Raul Número Dos II

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-"wow!, ¿pero que paso?..."

Y sin responder nada solo reaccioné a acercarme lento mientras lo miraba fijamente a los ojos. Puse mi mano en su mejilla y lo besé de la manera más candente que podrías imaginar; cerré aquel beso mordiendo su labio y me aleje unos pocos centímetros mirándole con deseo.
Me empujo hacia su pared y comenzó a besar mi boca, tenía mis brazos arriba aprisionados con su mano mientras que con la otra recorría parte de mi cuerpo. Comenzó a desviar sus labios hacia mi cuello mientras quitaba mi blusa tirándola hacia el suelo, luego con sus dos manos acariciaba mis pechos jugueteando con mis pezones, besándolos y mordiendolos de una manera tan deliciosa que no podía evitar gemir. En ese entonces se detuvo y comenzó a besar la parte baja de mis pechos dando pequeños mordiscos que recorrían insaciables hasta llegar a toda la parte de la zona abdominal.
Desabrocho aquel botón y bajo mi pantalón mientras que al subir besaba mis piernas y muslos, jugando de una forma tan placentera que no podría explicar; me tomó en sus brazos y me tiro contra su cama con una brutalidad que me prendió aún más, abrió mis piernas mientras bajaba su cabeza lentamente y comenzó a lamer mi clítoris con la punta de su lengua suavemente y recorriendo cada lugar de mi vagina.

-"¿Quieres ver que más puedo hacer para convencerte...?"

Empezó a lamer con más ganas aún y sin darme cuenta introdujo su dedo en mi. Yo acariciaba mis senos con toda mi mano mientras mis ojos se desorbitaban pidiendo más y más y más. Lo detuve y le dije que se recostara, lo bese y quite su polera.
Recorrí su cuerpo con mis labios y mi lengua hasta terminar en su pelvis, con mirar su cara pude notar que él deseaba tanto que bajase y con un empujón que provenía de su mano dándome a entender que  no quería esperar más para que yo le hiciera lo mismo, abrí su pantalón y al bajarlo su pene estaba tan duro que golpeó mi cara. Lo escupí y luego baje hasta sus testículos mordisqueandolos  con mis labios y lamiendo hasta llegar a la punta en donde hice vibrar mi lengua, agarro mi cabeza y metió su pene entero dentro de mi boca prácticamente casi obligada ya que él no quería soltarme. Su pene era tan grande que no me dejaba respirar y aún con el miembro dentro moví mi cabeza hacia ambos lados.
Pude notar que él ya no podía más de tanto placer Asi que decidí alargar un poco más la situación...

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