Mi diosa

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Antes el mundo vivía en paz con armonía con todos, los celestiales y los demonios vivían en equilibrio pero todo terminó cuando uno de los bandos provocó caos en el mundo de los humanos dando inicio a una guerra cruel que duró por algunos siglos asta nuestros días.

Los demonios como los celestiales combatían a muerte dejando muchas bajas para ambos bandos, los humanos al verse afectados varios de ellos seleccionaban un bando para apoyarlos y acabar la guerra , algunos de los humanos como demonios comenzaron a cazar a los Ángeles para devorar su carne y tomar su sangre para obtener poder también comenzaron  crear las armas caídas las cuales eran creadas por la sangre de los dioses . Mientras algunos los cazaban otros daban sus vidas para proteger a los dioses ya que era la única pizca de esperanza que les quedaban de la maldad de los demonios .

Pero por culpa de la caza de los dioses que se encontraban bajo el mando de kamimatsu provocando que ella quede sellada en el cielo sin poder salir para proteger a los humanos de los demonios, si no que también sin poder proteger a sus ángeles y ni a sus tres restantes dioses que corrían el riesgo de ser asesinados cada vez que salían al mundo de los humanos, y casi siempre regresando con alguna herida al cielo. Dos de sus dioses casi evitaban el enfrentamiento gracias a que sus santuarios estaban ocultos legos del alcance de los enemigos, por desgracias la que no tuvo suerte era choroko la diosa de la paz y sabiduría además de ser la mano derecha de kamimatsu ya que su santuario se encuentra en un lago cerca de un pueblo haciendo que sea una presa fácil para los demonios y humanos que buscan matarla para obtener su su sangre, provocando que ella luche no sólo para proteger  a quiénes la  veneraban si no para protegerse así misma de morir.

Choroko hacia todo lo posible para proteger a los humanos aún sabiendo que puede ser traicionada por ellos algún día, peleando día tras día, en especial por uno que ya la tenía harta por todo los desastres que provocaba nada más ni nada menos qué osomatsu él demonio de la avaricia y mano derecha de akumatsu, pero eso era el menor de sus problemas ya su preocupación era tougo el demonio de los engaños y mentiras que era el tenía un ejército numeroso no sólo de demonios sino que humanos ambiciosos de poder.

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Era un domingo por la mañana la mayoría de los habitantes del pueblo iban a la misa del padres karamatsu, un joven hombre serio con un semblante frío y pero amable ante la gente que se encontraba a su alrededor, además de ser el encargado de proteger a los aldeanos de los demonios que nunca los dejaban en paz, además de ser el cargado de darle sepultura a muchas de las personas, incluso de quemar los cuerpos de quienes an sido poseídos por los demonios aún encontra de los deseos de la familia de la víctima, eso era uno de las razones por la que varios del pueblo lo odiaban mientras otros lo respetaba y admiraban de que un joven bien parecido arriesgue su vida sabiendo que podía tener una familia con cualquier mujer.

- padre karamatsu padre es hora que salga para iniciar la misa - dijo una de las monjas del otro lado de la puerta .

- Eh.?....si hermana gracias iré enseguida - dijo el padre karamatsu del otro lado de las puertas- solo estoy arreglando mi sotana-

- dese que lo ayude ?-

-no no hay necesidad no se moleste -

-Pero padre-

-No gracias - dijo de manera firme.

-Como usted diga -  Retirándose de la puerta .

-gracias al cielo se fue .....maldita sotana quien mandó hacerlas,últimamente me an causado problemas y mis armas son cada vez más difíciles de ocultar - suspira tomando su Cruz con fuerza - por favor dios deja que esta misa salga bien sé que pido mucho pero que ningún demonio perturbe este día - sale del cuarto de donde estaba para dar inicio a la misa.