Capítulo 13

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No estaba, se había ido.

Debí de haber sospechado desde un principo que se iría, que me volvería a dejar, pero ésta vez sin ninguna explicación.

La primera vez que lo hizo fue hace siete años atrás.

Yo tuve la culpa en todo, pero ahora no se en qué fallé para que lo volviera a hacer ¿se molestó porque me quedé dormido anoche y no hablamos? No lo creo, es bien madura para enfadarse por una tontería. Hace siete años se fue porque no le dedicaba tiempo, por falta de comprensión en nuestra relación. Yo trabajaba todo el día, mi priner casa era la oficina y no nuestro hogar, me descuide, es cierto, ella me apoyó siempre y supo esperar pero se cansó, se quedaba en la cama esperando a que yo fuera y la hiciera mía, pero llegaba tan cansado que ni siquiera le preguntaba cómo le había ido en su trabajo, si tenía problemas, si aún me amaba. Ya que no teníamos comunicación alguna. Si la oía hablar no la sabía entender, no era ya útil en su vida, me creí mucho, pensé que ella permanecería siempre a mi lado, que me esperaría hasta que yo ya tenga un Palacio para ella, en el que ella misma reinaría. Le compré un anillo de bodas, le prometí casarnos dentro de un mes, ella estaba tan ilusionada con nuestra boda que ya tenía todo planeado en dos semanas, una semana antes de nuestra boda yo viajé por asuntos de trabajo, y esa era mi oportunudad para crecer, y funcionó, gane mucho, pero también perdí. Le pedí que por favor me esperace que no tardaría más de dos semanas y aceptó dudosa. Ya ni siquiera me llamaba y yo cuando lo hacía ella no me respondía. Cuando llegué lo primero que hice fue subir corriendo a nuestra habitación esperando encontrarla, pues lo único que pillé fue su vestido roto que ella utilizaría ese día especial y una nota en la cama que decía:

"Te esperé tanto que no se si fueron meses o años, te sentía en la cama pero parecía que eras sólo las sábanas cubriendome, como algo sin vida, yo no pedía un Castillo, yo quería un compañero de vida para estar juntos en la pobreza y levantarnos juntos a la grandeza, te pedía apoyo y amor, no dinero y lujos, Te Amo tanto Gabriel, pero ya me cansé. Sé feliz amor, jamás te olvidaré"

Con el dolor de mi alma me senté en la cama que compartíamos, ese día lloré hasta mas no poder, no hablé con nadie por meses, trabajé y trabajé, ¿pero para quién? Si mi motivo para levantarme todos los días era ella, darle todo, pero ella no quería eso, me quería a mi...

Buscaba mujeres para para olvidarme de ella y agudizar un poco el dolor, me enamoraba de ellas, es cierto, pero no tanto como lo estuve de Amy.

Resignado decidí ir a la cocina para prepararme algo. El dolor de cabeza era intenso y mas con la ausencia «otra vez» de Amy y las mentiras de Ana Julia eran mucho para mi.

Cuando estaba bajando las escaleras escuché un ruido y me fui sigilosamente, agarré un florero que había en el estante, supuestamente yo para atacar a quien esté haciendo un alboroto en mi cocina ¡En mí casa!

-¡Heeeeey!.-por poco y le lanzo el florero.

-¡Aaaaah!.-maldita sea, era Amy.

-Lo siento, lo siento.-dije.

-¡Si serás idiota!

-¿Qué haces en la cocina si ni siquiera sabes encenderla?.-reí.

-Y tú ¿Qué haces con ese florero si no tienes puntería?.-se burló de mi. Dolió.

Dejé el florero en el mesón.

-No sabía que estabas en la casa.-me encogi de hombros.

-¿Pensaste que me había ido?.-levantó las cejas.

-Pues si, y escuchar ruido en mí casa es raro. Ni siquiera doña Luciana hace tanto ruido como tú al poner la cafetera.-¡pum! En su cara.

-¿Así que estamos empezando a insultarnos?.-me mira pícara.

Infieles [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora