Capítulo 1

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                Cerré mi laptop de un golpe. La impotencia corría por mis venas. No importaba cuántos mensajes de apoyo recibiera, no servían. No servían por el simple hecho de ser virtuales. Tal vez en un principio sí lo hacían pero ahora eran inútiles. Eran inútiles porque yo había subido un escalón. Ya no me conformaba con esas relaciones virtuales, necesitaba más, necesitaba apoyo en carne y hueso. ¿Acaso era tan difícil encontrar a alguien medianamente interesante en el mundo real? Estaba harto, hastiado de tanta falsedad, de tanta mierda en este mundo mediocre y sin sentido. Mi terapeuta era una estúpida que en vez de ayudarme empeoraba todo, y mi vieja lo era aún más por no hacerme caso cuando le decía que quería cambiar de psicóloga, que esto no estaba funcionando, que cada vez estaba peor. Mi viejo era un inútil que simplemente se limitaba a observar con indiferencia las incontables discusiones de ésta índole que a menudo surgían entre mi vieja y yo. "No podés permitirte el lujo de dejar terapia, Emi, no después de lo que pasó". Idiota, ¿no me escuchaba cuando le decía que no quería dejar terapia sino sólo cambiar de terapeuta? Al parecer no, y esa era la cuestión de todo el asunto en resumidas cuentas. Nadie me escuchaba, nadie me comprendía, y nadie jamás lo iba a hacer. Sólo mis amigos cibernéticos en mi misma situación entendían, pero como ya había dicho antes: ya no era suficiente. Estaba solo en este mundo de hipócritas, solo e incomprendido. Maldita sea, la puta madre. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Cómo había llegado a desear tan desesperadamente la muerte? Dolor. Dolor y soledad por todos lados, en el aire, en las palabras de la gente que me rodeaba, en mis viejos, en mi mente, en mi cuerpo. En seguida sentí como las lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas a medida que mis pensamientos alimentaban mi sufrimiento como leña al fuego. Miles de recuerdos comenzaron a surgir llenando todo mi cuerpo y mi mente de dolor. "Mirá, ahí va el freak, seguro se la come el puto ese." "Es preocupante, tiene cara de que algún día cae al colegio y nos mata a todos." "Ey, ¿qué hacés? Si invitás al emo ese dejo de ser tu mejor amiga, eh."

No lo soporté más. Abrí el primer cajón de mi escritorio y saqué mi Gillette. Sin siquiera pensarlo, comencé a cortarme la muñeca mientras mi mente seguía revolviéndose en un torbellino turbio sin fin, al mismo tiempo que mis lágrimas caían desbordadas sobre mi ropa, dificultándome ver con claridad. Una vez que terminé, respiré aliviado. Todo mi dolor había desaparecido, los cortes eran como anestesia para mi alma, llevándome a un estado de relajación y paz mental indescriptibles. Lo único que quedaba era el insignificante malestar de mis heridas. Me tiré hacia atrás en mi silla, mientras contemplaba tranquilamente como la sangre salía de mis recientes cortes. Tomé un poco de papel higiénico del cajón y lo presioné contra mi muñeca. Recostado hacia atrás me quedé contemplando el techo de mi cuarto. Nada de esto importaba, al fin y al cabo, ya tenía todo planeado para suicidarme al día siguiente.

                                                                                 ***

-¡Emi, levantáte hijo! Apuráte que me vas a hacer llegar tarde al trabajo – la voz de Celia, mi madre, logró despertarme. Como siempre, todo se trataba de ella.

Me incorporé en mi cama y suspiré. Otro día más de vida, otro día más de la misma mierda y de las mismas personas ridículas. La vida no tenía sentido. Por suerte, ése sería mi último día.

Abrí mi placard, agarré un jean desgastado, una remera con un estampado de huesos que simulaban ser como una radiografía del tórax mostrando las costillas, un buzo gris y me vestí. Antes de bajar las escaleras, tomé una muñequera negra de mi mesita de luz y me la puse en mi muñeca para ocultar los cortes.

-¿Me querés decir qué carajo estabas haciendo? –me preguntó mi vieja enfurecida apenas me asomé al comedor.

-No me sonó la alarma, ¿te podés tranquilizar? –contesté, mientras me sentaba a la mesa.

El día que decidió no morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora