Diana

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Luego de salir de la oficina me tomo una tarde de spa en medio mi hermana me llama para cenar con ella y mamá en su casa. Acepto porque hace mucho que las evito.

Si la evito sin culpa. Mamá fue una abnegada ama de casa que nunca trabajo e inculco a sus hijas que una buena mujer debe obedecer a su marido, alimentarlo ocuparse de él y criar a sus hijos olvidando sus sueños y aspiraciones personales. Mi hermana Margaret siempre fue su fiel seguidora. Ella se caso a los 22 dejando la universidad a medio camino. Patrick es un buen hombre, no es una belleza pero la quiere y la cuida. Tienen 3 hijos dos niñas para quienes soy su ídolo y él pequeño Thomas de 1 año . Patrick tiene una empresa de consultas de inversiones a la que le va muy bien y viven cómodamente. Pero ni nivel de vida supera él de ella con creces. Esquive a todos y cada uno de los candidatos que mi madre me presentaba a veces de forma grosera. Aunque justificada. Una vez llegue a casa para una cena y estaba con ella él hijo de la mujer de la tienda un hombre delgado y calvo con anteojos de culo de botella que tenía una erección cada vez que me miraba.

_ hija mira invite a Hemet a cenar, es un gran admirador tuyo_ mire a hombre que ya tenía una erección grande como una carpa, mire a mi madre y le dije

_ que disfruten la cena_ y tomando mi cartera de nuevo me fui corriendo

Después de esa noche decidí irme de casa a vivir sola.

Margaret sé que me envidia secretamente. Envidia que tenga tiempo para mí misma, se que envidia que no esté atada a un hombre y que pueda follar con quien quiera. Envidia que no tenga que pensar en hijos antes que en mi y que pueda gastar sin pensar 1000 dólares en un par de zapatos sin preocuparme.

Salgo de spa más relajada y fresca. Llego a casa, me cambio a un vestido Chanel color crema y unas sandalias Prada estilo romanas que se atan hasta la rodilla y tiene él tacón mediano. Tomo mi cartera y guardo algunos labiales de juego que siempre compro para las niñas y un pequeño oso Teddy para él niño. No soy una tia maternal ni los saco de paseo pero cuando voy me gusta que sepan que pienso en ellos. Incluso hace unos años les regale a cada uno de los chicos incluso al pequeño Thomas una cuenta de ahorros para la universidad donde deposito mil dólares por mes por cada una. No es mucho pero en unos años va a ayudarles a no pasar apuros para estudiar. No como yo. Tuve que trabajar dos turnos y completos fines de semana para terminar mi carrera de gerencia en recursos humanos y un año más de la maestría. Me rompía él trasero estudiando, casi no salía a fiestas porque daba todas las materias posibles y termine la carrera un año antes que él resto de mis compañeros, me recibí Suma Cum Laude y entre a trabajar en una de las mejores empresas del país. No es que fui una tonta mojigata. Tuve mis amantes, buenos, malo y regulares. Pero no entre en ninguna relación. Me importaba más salir de casa y tener una verdadera carrera, independiente y exitosa sin depender de ningún hombre.

Mi madre no estaba feliz de que con 30 años aun no le diera nietos. Decía que mis ovarios envejecían y hasta llego a traerme un folleto de una clínica que congelaba óvulos. Nunca considere la idea de la maternidad, estaba demasiado concentrada en mi carrera y en disfrutar de mi vida. Ni si quiera la consideraba para más adelante, ella ya tenía nietos a quien fastidiar.

Llego a la casa de mi hermana. Es una hermosa construcción clásica que perteneció a los padres de Patrick y que ellos remodelaron añadiéndole dos cuartos más y otro baño en la parte de arriba. Tiene un jardín bien cuidado por mi hermana y siempre esta impecable. Toco él timbre y Margaret me abre vestida con un chándal y despeinada

_ gracias a dios que llegaste antes que mamá, Thomas se ensucio y tengo que cambiarlo y luego bañarme te pido por dios que cuides a las niñas quince minutos_ dice desesperada

Belle La Nuit... ( completa historia corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora