ㅤ 𝖧𝖠𝖬𝖡𝖱𝖤 𝖣𝖤 𝖲𝖮𝖫𝖤𝖣𝖠𝖣

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Estoy sola en un lugar oscuro, llevo desde mi memoria corta en este sitio, no se bien de nada pero existen algunos detalles que recuerdo hacer, no tengo recuerdos pero si pesadillas que me atormentan que se repite como si fuera un bucle infinito, no se que pasa alrededor de las cosas que giran a mi entorno pero escucho cosas en esta oscuridad pero es simplemente lo que yo conozco, todos los días he recibido tres comidas al día incluyendo un recipiente grande con agua cinco veces al día.
Saben que en ciertos momentos puedo ver un instante eso, algo transparente y luminoso que marca los días que he estado aquí, no sé como aunque se que es así por supuesto que ahora esta marcando el número cinco mil trescientos quince, los días son largos, pero estoy acostumbrada, no me pregunten de mi cordura porque es lo poco que tengo, me sentía vacía, afronte las cosas me dije jamás te rindas pero hasta que punto es lo que uno puede llegar viviendo de esta manera.

Una vez me trajeron una criatura peluda que amaba lamer la cara y entonces yo lo llame Lamidas pues porque eso hacía siempre, lamer la cara, jugar, fue liberador tener otro ser vivo a mi lado, sentí cierta sensación de conformidad, un aprecio increíble incluso cuando lo tenía me daban un recipiente con comida para el tres veces al día aunque un día el se durmió y no despertó, me sentí afligido mi pecho apretaba demasiado, lo abrace jamás lo dejaba entonces recibí junto con mi comida un papel que decía que seré recompensado algún día.
El sitio oscuro se había abierto y aquí en el suelo un cuadro grande podría ver en el fondo con letras grandes decía "tú recompensa", fue que de allí saqué una bolsa con muchas cosas que comer, no me aguante y por supuesto cuando la termine de sacar el cuadro se cerró frente a mis narices, comí algo, eran dulces y deliciosas un poco duras algunas otras eran como pan, pero delicioso, me gustaba mucho.
Pero estoy completamente sola desde aquel día, anhele tener a otra criatura como Lamidas, es lo único que pediría sí me lo preguntan, un instante, acabo de escuchar la puerta abrirse fue que entonces yo salté del susto me puse de pie, la última vez que se abrió entró lamidas cuando era muy pequeño y con su pelo suave pensé quizás que volvería a tener una sensación similar de compañía pero en vez de eso entró algo más, claro que lo ví perpleja lo que estaba conmigo con la poca iluminación que daba en aquella apertura entonces me mire las manos y los pies, lo que sea que era se parecía a mi, me observa directamente a los ojos y me asuste, retrocede mi cuerpo en la esquina del cuarto poco ahora luminoso me senté abrace mis rodillas como queriendo protegerme en seco golpe la puerta se cerró y lo que sea que haya entrado se lanzó hacia mí, golpeándome y haciendo un ruido que me ensordecía, no entiendo lo que pasa esa figura grita que lo dejen salir, decía una y otra vez que quienes son y que porque lo encierran.
En cuanto pude en el pequeño momento en el que me dejó fui corriendo a tener que esconderme debajo del telar, estaba aterrorizada de aquella cosa que gritaba esto era diferente si bien me asuste mucho cuando lamidas llegó pero después de que me lamiera me tranquilice era calmado la diferencia es que aquella figura sigue en su lamento y me estaba asustando bastante cuando se queda callado sentí sus pasos dirigidos hacia mi, me enrollo más en las cobijas como si eso me protegiera pero aquello lo toma entonces me deja desprotegida sentí esa intensa mirada, esa respiración que abarcaba a centímetros de mi cara, estoy en pánico total, eso me mira con confusión, escuché lo siguiente "¿Quién eres?" preguntó con una voz suave y un poco rasposa, me tomo un poco de tiempo pero me acomode al borde de donde yo estaba, no le respondo, entonces volvió a insistir "¿quién eres? dime por favor" me dice de nuevo, no se que responderle se ve asustado igual que yo y me pregunta si es que yo era como él eso me confundio no entendí entonces bastante bajo le respondí por fin "No lo se" su expresión es de mucha perplejidad.
Eso se quedó sentado en el espacio que quedaba vacío a mi costado y dijo como dándose por vencido "me llamo Saul, ¿cómo te llamas tú?" , "No lo sé, pero ¿Qué es Saúl?" Le pregunté, el parecía saber más cosas y la palabra Saúl era la primera palabra desconocida que oía, me mira con una expresión peculiar que poco podía ver pero su mueca estaba hacia abajo me dijo lo siguiente "es un nombre, todos tenemos uno. Tú deberías tener uno" me quedé pensando en eso, jamás nadie me había llamado por algún "nombre" o algo así, pero Saúl parecía saber de aquello.

La cosa se había calmado entonces yo si pude descansar pero siempre me despertaba cada cierto tiempo los pequeños ruidos que hacía "Saúl" ya después no tome importancia fue entonces que desperté y descubro que estoy sentada pero apoyado sobre algo suave, estoy apoyada sobre Saúl, me atemorice un poco pero después me sentí bien, su cuerpo estaba cálido al igual que Lamidas, me gustó el hecho de estar al lado de Saúl, estaba frío el ambiente y me daba calor, me gusta su compañía, Saúl se despierta me mira con un poco de susto, noto que esta un poco incómodo, me alejo, "lo siento" le digo, "Descuida ¿Cuánto tiempo llevas aquí?" me pregunta y siempre que le digo algo responde con una pregunta, pero me gusta eso "esa cosa marca los días que he estado aquí", esa fue mi respuesta, apunte a lo ya mencionado.

Saúl divisó el vidrio luminoso y su cara se entristeció mucho "entonces tienes más de catorce años aquí" dijo mirándome con lástima, le hice una seña de indiferencia con los hombros "supongo que no saldré nunca de aquí entonces" dijo con tristeza, su voz era un poco reposa y supuse que tenía sed, me levanté fui hacia el recipiente, tome un vaso que había sobre la bandeja, lo llené, luego volví a dónde estaba Saúl, le ofrecí el vaso, accedió con gusto y lo bebió, mientras eso yo fui con curiosidad a observar la ranura de la puerta, pero donde se suponía que debía haber un plato con comida no había nada.
Me entristecí, sabía lo que podría significar recordé lo de Lamidas, supuse que por eso me habían mandado a Saúl, pero no quería hacerlo, encariñarse era algo fácil para mí, decidí que me esperaría a que fuera más tarde.

Ya han pasado bastante tiempo según Saúl y en tanto vos tenemos mucha hambre, se lo que tengo que hacer para que me den comida pero no quiero eso, hacerlo me significaría quedarme en soledad de vuelta, no deseo hacerlo, poco a poco luego se dormirá y no más de eso, a mi me agrada su compañía se la pasa preguntándome cosas y diciéndome cosas que no entiendo para luego explicarme, me encanta poder hablar mucho con Saúl. "¿Siempre hacen esto, no te dan de comer por días y luego te alimentan de nuevo o qué?" me pregunta. "No, quieren que haga algo, pero no quiero hacerlo." Le expliqué y su cara se llena de confusión "¿Qué quieren que hagas?" Preguntó y yo sabía que si le decía se asustaría mucho a sí que en vez de la verdad le comenté "no te preocupes, no lo haré". Si expresión era un poco calmada pero confusa.

Ya han pasado más de siete días, no aguanto el estómago, me duele y a Saúl también, se que sí no lo hago de todos modos se irá, decidí lo peor "por la noche lo haré, cuando el duerma"

Me siento triste pero al menos estoy con el estómago lleno, también apareció otra bolsa con cosas deliciosas, no me gustó mucho el sabor de Saúl y fue un poco odioso con eso de que se pusiera a gritar mucho, no era como lamidas, suave, sus órganos eran los que sabían muy deliciosos y su sangre era mucho mejor que la de Lamidas, la próxima vez lo haré antes de hablar, antes de encariñar con todo y si bien ahora se que lo que quieren es que no lo haga.
Con Lamidas habían esperado mucho tiempo alimentandome hasta que un día dejaron de hacerlo y mi instinto me ganó, ahora ya me dan comida aunque es un poco extraño, siento como sí mi boca pidiera más de la carne de aquel tipo pero al parecer pronto comeré más de carne de su tipo.
Esta mañana recibí un papel que decía "dentro de unos días tendrás otro de su tipo".

𝖤𝖫   𝖳𝖤𝖱𝖱𝖮𝖱  𝖵𝖨𝖤𝖭𝖤 𝖤𝖭 𝖬𝖴𝖢𝖧𝖠𝖲 𝖥𝖮𝖱𝖬𝖠𝖲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora