Sexo-Sentido.

Raul Número Dos

Eran algo así como las ocho y seis de la tarde. Todo tranquilo, cuando recibo un mensaje de alguien a quién lo llamaremos "Raul2", bueno así es como lo tenía guardado en mis contactos en ese entonces.

«Annhís... ¿Sabes?, quizá es un poco tarde pero necesito decirte algo, ¿te parece si nos juntamos en media hora en el parque?-

-Enviado a las 8:19-
-recibido a las 8:21-

«Esta bien.»
-Enviado a las 8:22-
-recibido a las 8:22-

«Gracias, voy saliendo.»

-Enviado a las 8:25-
-Visto a las 8:27-

No quise preguntar que demonios quería decirme y sin cuestionarme tanto la situación solo asistí. Decidí vestirme de una forma comprometedora ya que le había estado provocando hace unas tres semanas aproximadamente.
"Raul2", no era una persona a la cual se le podría decir "agraciada", pero tampoco era tan horrible. Para mi no era importante eso , lo que yo quería de ahí es esa cosa hermosa ubicada en medio de aquellas piernas tan tersas y suaves al mismo tiempo que pareciese haber colgado un cartel entre ellas diciendo "Pruébame" y creo que no sería capaz de despreciar aquella oportunidad, algo bueno sentía que estaba pasando ahí ...

Cuando llegue al encuentro estaba el sentado en la banqueta con una flor.

-Hola...(sonríe mientras besa mi mejilla.)

-wow!, ¿que tal?. Oh gracias! (Recibí aquella flor mientras lo miraba con cara de "Esta bien".)

-Mucho mejor ahora que llegaste jaja, como de costumbre tarde.

-Ah, sí jajaja lo siento, pero no acostumbro hacer este tipo de cosas sin previo aviso...

-Tienes razón, disculpa mi imprudencia y prometo que no ocurrirá otra vez, pero la verdad es que no quería seguir esperando.

-No te preocupes, esta bien. Bueno ahora dime, ¿Para que me pediste venir?

-Tengo una sorpresa para ti, pero creo que tendrás que acompañarme.

-Mh, ¿y adonde?

-Ya verás cariño, ya verás.

Nos dirigimos hacia su casa y al entrar
me llevo una gran sorpresa. Este tipo había pegado en la pared una gran cartulina adornada con corazones y cosas raras pidiéndome una oportunidad. La verdad es que yo no estaba interesada en él de esa forma y bueno... Decidí ponerlo a prueba. Le respondí que si quería mi respuesta tendría que convenserme.

Tomo mi mano y luego me llevo hasta su cuarto. Mientras me conversaba de alguna cosa a la que no pude ponerle atención yo no podía sacar mi vista de su cuerpo, lo miraba tan detalladamente que sentía que podía desvestirle con la mirada y cada vez que miraba su bulto mis pezones se ponían duros cada vez un poco más al imaginarme su pene entrando y saliendo mientras yo estimulaba mi clítoris con mis largos y finos dedos... De pronto muerdo mi labio y mi mirada estaba apuntando hacia su miembro sin querer; un silencio se adueño de la habitación...