Cada mañana me levantaba más temprano que mi familia, besé a mi esposa y me despedí de mis dos pequeñas princesas, son las personas que apreció, amo con todo mi ser por ellas trabajo muy duro para que nada les falte, verán con los años me fui dando cuenta de que mi empleo como chofer de autobús no es muy bueno todo subía y para variar poco yo ganaba, existían días en los que subían aquellos sin hogar, no recriminare la vida de nadie que eso quede bastante claro, pero a veces en un parpadeo se llevaban las cosas del bus, nada era seguro, tampoco se tomaba tanta prevención, ni las puertas cerraban bien para decir que podía hacer eso, pero no era culpa mía, jamás actualizaban los autobuses.
Una buena mañana de Domingo mientras estábamos desayunando decidí tomar un trabajo en las publicaciones en el periodico, nunca me fijaba en las fechas fui directo a los anuncios diminutos que llevaba, en la charla con mi esposa y mis hijas de vez en cuando las observaba para luego redirigir la mirada al ya mencionado, sin dudar algo se lleva totalmente mi atención, un trabajo que era ideal en una biblioteca, tome la dirección, anuncie fuerte un eureka en la mesa como si hubiera ganado la loteria misma.
El lunes temprano me levante para ir al sitio por el asunto, luego a las seis y media de la mañana antes de irme fui a ver a mi esposa me acerque para decirle en una suave voz para casi no despertarla que tuviera un buen descanso posteriormente a eso fui a ver a mis niñas, bese a mis pequeñas en la frente y las arrope, salgo de casa tome el autobús de mi turno pero en vez de hacer el recorrido diario como tenía planeado me dirigí a aquella calle que indicaba el periódico, al llegar toque el timbre de la puerta de aquella biblioteca me abrieron según pensé pero nadie estaba presente, no pensé mucho en eso en aquel instante por lo que opte por caminar por el lugar, todo se veia muy tranquilo.
Estaba en la zona de trabajo completamente sólo de repente escuche el peculiar sonido de una impresora fue que inmediatamente me acerque a ella y me vi a mi mismo, sentado en la silla, aparentemente estaba muerto, con la garganta cortada, sin ojos, me quedé aterrorizado di unos pasos para atrás, totalmente me desespero.
Las otras son imagenes iguales que se disparaban sin parar a tal punto que caían por el suelo del sitio me asustaron aún más pues eran sacados de angulos más bizarros, me tome el impulso de abrir la tapa pero no habia algo encima de esta, ninguna cosa, ni una foto original en la impresora, no tarde entonces en tratar de correr hacia la entrada de la biblioteca, estaba envuelto en sudor frío que se acompaña de una piel llena de escalofríos y en un parpadeo automáticamente se cierra la puerta ante mis ojos.
En ese momento pensaba en mi familia, veía muchísimo todo lo de ayer, hoy, anteayer y me estreso comencé a golpear la puerta con el pie en repetidas ocasiones nunca sirvió nada de eso, intenté entonces buscar otra salida, no sabia que pasaba, si alguien me acechaba procurando no ser visto por mi lo hacia estupendo pero tenía que escapar y me senté en la orilla detrás del mostrador de los libros, espere unos instantes entonces escuche varios pasos cuando le daba una ojeada disimulada no había nadie.
Acerqué más mi cabeza para intentar ver mejor y fue aquí que algo me arrastro hasta donde estaba la silla que he visto en aquella la impresora, grite, grite tan alto como pude pero después me quede paralizado, no podía mover ni el dedo gordo del pie, en esos segundos algo me rozo y jamás pude ver quien era o que era, todo quedo plasmado tal como lo habia visto en aquellas copias.
Después de todo lo que ocurrió, me quede atascado en el alma y nunca supe nada de las personas que amaba, cada que me acerco a la impresora podia revivir todo lo que paso con aquellas fotocopias.
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𝖤𝖫 𝖳𝖤𝖱𝖱𝖮𝖱 𝖵𝖨𝖤𝖭𝖤 𝖤𝖭 𝖬𝖴𝖢𝖧𝖠𝖲 𝖥𝖮𝖱𝖬𝖠𝖲
HorrorEl secreto de la existencia humana está no solo en vivir, si no también en saber para que se vive. En Edición subida:19/08/16