Quince minutos después sonó la puerta, y el miedo volvió a apoderarse de mi. Sabía perfectamente como era mi hermano y como podría actuar al saber lo que me pasaba.
Dean es un chico algo agresivo, no es su culpa, solo que algunas veces no se controla, no puede hacerlo. Harry y él trabajan juntos desde hace ya varios meses, Harry es solo un policía que patrulla por las noches, un recién admitido, en cambio, Dean con solo tres años en la comisaría ha llegado al cargo de agente. Dean es un hombre excepcional, es de las mejores personas que conozco.
Dean es más mayor que yo, él ya cumplió en Marzo sus treinta años, yo aun seguía teniendo veintitrés, y él seguía tratandome como si tuviera ocho. Dean era una persona impulsiva, y muy protectora, mi infancia en el colegio y más adelante en el instituto fue buena gracias a él ya que me estuvo evitando problemas y defendiéndome de los demás. Nuestros padres se separaron cuando solo teníamos cinco y doce años, por lo que él a parte de ser un hermano diez, ha sido como un padre para mi también.
Harry se levantó del sillón y se dirigió hacia la puerta, puso el cerrojo de cadena y abrió un poco la puerta para poder ver quien era. -Quieres abrir la puerta.- Se escuchó desde el otro lado, era Dean.
Harry abrió la puerta y allí estaba, algo despeinado y probablemente algo borracho, me parecía normal que los viernes descansara, durante la semana trabajaba muy duro, y lo merecía.
- Harry, ¿Qué tal?, ¿Qué te ha pasado?- Preguntó mientras apoyaba una mano en el hombro del rizado, este solo negó con la cabeza y me señaló. Dean al verme cambió todo su rostro, se acercó a mi lo más rápido que pudo y se colocó de rodillas frente a mi. -Danny, Danny, joder Danny.- Yo solo agaché la cabeza avergonzada, a lo que él me acarició la mejilla dulcemente mientras que con la otra mano sujeto firmemente la mía. -¿Ha sido ese capullo?, Dímelo, ¿Ha sido James?- Sus ojos me miraron firmamente, sus ojos eran preciosos, tenían normalmente un tono verde claro, pero que cuando se enfadaba lo suficiente se volvían oscuros, negros.
- Sí Dean, James me lleva maltratando meses.
Al escuchar esa afirmación se levantó, y comenzó a andar en círculos, maldeciendo, algo que me hizo recordar a James. Harry intentó calmar a Dean, pero él no se inmutaba. Los segundos pasaban y no escuchaba a Dean decir nada, solo agachó la cabeza y se la tapó con las manos, hasta que se giró y y se acercó a mi, y tras acariciar mi mejilla dañada me abrazó. Sus abrazos eran los mejores, él era grande, tenía un cuerpo muy tonificado y eso hacía que mi cuerpo quedara enterrado en él, protegido.
-Se va a pudrir en la cárcel, si no le mato yo antes. ¿Entendido? No te hará sufrir más nunca.- Dijo fingiendo una sonrisa amable, yo le conocía lo suficiente para saber que estaba aguantando las lágrimas. -No he podido protegerte pequeña, yo siempre lo intento pero esta vez...- Dean, conmocionado comenzó a soltar unas lágrimas que se deslizaron por sus mejillas.
-Todo ha acabado Danny, Dean y yo ahora nos haremos cargo de ti. - Sentenció Harry en el momento oportuno. Dean le miró y sonrió.
- No sé que haría sin vosotros.- Ellos sonrieron, Dean me abrazó de nuevo y sollozó sobre mi cabeza.
- Voy a llamar a alguien para que te cure esas heridas, él es médico, y muy buen amigo mío.- Me dijo Dean con una sonrisa.- ¿Te parece bien?-Me preguntó nervioso a lo que yo asentí con una pequeña sonrisa. Dean cogió su teléfono móvil y marcó un número. -¿Cas? Hola Cas, soy yo Dean, ¿Estas ocupado?- Preguntó, escuchó su respuesta y rió. -Necesito tu ayuda, mi hermana está débil, ¿Podrías venir a mirarla? Es muy importante-Hizo una pausa y volvió a sonreir. - Eres el mejor Cas, siempre se puede contar contigo. Espera, te paso con un amigo, se llama harry él te dirá la dirección.-Dean se acercó a Harry y con una sonrisa le pasó el telefono. "Se llama Cas" dijo antes de soltar el teléfono.
-Hola Cas, ¡Encantado! Soy Harry, Mira, tú tienes que atravesar Mulholland Drive, dejarás el cartel de Hollywood a la derecha, bueno, tu tienes que seguir todo recto, y la segunda a la derecha, ahí hay una fila de apartamentos, pues el número 17. ¿De acuerdo?- Harry esperó una respuesta y sonrió.-De acuerdo Cas, te esperamos.
El rizado colgó el teléfono y se lo devolvió a Dean, el cual se lo guardó en el bolsillo y se sentaron los dos junto a mi, en la televisión no echaban nada, eran casi las dos de la madrugada, solo programas sin sentido y zaping en general. Dean no se separó de mi en todo el tiempo de espera, me tenía abrazada.
La puerta volvió a sonar, sería el amigo de Dean, rápidamente Dean se levantó del sillón y se dirigió a la puerta, la abrió y allí se encontraba un hombre, por la apariencia algo más mayor que mi hermano, vestía una larga gabardina y sonreía, sus ojos eran azules y su pelo castaño y corto, en la mano derecha sostenía un maletín, normal era médico. El hombre nada más ver a mi hermano lo abrazó a lo que este le respondió abrazándole dadelante.
El hombre se separó de Dean y se dirigió hacia mi y me tendió la mano. -Me llamo Castiel, pero llámame Cas. -Dijo con una sonrisa. - Cuentame, ¿Qué te ha pasado? Debe de ser algo muy importante para que tu hermano me llame a estas horas.
-Mi novio me maltrata. - Sentencié. -Me golpeó en el pómulo izquierdo y en la tripa. Me duele bastante.
Cas miró a Dean, el cual otra vez sollozando se giró para no contemplar mis moretones. -Te maltrataba Danny, ya no estás con él. - Me animó Harry. Cas solo me miró de nuevo y me sonrió. -Tranquila Danielle, todo saldrá bien- Me animó esta vez el doctor.
El médico comenzó desinfectando mi herida del pómulo. Después me masajeó la tripa y tomó nota de donde me dolía, me extendió una crema y me dio una pastilla.
Después de agradecerle al doctor lo que había hecho por mi fui acompañada a una habitación por Harry donde me acosté y me deseó las buenas noches -Descansa, lo necesitas Danny, si necesitas cualquier cosa estamos aquí.- Me dijo con una sonrisa. Cerró la puerta tras el y oí como los tres hombres conversaban, yo no tenía sueño pero debía descansar.
Giré mi cabeza hacia la derecha y observé la luna por la ventana, era preciosa esa noche. La puerta del apartamento se abrió y se cerró momentos después, sería Castiel que volvería a su casa, ya eran como las tres y media de la madrugada.
Unas pisadas se dirigieron a mi habitación, por lo que me hice la dormida rápidamente. La puerta se abrió y Dean se acercó a mi. Se sentó en lis pies de mi cama y estuvo observándome minutos, sin pronunciar una palabra.
-No dejaré que nadie te vuelva a hacer daño, Danny.

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Serendipia
Roman d'amour"Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta." © Todos los derechos reservados