Un día mis padres decidieron mudarse yo era un chico muy quejumbroso con ellos, casi nunca nos comunicamos pues
soy muy terco para todo, cuando llegó el momento de mudarnos a la casa, no conocía a casi ningúna persona, pero no tarde mucho en hacer nuevos amigos pero aún no podia olvidar a aquella muchacha que vivía junto a mi casa, me habia enamorado a simple vista de mi vecina. . .
Todas las noches la observaba por la ventana y la veia bailando. . .
Me fascina verla de ese modo aún que no la podia visualizar bien ya que los arbustos la tapaban un poco. .
Entonces tome la valentía por mi mismo a cual decido ir a visitarla, llegué a la puerta entonces al tocar nadie dió una respuesta, ni un sonido, al pasar los minutos como nadie me abría entre por mi mismo, ante la preocupación. . .
Ante varios intentos por supuesto que logré entrar, la voz mía retumba por la casa ajena, nada, absolutamente nada, recorrí con cautela cada pasillo, tome prestado una lámpara del camino para defenderme, por último fui a la habitación de aquella mujer la puerta la abrí con bastante lentitud, el chirrido me había delatado pero aún así la silueta en aquella única ventana que daba luz se podía ver en toda esa oscuridad, un golpe seco se escucha de mi parte al tirar el objeto llevado en la diestra mía, junto con un grito mudo lo que ví me habia dejado horrorizado. . .
lo que vi fue a la joven colgada en su habitación tambaleando como sí bailara.
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𝖤𝖫 𝖳𝖤𝖱𝖱𝖮𝖱 𝖵𝖨𝖤𝖭𝖤 𝖤𝖭 𝖬𝖴𝖢𝖧𝖠𝖲 𝖥𝖮𝖱𝖬𝖠𝖲
HorrorEl secreto de la existencia humana está no solo en vivir, si no también en saber para que se vive. En Edición subida:19/08/16