Su Unión y Ley [L x Lector]

-13-

Las nubes son extrañamente más oscuras que el cielo azul. Matsuda había afirmado que llovería, pero nada lo garantizaba.

L se ve satisfecho al apretar un osito de goma entre sus dedos. Esa manía de jugar con la comida me molesta, pero tengo que aguantarlo. Yo tengo mis manías y nadie se ha molestado por ellas.

No es que sea muy obvia, de cualquier manera.

Tarareo silenciosamente al tamborilear con los dedos sobre la mesa, contemplando a Ryuzaki.

Quiero comprender porque tanto odio a L. Cuando era "Ryuga" me agradaba, incluso disfrutaba su compañía. Pero al parecer el rencor hacia el aclamado detective siempre fue notablemente más fuerte.

"Watari," Ryuzaki reclama, dirigiéndose al monitor, todos enfocamos nuestra atención en el, claramente por cómo todas las miradas se fueron hacia L. "Llama a Yagami Light, por favor."

"Enseguida," responde Watari sin más. Levanto una ceja.

"Oh, ella no lo sabe, ¿o sí?" Pregunta Matsuda, nervioso. Algo olía mal, y no era la loción de hombre de Aizawa.

"Ah si. El día en el que me viste en el hospital, invite a Yagami Light a ser partícipe de nuestra investigación, accedió. Y no te preocupes, él ya sabe que yo soy L." Nunca me preocupe, pero el solo hecho de que Yagami Light estará aquí, posiblemente sentado a mi lado, es incomodo, porque según lo que L dice, Light no esta "enterado" de mi papel en esta investigación.

Solo refunfuño en respuesta, la risa de Aizawa es apenas audible, se burla.

La persona que supongo que me entiende mejor es Aizawa en si, ambos tenemos cierto disgusto hacia Ryuzaki, y no me lo tiene que decir a la cara. Con solo ver sus cejas arqueadas cada vez que L se atiborra de dulces es suficiente para saber el desagrado. Parece no disfrutar que L siempre sea el ultimo en decir todo, pero en eso tengo que estar en desacuerdo, yo hago lo mismo que el joven de ropas desgarbadas.

Me levanto de mi asiento, saliendo a la azotea.

"Hey, ¿a dónde vas?" Pregunta Aizawa, amargado como siempre.

"No soy de sus perros policías. Yo trabajo por mi cuenta." Si, estoy de mal humor. ¿Qué puedo hacer? Estoy estresada por alguna razón, y lo peor de todo es que no se porque. Chasqueo la lengua. "Si no tienen nada que hacer en lo que Light llega, lo menos que pueden hacer es tomar aire, parecen ermitaños."

"El aire entra por tu cabeza, por eso no consigues información. Por tus merecidos "descansos" cada diez minutos," dice L sin apartar la vista de la pantalla.

"Perdóname cerebrito, pero a mí si me preocupa mi apariencia."

"Bueno, perdooooname princesa*, por no tener espectrofilia* como mis ojos," ahora sí me miraba.

Me aproximo a él a puño cerrado, generalmente no recurro a la violencia, pero este idiota me saca de quicio.

"Oye _____..." Matsuda se acerca a mi, justo al borde de darle una bofetada al imbecil, cuando tocan la puerta.

"¿Pretendías... Golpearme?" Suelta una silenciosa carcajada. "Suerte con ello," se levanta, sacudiendo mi cabello como si fuera una niña. Aprieto los dientes y me cruzo de brazos. No se si eso es una amenaza, pero mi mente no llega a procesar correctamente mis acciones, menos al ver entrar a el joven de cabello castaño por la puerta. 

Mis ojos muestran instantánea sorpresa, él ni siquiera se inmuta, los demás también sienten cierta tensión en el aire, y puedo notar una borrosa sonrisa en las orillas de los labios de L, disfruta esta escena.

"Buenas tardes señores, y señorita," habla cordial, como la primera vez que lo conocí. "¿Con quién tengo el gusto?"