La verdad, me asusté mucho cuando mi padre reaccionó así. Pero lo que más me asustó fue ver a Ron con su mirada fulminante yendo al salón también. Percy se puso a reír, cuando le levanté mi dedo corazón le quedó claro que quería que se callara.
-Ginevra, por favor, controla tu comportamiento- dijo Percy, la verdad, me entraron ganas de tirarle una budger a la cara.
-Lo que tu digas...George...-miré ligeramente hacia el salón, mi hermano George se me adelantó y sacó una oreja extensible.
Le guiñé un ojo y me pasó una oreja, todos nos pusimos una y escuchamos...:
Se oían pasos, seguramente fuera Ron, no me gustaría ponerme en la piel de Harry en aquel momento, pobrecillo, lo que debería de estar pasando...
-¡Cuñado!- se oyeron risas, la tranquilidad que me transmitió escuchar a Ron gritar eso...puf.
-Emm yo...jeje...verá....-era Harry, su voz de tensión era inconfundible... Mi pobre Harry.-señor weasley...-siguió
-Harry-si me prometes que la vas a cuidar te dejaré-soltó mi padre como si se hubiese soltado un peso de encima.-Se lo prometo Señor weasley . Estar con gin...con su hija...es lo único que quiero ahora mismo, antes prefiero mil avadas kedavras.
Oí que se estrechaban la mano...
Me levanté y de inmediato me quité la oreja extensible.
-oh Harry ¡Te quiero!-le besé apasionadamente, nuestros labios se unían ante la atenta mirada de mi familia, y de hermione, que, al fin y al cabo, ya era como de la familia. Mi hermione, la mejor amiga que he tenido nunca.
