Capitulo 19 ~ Fuego cruzado

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(Narra Arquesh)
Andábamos ágiles esquivando todos los obstáculos, por detrás iban Astria y Fercor que había quedado agotado después de usar todo el poder que le quedaba para teletransportarnos a la hondonada, en el Palacio nos habíamos encontrado a todos los niños y ancianos los que nos habían dicho aterrados que la batalla ya había comenzado y las hadas habían caído ante los magos ahora era trabajo de los magos que habían acudido a la ayuda, pero según las descripciones de un silfo anciano que de había acercado a la puerta para conocer los progresos en la batalla, había muchas hadas malheridas y muchas otras habían caído, la reina estaba crítica, fue alcanzada por una bola de energía negra por intentar salvar a un joven silfo del que solo quedaba la armadura destrozada.
Después de esto supimos que era tarde pero aún así teníamos que dar la noticia de la muerte del hada.
Nazan tras salir del Palacio había dicho que tenía algo que hacer y se fue, adentrándose en el bosque ninguno le siguió, Fercor tuvo que sentarse, Astria se quedó con el voluntariamente, Vrendia y yo Caminábamos lo más rápido que podíamos para llegar cuanto antes a la entrada, no se me había hecho nunca el camino tan largo
(Narra Nazan)
Corría entre los aeboles, saltando troncos y raíces de vez en cuando me rajaba o me magullaba con una rama especialmente puntiaguda y afilada pero no me detenía, tenía un mal presentimiento sobre algo.
Me detuve en seco, y observé la vieja cabaña, estaba tal y como la había visto la última vez pero algo había cambiado. Me adelanté y entre sigilosamente en la estancia haciendo el menor ruido posible, destapé la jaula .... nada no había nada, la joven chica Darf ya no estaba allí, había escapado, pude observar un boquete en la jaula bastante grande lo suficiente para que pudiese haber escapado, pero como si el hechizo de la jaula lo había hecho Amadio, no podría haberlo roto a no ser que el profesor hubiese muerto, entonces el hechizo se rompería instantáneamente, me arrodille, no era posible, aquello no era verdad no podía ser verdad
- Ehh tu, no pensé que volvería a verte- dijo una voz impertinente con un tono divertido tras mi
Me di la vuelta y pude ver a la chica de negro apoyada en el marco de la puerta mirándome con unos ojos entre curiosos y calculadores
- ¿Como te has escapado? - dije obviando su tono
- Ese hombre que me apresó el mago de la piel verde, me soltó, dijo que me podría salvar si todo esto acababa -
«Esta vivo - pensé levantándome del suelo algo más animado pero algo no encajaba, ¿que ella tenía salvación?, ¿Por qué ella no se ha ido cuando podía? »
- ¿Porque sigues aquí si ahora eres libre? - mi voz era fría, no quería mostrar la inquietud que me atormentaba
- A ¿Donde iba a ir?, me escape y no para volver , además seguramente si vuelvo me leerán la mente y me mataran después - se giró y miro el bosque
- ¿Por que te iban a matar? -
- porque no ya no le soy de utilidad, ella me mandó a descubrir tu ubicación, pero ahora esta muerta y no tengo porque cumplir sus órdenes -
-¿el hada ? Porque mi ubicación que quiere de mi - el miedo me atravesó las entrañas
- no lo sé el señor oscuro se lo encomendó, si ahora vuelvo sin ti y con el hada muerta el no dudará en matarme, ya no quiero formar parte de ellos realmente nunca quise pero no tuve opción, bueno yo ya me voy saldré del bosque y desapareceré, lo siento por lo de tu madre -
- como... ¿como lo sabes ?- mi voz volvió a tornarse fría
- ella no está contigo, es lógico que por una razón u otra no ha venido contigo-
- una amiga me dijo que se iba a entregar a ese señor oscuro del que hablas- torcí el gesto en una mueca
Su gesto fue de sorpresa y acto seguido como disimulandolo se puso pensativa
- ¿Qué pasa? - dije exasperado
- nada no se porque nadie querría ir con el señor oscuro - parecía distraída- bueno me voy
- ¡Espera!, Ven conmigo, me has ayudado tal vez pueda hablar con Amadio para que te permita estudiar magia, en cierto modo el te liberó, puede incluso que a eso se refiere con salvarte - me acerqué más a ella
- no creo que sea buena ide....-
- sí, ya no eres de su bando, no eres mala, ayudamos y nadie negará que estás de nuestro lado- su gesto se volvió serio
- no estoy de vuestro lado ni del de ellos simplemente no es mi guerra - su voz era fría e imponente
- pero es tu mejor opción ayudanos, estudia magia con nosotros y serás libre, te lo debo, Safira - le levanté la cara que había bajado como si la situación le fuera incomoda y me encontré con sus ojos, pude ver aquella gota de luz, existía en ella y Amadio lo sabía, yo también, la besé, fue sin pensar pero real, todo mi cuerpo se estremeció levemente y ella no se separó de mi fue un beso tímido, pero especial, la cogí de la mano y salimos de la vieja cabaña
(Narra Safira)
Estaba paralizada cuando me beso no pude ni pestañear cuando sus labios rozaron los mios, desde la comisura de la boca hasta la punta de los pies se extendió una descarga eléctrica que me estremeció pero a la vez era adictiva, me cogió de la mano delicadamente y me arrastró al exterior, no sabía cómo reaccionar algo me decía que me soltase y escapase, pero no lo hice seguí agarrada de aquel chico que veía en mi algo mas que una Darf y que para colmo me acababa de besar, a mi, era real lo que sentía o sólo era producto de la excitación del momento, tal vez si cortase el contacto algo cambiaría sonaba, aunque aquello sonaba ridículo.
Mientras yo estaba absorta en mis pensamientos el me guiaba entre los árboles y de vez en cuando miraba hacia atrás regalándome su mejor sonrisa, era guapo, pero yo no podía sentir eso por el, no debía sentir eso por el, seguíamos avanzando y llegamos al camino, que realmente era un leve ensanchamiento entre los árboles por donde se lograba ver el cielo, estaba atardeciendo podía ver un cielo anaranjado con rayos amarillentos, era precioso donde vivía antes; nunca veía el cielo creo que estábamos bajo tierra o realmente no lo sé nunca me lo explicaron.
Pude escuchar las primeras voces en la lejanía, el terror porque me volviesen a apresar se apoderó de mí y me detuve pegándole un tirón en el brazo a Nazan que hizo que se soltase mi mano
- Tranquila Safira, son mis amigos - su voz era tranquilizadora
- n.. no es el momento apropiado para esto ahora están susceptibles en cuanto me vean me atraparan, me verán como una amenaza - descubrí pánico en mis palabras
- Safira se lo explicaremos, Amad... -
-¡No!, El mago no está aquí no me defenderá, debo irme ahora que estoy a tiempo - sin darme cuenta estaba retrocediendo
- pero vendrá, porfavor - expresaba cariño
- lo siento - retrocedí un paso hice un hechizo de sombra que me enseñaron con el que me oculte en la oscuridad de un árbol y deje a un atónito chico con la mano en alto
Realmente quería quedarme con el pero no podía ese no era mi mundo, desaparecería en cuanto me fuera posible y me olvidaría de aquella ridícula guerra, y con el tiempo tal vez de aquel joven que vio en mi lo que nadie había visto jamas, ni siquiera mi padre.
Lentamente retrocedí sin moverme de la sombra y me adentré en el bosque
(Narra Nazan)
Me había quedado petrificado cuando la joven maga había desaparecido sin dejar rastro, no podía reprocharselo, me di la vuelta y fui hacia las voces, parecían discutir por algo, con forme me acercaba la intensidad y el tono de la conversación estaba subiendo
- Nos tienes que dejar pasar, es importante, porfavor - una voz que estaba exasperada
Arquesh, era Arquesh y alguien le tapaba el paso, me acerqué, movía las manos haciendo aspavientos y al lado cruzada de brazos y sin expresar el más mínimo sentimiento con los ojos entrecerrados Vrendia, paciente a que el silfo entrara en razón, se giró a donde yo estaba observando y los ojos se le abrieron
- Nazan, ya estás aquí, has visto a Astria y a Fercor los dejamos en el palacio- negué con la cabeza
- ¡Nazan!, Explicale a este señor que necesitamos llegar hasta el ejército- su voz esta cada vez más nerviosa
- buenas señor, resulta que somos aprendices y traemos noticias de nuestro maestro para la reina y el ejercito- mi voz estaba tranquila y seria
- la reina esta malheridas y apenas puede hablar, y los magos estan demasiado ocupados como para ocuparse de unos mocosos como vosotros, dile a su maestro qu ...-
- Es el gran mago Terr, el maestro de la academia, uno de los archimagos del Consejo- la voz salió de la chica que hace un momento parecía ausente y cruzada de brazos, ahora se encontraba en una pose de determinación y fuerza, incluso yo quedé sorprendido por su actuación en la conversación - traemos noticias de él y son importantes -
El silfo había cambiado su gesto de estar ofuscado a sorprendido y luego intimidado
- lo siento, aprendices del gran mago- parecía titubear - yo mismo os llevaré a la jefa del ejercito
Se apartó y nos guió hasta casi la misma puerta de la hondonada, aquello no ers lo que había visto unos meses atras, ahora el suelo estaba rodeado por cuerpos entre muertos y silfos y hadas que agonizaban, había tres Lizz que parecían sobrepasados dos chicas y un chico aunque de una raza que no conocía
-Seguidme, la jefa de los magos esta en la cabaña con la reina -
Bajamos unas escaleras y pasamos entre un montón de cuerpo desde deformados hasta mutilados, algunos ni siquiera parecían ya hadas
Entramos en una tiendo bastante improvisada, el techo era un conjunto de grandes hojas de los altos sauces, dentro no olía mucho mejor que fuera, se distinguía entre un olor a podrido, a sudor y a sal
Había una camilla donde estaba lo que suponía que era la reina y a su lado hablando con una maga Lizz una joven de unos 23 años, su pelo era corto, y tenía un cuerpo fino pero fuerte, su túnica era de color azul y tenía los típicos adornos de la academia de Laqünia, era una maga Aquus y de las poderosas, nos miró por el rabillo del ojo y se acercó a nosotros
- Retiraré tansei gracias por tu ayuda, vuelve a tu puesto - el silfo retrocedió y tras mover la mano en un gesto de despedida desapareció tras la cortina de plantas colgantes que había como puerta - ¿a qué debo el placer ? - dijo amablemente la maga mirándonos uno por uno
- somos aprendices del maestro de la academia Terr y venimos a darle una noticia - dije sin pensarlo más
- Amadio, vaya se le hecha en falta su presencia, ¿sabeis a que se debe, su tardanza en la batalla? Lo estamos pasando bastante mal -
- no, no hablamos con el desee hace mucho, la verdad - le contestó esta vez Arquesh
- bien pies adelante, ya veis que no es momento de irnos por las ramas - una risita irónica le salió tras este juego de palabra con el que ninguno nos reímos, seguramente estábamos demasiado tensos para eso
- el hada a muerto, nuestra compañera Ignis la mató - dijo Vrendia cortando la risa de la maga, tras un momento de silencio esta estalló en carcajadas
- ya me voy a creer que una aprendiza que apenas sabe nada de magia ha matado al hada oscura, temida por todo el bosque Dario y más allá de el - volvió a clamar en carcajafas
Aquellas situación era evidentemente vergonzosa, me sentía ridículo y Arquesh parecía en el mismo estado que yo
- bien, leeme la mente, es cuestión de vida o muerte no es así, lanzó una mirada fugaz a la reina que dormía entre jadeos - el tono de su voz no tenía ningún sentimiento
- esta prohibido jovencita, y creo que lo sabes -
- pero es la única manera de que creas que hallan matado al hada unos mocosos - pareció escupir esta última palabra
Desde el descubrimiento de sus poderes de Frihz, tenía un desprecio a los magos Aquus evidente
- bien, pero esto tendrá consecuencias más vale que no estés mintiendo- se acercó y le puso la mano en la cabeza
(Narra Vrendia)
Me puso la mano delicadamente en la cabeza justo encima, pareció dudar y de repente sentí como entraba en mi cabeza
«tengo abrir la zona de los recuerdos intentaré ver menos recuerdos posibles, pero esto es una magia poco precisa» la voz sono en mi cabeza, cerre los ojos y justo en ese momento algo en mi salió.
Lo primero que vino fue Shesla su cuerpo inerte, luego la hondonada, como la maga Darf me atacaba,Vi como descubría que era Frihz como congelaba el lago y la botella de agua sin querer, mi conversación con la reina y el archimagos Aquus sobre mis poderes, Nazan intentado animarme, pude ver el campamento de los vampiros, y el bosque en silencio, la cueva, y el bosque que estaba dentro, allí estaba el hada y por ultimo un joven aterrado tumbado en el suelo y una bola de fuego tragándose a el hada oscura. En ese momento la mente de la maga salió de la mía y esto hizo que todo mi cuerpo se relajase, mire al suelo y había congelado todo lo que estaba a mi alrededor, había estado en demasiada tensión
- vaya pues es cierto, vuestra amiga es una heroína desde luego, tuvo suerte de que la reina le dejara quedarse, todos los Ignis tienen prohibido quedarse en el bosque, como mucho de paso y sin usar sus poderes - suspiró - en fin esto cambia muchas cosas pero aún tenemos que acabar con el peligro de los magos Darfs - debo informar de esto a los generales de guerra y luego a los archimshos, le parecerá interesante enterarse no creéis - salió de la cabaña
(Narra Nazan)
El ambiente estaba tenso, no se escuchaba nada nos habíamos quedado en silencio tras salir la maga, y escuche unos gemidos y removerse un bulto detrás mía, me giré y vi a una dolorida reina, se me había olvidado su presencia, decidí acercarme, Arquesh me siguió en cambio Vrendia se quedó en su posición mirándonos
- Reina - se revolvió - ¿Estas bie...?- unos gritos me cortaron.
El hada malherida se retorció destapándose y girándose dejando a la vista su herida en la espalda y un muñón que evidentemente no estaba curando bien, la herida tenía un color negro, y se extendía por la piel sana dejando pocas zonas de color verde del hada, se volvió a retorcer y seguidamente unas convulsiones, empezó a escupir una especie de mucosidad por la boca, no podía ni gritar pero era evidente que le dolía.
Alguien me apartó, la maga Lizz que había salido para que mantuviéramos la conversación con la maga Aquus tras ella estaba Astria que miraba fijamente al hada con el gesto serio pero en sus ojos se podía ver parte de preocupación
- chicos será mejor que os vayáis y no veáis esto- la voz de la curandera era delicada y dulce
Los tres nos giramos y salimos de la cabaña, mire hacia atrás y comprobé que las convulsiones se habían pronunciado
- ¿Qué ha sido eso? - los mire preocupado
- una maldición, de las fuertes - respondió Vrendia con la voz cansada
Arquesh se mantenía con la cabeza baja y la espalda encorvada
- ¿va a morir, no es cierto? - murmuré
- sí, lo hará- una voz me sobresalto detrás de mi me di la vuelta y pude comprobar de donde provenía
- Amadio, por fin has llegado, lo estamos pasando bastante mal ahí fuera- dijo la maga que había aparecido repentinamente
- lo se, pero antes debo hablar con mis aprendices, después ayudaré en todo lo que este en mi mano - su tono no admitía reproche por lo que la maga bajo la cabeza y volvió por donde había venido - vaya chicos, habéis sorprendido al consejo, mejor dicho lo habéis maravillado, el hecho de que vosotros solos acabaseis con el hada negra, es impresionante, es posible que su único punto débil fuese el fuego y aquí en el bosque no estuviese permitido por lo que resultaba imposible acabar con ella pero vosotros lo habéis hecho, habéis incumplido normas pero lo habéis hecho y se que Arhiel estará eternamente agradecida, debéis saberlo- su voz animada cambio a estar melancólica
-¿ por que no la ayuda maestro? - intervino Arquesh
- no puedo, es demasiado tarde, he venido lo antes que he podido y he mandado hacia aquí a todas las hadas y seres del bosque que he podido, incluso bestias salvajes obedecieron mi llamada, este ejercito se unirá al que se aproxima desde los reinos barbaros y Krivan(reinos humanos), los vamos a acorralar incluso el mismo bosque, la diosa Weefa parece estar a nuestro favor de alguna forma-
- ¿barbaros? ¿Trek?- dijo Astria con esperanza en los ojos
- exacto pequeña, he hablado con el, ha estado practicando y ha conseguido que muchos bárbaros y humanos participen, es increíble - su voz desprendía orgullo
Mi sonrisa se había ensanchado y ahora casi me dolía la mandíbula, todo estaba empezando a ir mejor
- Queremos ayudar - dije yo
- no chico, no debéis participar en esto o podríais morir, cuando llegué el momento y sea menos peligroso os haré llamar, pero mientras debéis quedaros aquí y no salir de la hondonada - me intimidó su tono estricto, nunca lo había visto tan serio
- si, maestro - dijimos los cuatro prácticamente a la vez
- pronto volveré - de repente desapareció
(Narra Amadio)
Me materialice a unos metros de la puerta de la hondonada, aquello era un caos, se podían ver rayos por doquier, mirases por donde mirases, los árboles resistían las embestidas pero algunos caían, otros volaban en pedazos, con cuyas astillas se clavaban en algún mago aliado o enemigo daba lo mismo, apenas los distinguía.
Cree un escudo justo en el momento en el que una bola de fuego negro estallaba a centímetros de mi, no me sentí intimidado, aunque si preocupado por ls cercanía del enemigo a la hondonada, anduve seguro por el bosque mientras bolas de energía impactaban en mi escudo, el Consejo me había encomendado una misión y yo la cumpliría bien posicionado entre ambos bandos cree una torre con un árbol de tronco grueso y bajo lo suficiente para estar a una altura de dos metros
- Señores, señoras magas y magos de Ceres, del círculo o Darfs el hada maldita, la señora oscura del bosque como algunos la llamaban a muerto- un momento de silencio no hubo ni un hechizo, me giré hacia los Darfs que de mantenían escondidos - a los magos Darfs les voy a dar cinco minutos para que desaparezcan y se vayan de este bosque, y si es posible del mundo - empecé a contar mentalmente nadie i tentó un ataque en los tres primeros minutos ni de un bando ni de otro, pero al Cuarto una descarga de muchos magos calló sobre mi escudo, el agresivo impacto me desestabilizó, lo que aprovechó un mago de una edad avanzada que no estaba muy lejos de mi para atacarme por la espalda me di la vuelta y con un contra hechizo disolví la ofensiva cuando casi me rozaba la mano, aquello me enfureció por lo que con un movimiento de muñeca y una cantidad de energía mínima el hombre fue arrastrado por raíces hasta el interior de la tierra.
- Aquí somos pacíficos, pero cuando de nos amenaza somos letales - mi voz era clara y fría
Con otro movimiento de muñeca lancé una bola de energía que desintegró a dos magos más, aquello fue la señal que necesitaron los aliados para continuar con la ofensiva, el bosque se sumió otra vez en el caos, yo avanzaba lentamente, se me abalanzaron seis orcos a los que petrifiqué al instante y con un pestañeo destroce las estatuas, a tres magos que intentaron acorralarme les clavé afiladas ramas que se generaron al instante justo debajo de cada uno, clavándose al instante en el torso y saliendo por la espalda. Mire de reojo mi alrededor sin dejar de concentrarme en mi camino hacia el general Darf más cercano, nuestro bando estaba luchando bien los magos Aquus y Terr que eran los más abundantes atacaban sin descanso uniendo sus fuerzas potenciándose los unos a los otros sus hechizos, pero los Darfs no tenían problemas para generar una y otra vez maldiciones similares a la que había alcanzado a Shesla, de repente al fondo logré ver algo, grande mucho más que una persona pero mas pequeño que un gigante, un golem de color negro que se enfrentaba a la jefa de la guerra, al instante me teletransporté alli, aquella criatura era más imponente de cerca lanzó un puñetazo que detuve con una barrera invisible, luego cree ramas por sus tobillos que se agarraron consistentemente le apliqué un poco más de magia haciendo que las ramas se convirtiesen en troncos enormes, la maga Aquus lanzó una especie de agua mágica que había generado en un segundo contra mis troncos que la absorbieron y empezaron a crecer pasando de las piernas a la cintura, rodeada con una cadena que continuaba agarrándolo fuertemente por los hombros y por el cuello, característica de un esclavo, un demonio menor atrapado y condenado a la esclavitud para la eternidad, obra de un invocador Darf, si acabábamos con el mago acabaremos con la maldición que sufre el golem, las ramas se soltaron del suelo rompiendo sus raíces y quebrando el tronco el golem levanta una de sus voluminosas piernas, tenían una fuerza increíble, para controlarlo debía ser muy poderoso el invocador pero no debía estar muy lejos, con las manos llenas de pinchos puntiagudos que le continuaban por el brazo,convirtiendose en una hilera de pinchos terminaba en la cabeza con un gran cuerno, tensó un poco el brazo y con un tirón sacó el otro árbol tras pisarlo se desprendió de la pierna, lo mismo pasó con el otro al siguiente paso
- cubrelo con agua y no permitas que se mueva o por lo menos que pueda verte, voy a buscar al invocador que lo persigue - me di la vuelta y subí ágilmente a un árbol que estaba a mi derecha y parecía muy alto, mi condición como mestizo teniendo mezcla de muchas razas y una de las más evidentes de silfo me daba un aspecto y unas condiciones físicas bastante condicionadas para el bosque, no tanto como al joven Arquesh que era híbrido pero si más que a un humano o un bárbaro.
Ya desde una posición elevada escruté horizonte del bosque, pude ver un mago que estaba tirado en el suelo bastante herido por lo que podía comprobar por su túnica llena de sangre y un orco estaba acercándose a una velocidad considerable tratándose de una raza lenta, lancé un hechizo de los más difíciles pero que no gastaban mucha energía una esfera de energía verde se tambaleó frente a mi y salio disparado contra el orco, cuando explotó en su cuerpo se generaron ramas saliendo directamente de su piel y raíces de sus pies convirtiéndolo en un gran árbol atado al suelo, a diferencia de las plantas que eran generadas por los magos con simples hechizos este joven árbol crecerá y vivirá hasta que la energía vital del orco desaparezca, era un hechizo usado por los antiguos magos ninfas que transformaban a sus víctimas en árboles y así creaban grandes bosques en los que los árboles aparecían y morían continuamente y se movían según por donde aparecían los extranjeros, era algo que no me gustaba usar y no se enseñaba en los libros de los magos Terr, lo aprendí de mi antiguo maestro, el último mago ninfa hace más de 130 años
El mago se levantó en el momento y sin disimular su cara de asombro fue a esconderse para recuperar un poco de fuerzas.
Me mantuve en una de las ramas más altas para observar la batalla que se estaba desarrollando, los magos Darfs se habían esfumado, tramaban algo, se estaban ocultando pero notaba en el ambiente esa oscuridad que amenazaba tras cada árbol en cada sombra, no se habían ido, un ruido a mis espaldas me saco de mis pensamientos me giré y pude comprobar que el golem se movía la burbuja de agua que lo cubría se removía como si fuese a explotar por la presión, la maga decidió congelarla dejando al Golem encerrado en unos instantes el agua se congeló, hubo un momento de silencio, el golem había dejado de moverse.
Baje del árbol tras un último vistazo hacia el oeste donde me había parecido ver algo antes de que el golem me despistase.
- Vaya parece que se han ido- dijo la maga esperanzada
- no estoy tan seguro de eso -
Me mantuve en alerta, y capté algo el ambiente se estaba cargando, lo sentía en las plantas, se estaban muriendo, la maga me miró y ambos a la vez salimos en retirada.

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