-Bueno...-dijo mi padre- ¿Y vosotros desde cuando estáis juntos?-Terminó. Me atragante con un poco de puré que me acababa de meter en la boca, al fin y al cabo, aún no habíamos acabado de comer.
-Papá por favor, ahora no es el momento.-le dije.
-Si, tienes razón, será mejor en otro momento Arthur, querido.-añadió mi madre.
-Bueno, ¿Y vosotros para cuando?-me dijo Hermione.
-Perdón...¿Para cuándo qué?-dijo Harry algo asustado.
Hermione giró ligeramente los ojos hacia una invitación de boda.
-Pues...no se, Harry y yo Aún somos jóvenes.-dije asustada.
-No tanto cariño.-Dijo Harry.
-¿Co...como?- note que me palidecía a medida que decía esa palabra.
Harry se puso de rodillas y cogió un aro de cebolla que había sobre la mesa.
-Ginny, y digo Ginny porque aún no me ha dado tiempo a aprenderme tu nombre completo,-se me escapó una estúpida risilla-¿Me harías el honor de casarte conmigo?-escuché a Hermione soltando un pequeño grito ahogado.
-Si Harry, si quiero!.