Capítulo IV

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Me despierto y noto que estoy abrazada con Alan, él aún no se ha despertado. Así que me levanto en completo silencio y busco la crema batida, luego subo, agarro un marcador y me acerco hacia donde esta Alan.

-Dios, duerme con un tronco.-Me río.

Me acerco hacia su cara y le pinto un bigote. Luego le pongo en la mano crema batida y le hago cosquillas con un bolígrafo que tiene una pluma. Alan empieza a mover la nariz y luego se rasca con la mano contraria a la que tenía la crema batida.

-¿¡QUÉ!? ¿¡ES EN SERIO!?-Grito y Alan se despierta de un brinco, por lo que se cae de la cama.

Me río y me acerco a donde esta él.

-Oh, hola-Le digo sonriendo.

-¿¡ESTAS LOCA!?

-Mm no. Es que me di cuenta que el marcador no tiene tinta y grite, lo siento.-Digo, le tomo la mano en la que todavía tiene crema batida y se la paso por la cara, sí, con su propia mano.-Deberías ir a lavarte la cara.

-Antes de lavarme la cara, ¿te puedo decir algo?

-¿Qué cosa?

-Ven aquí, es algo importante que no me gustaría que más nadie supiera.

-No hay nadie aquí.

-Confía en mí, acércate.

-Agh, de cuerdo, ¿Que quieres?- Digo cerca de él.

-¡Hacer esto!- Dice besándome la mejilla con la crema en la cara, que lindo, ahora me lleno de crema batida.

-¡ALAN!, Por cierto, lindo bigote.

-¡¿QUE?!- Se mira a un espejo que se encontraba al lado de la cama.-¡ANNIE! ¡¿Es permanente?!- Dice molesto.

-Tal vez...

-Me las pagarás linda.

-Con gusto.- Digo sonriendo.

-Ahora vamos al baño a quitarnos esto, esta pegajoso.- Digo quitándome un poco con la mano. Al llegar al baño que no queda lejos de mi habitación abrimos el grifo y nos empezamos a quitar la crema batida del rostro, y agarro un poco de agua y se la tiro, como él le gusta vengarse agarra aun mas y me la tira.

-Esto es guerra.- Digo agarrando más agua con mis manos. Lo siguiente fue tiranos agua hasta quedar totalmente empapados y nos detuvo la voz de mi madre seguido de un ¡YA LLEGAMOS!

-¡Hola madre! ¡Ya bajo!- Digo fingiendo estar súper animada.

-Y nosotros empapados.- Dice Alan.

Bajamos las escaleras hasta llegar a la sala de dónde provino la voz de mi mamá.

-Hola Señora y Señor. Cold ¿Como están? ¿Cómo les fue en su viaje?- Pregunta Alan siendo educado.

-Todo bien Alan, gracias.- Dice mi madre.

-¿Que hicieron que están tan mojados?-. Dice mi padre.

-Nuestras tonterías.- Respondo.

-Bueno creo que debo irme. Espero que tengan una linda mañana.

-No es necesario Alan, si quieres quédate a almorzar.- Dice mi madre.

-Mamá...- Digo fulminándola con la mirada.

-¿Annie? Se amable, vamos quédate.

-De acuerdo, sería un gusto comer con ustedes.

(...) 

 -¿Y cómo te ha ido en fútbol?- Pregunta mi padre fan del fútbol, y si, Alan juega fútbol desde feto, le encanta y es muy bueno. 

Entre palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora