sonreía, apareció de pronto frente a mí.

Su rostro me parecía muy familiar. Bastante lindo.

El chico me miraba expectante por una respuesta. Asentí fingiendo frustración para seguirle el juego.

-No tienes ni idea –Respondí tomándome el trago.

Asintió despacio como asimilando mi respuesta.

-Entonces, déjame traerte otro –Respondió tomando mi vaso ahora vacío y retirándose por donde vino.

Lo observé alejarse a paso lento, tiene buen culo. Relamí mis labios inconscientemente, pero es que, ¡maldición! ese pantalón se ceñía perfectamente a su figura marcando más su trasero. Aparté la mirada de esa gloriosa vista solo cuando sentí como mi polla poco a poco comenzaba despertar. Maldije para mis adentros, un mocoso depende de mí y yo aquí pensando en follarme al mesero.

Aunque, si este chico trabaja aquí probablemente él podría ayudarme a contactar con el mocoso, tampoco es que el chico fuera feo así que mataría dos pájaros de un tiro. Podría echar un buen polvo y estaría más cerca de encontrar al mocoso, al mismo tiempo.

Me sentí esperanzado, además de caliente.

Minutos más tarde el chico volvió con 4 tragos más, que yo jamás pedí. Sonreí con malicia al ver como depositaba en mi mesa los 4 vasitos llenos de alcohol.

Me sonrió de nuevo y estaba apunto de retirarse cuando lo detuve.

-¿Por qué no te quedas y bebes uno conmigo? –Lo señalé con uno de los vasitos.

Al parecer le tomó por sorpresa mi propuesta porque abrió los ojos de par en par.

Observó por sobre su hombro el lugar, solo éramos 4 personas sentados en el bar. La mayoría de las personas se encontraban en la pista bailando o en el baño drogándose o teniendo sexo.

Suspiró y tomó asiento frente a mí.

-Pero sólo uno –Dicho esto tomó un vaso.

Levanté mi vaso en gesto de brindar, el chico imitó mi acto y chocamos los vasos.