Recibo varias miradas de los muchachos cuando paso. Es lo que pasa siempre, pues, algunos dirán que soy muy hermosa, con mi cabello negro azabache y mi tez blanca, contrastando completamente, dándome algo diferente. Mis ojos grises, que algunas veces, con el sol o un tipo de iluminación, parecen lilas. Mi cuerpo, estilizado, elegante y, en definitiva, estoy muy bien. Aunque yo no quiero eso, me considero una persona humilde, pues no me interesa cómo me veo, sino cómo me comporto hacia las personas. Quiero ser buena y ayudar.
- Hey, hola Odele. - Nara, mi mejor amiga, aparece a mi lado, agitando su cabellera rubia y sonriéndole a un chico que la mira. Claro, ella es una coqueta y, se podría decir, una zorra. Pues se acuesta con todos, pero yo no la considero así, aunque muchos sí. Soy su amiga y quiero apoyarla, así que diciendo cosas malas, me hace sentir la peor persona del mundo.
- Hola, Nara. ¿Cómo estás hoy? - Digo con mi normal sonrisa que hago siempre. Una amable.
- Hermosa. Cómo siempre. ¿Tú?
Sonrío entornando los ojos. Mi amiga tan modesta.
- Muy bien, gracias. - Contesto.
- Qué bueno. Ahora, tema importante: Chico guapo, qué digo guapo, sexy, a tu izquierda. - Me dice con mirada pícara y yo suspiro, nunca sale bien esto. Me giro y veo a un chico moreno, que, al parecer es exhibicionista, mostrando su pecho, lleno de músculos sudados. No entiendo porqué piensan que eso es sexy, quiero decir, es... Extraño. ¿Por qué es sexy alguien que está sudado? Aunque claro, sólo lo piensan con los guapos o sexys, como el. Observa que lo miro y me sonríe con sensualidad, a lo que yo me sonrojo y aparto la mirada. Siento su mirada penetrante hasta entrar al edificio. Dios, que incómodo.
- ¿Viste cómo te miró? Definitivamente quiere sexo. - Comenta mientras asiente.
- ¿Por qué cuando estoy contigo todo tiene que ver con sexo? - Pregunto.
- No lo sé, pero lo que yo me pregunto es, ¿cómo a tus 19 años todavía eres virgen?
Suspiro, exasperada por este tema que no me agrada.
- Pues... No sé, creo que no he encontrado al indicado.
- ¿Indicado? No es difícil. Alguien guapo, sexy, lo seduces, lo que no será algo difícil para ti. - Me mira de arriba a abajo y se detiene en mis pechos. - Van a la cama y... ¡Zas! Ya está.
- No es tan fácil. Yo quiero perder la... Em, ya sabes, con alguien indicado.
- ¿Ah, sí? ¿Quién? ¿Con tu esposo cómo en ochenta años? - Dice con sarcasmo e ironía.
- Yo... Sólo olvidemos este tema, ¿si?
Suspira, rindiendose y asiente.
Vamos caminando en silencio hasta nuestra clase, que es justamente juntas.
Mi vida es normal, mis padres están conmigo. Mi papá es abogado y tiene una firma, en la que actualmente trabaja. Mi mamá es secretaria de una compañía maquiladora. Tengo un hermano menor de trece años, que está en la plena adolescencia, con sus cambios de humor y eso. No sé cómo lo aguantan, porque yo no.
Estoy estudiando biología, porque después me especializaré en zoología, pues amo a los animales, desde pequeña.
Nara estudia biología también, pero se quedará ahí, dice ella.
Mi vida no es interesante.
- Mira a esa guapura. No lo he visto antes, pero wow, quiero conocerlo... Y bien. - Levanto la mirada de mis libros, los cuales observaba y me topo con él.
Un muchacho alto. Con el pelo negro, pero más negro que el mío, ojos verdes. Es... Hermoso. Sus facciones son perfectas, enmarcando su hermoso rostro. Su mirada se topa con la mía y siento un escalofrío recorre mi cuerpo. Es fría como el hielo. Parece amargado.
- C-creo que es nuevo... - Comento, apartando la mirada. La sensación que me dió, no fue ni es nada buena.
- ¡Vamos a conocerlo! - Me jala y no me da tiempo a rechistar.
Llegamos frente a él, pero yo me mantengo con la mirada baja.
- Hola, mucho gusto. ¿Sabes? No te había visto por aquí, debes ser nuevo. Soy Nara Walker, un placer conocerte. Si necesitas algo, puedes contar conmigo. - Dice animadamente Nara. Por lo que sé que está coqueteando.
- Soy Agnan. - Dice él y se va, rozándome el hombro y sintiendo como mi cuerpo se paraliza.
- Que sociable... - Dice Nara sarcástica. - Además, ¿quien se llama "Agnan"? Es tan raro. Pero lo conseguiré.
Miro al cielo (techo, más bien). Cuando Nara se propone algo, lo cumple, sea como sea. Sólo lo hace. Es algo que admiro de ella.
- Llegaremos tarde. - Le digo y empezamos a correr, tipo haciendo carreras, pero gano. La miro con burla y triunfante, a lo que ella me saca la lengua, cruzada de brazos.
- Hola, chicas. - Max, el ex novio de Nara aparece y nos mira con lujuria, lo que me da asco. Es un maldito mujeriego, sólo porque se cree guapo. Ja. Lo bueno es que Nara terminó con él, diciéndole, con sinceridad, que se quería acostar con más personas.
- ¿Qué quieres, Zorra? - Ahora Nara siempre lo llama así, pues, según dice ella, es su zorra.
- Ahora, nada. Pero... Puede que más tarde quiera algo, en una cama... - Insinúa mientras pega a Nara en la pared.
- Mira, Zorra. Espera o no tendrás nada. Veremos que sucede más tarde, no ahora. - Dice con tranquilidad Nara, mientras empuja suavemente a Max, alejándolo de ella.
Él sonríe y se va. Es... Argh, lo odio.
- ¿Como dejas que... ? - Me detengo cuando Agnan pasa enfrente de nosotras.
Es tan misterioso, o eso parece para mí.
Y en la clase lo confirmo, descubriendo cómo varias veces me miraba, y una vez, cómo sonreía con maldad. Con una profunda maldad. Lo que no me dio buena espina.
Para nada.
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Algo me acecha...
HorrorMi corazón late a mil por hora. Miro hacia todos lados, esperando encontrar a lo que más temo, lo que me acecha desde hace meses. En la habitación a oscuras, sólo se escucha mi agitada respiración. Hasta que otra respiración se une al ruido. Es eso...