1. Porque Solace es un maldito pesado.

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Cabello rubio dorado que resplandecía todo el día y toda la noche; ojos azules que tenían esa luz especial, serena y divertida, que hacían que se viera guapísimo; piel blanca y lisa, casi perfecta; sonrisa hermosa, grande y sincera, que brillaba cuando el sol le daba en la cara. Era tan apuesto que hacía desmayar a cualquiera. Ese era Will Solace.

O, al menos, ese era Will Solace para Nico Di Angelo.

Este estaba en una de las camillas de la enfermería del Campamento Mestizo, bajo mil mantas (tal vez era una exageración, pero así se sentía), mientras comía cantidades enormes de verduras y cosas saludables (que no le gustaban nada). Will no le quitaba el ojo de encima.

- ¿Vas a comer, sí o no? - le preguntó el hijo de Apolo por enésima vez en la hora que llevaban ahí.

- Ya vamos... ¿cuánto, cinco días aquí? - resopló Nico, revolviendo la comida en el plato, sin ganas de seguir probando esa asquerosidad - Quiero irme a mi cabaña, Solace. No estoy tan mal como el primer día.

Will se frotó el puente de la nariz con dos dedos y suspiró, claramente cansado.

- Mira, Chico Muerte, tu aspecto es casi el mismo desde ese día en el que te vi en la frontera del campamento. Ni siquiera has recuperado el color del todo, así que te quedan, mínimo, otras dos semanas aquí encerrado. Solo bastaría ponerte un espejo delante y que veas tu reflejo para que te des cuenta de lo que digo.

Nico frunció el ceño, malhumorado y bastante molesto con el hijo de Apolo.

- Te he dicho que no me llames Chico Muerte. - el hijo de Hades lo fulminó con la mirada - Y te aseguro que me siento perfectamente bien. Puedo irme mañana mismo si quiero, y tú no me vas a detener.

Sus ojos pelearon en una batalla campal por unos segundos. Los dos apartaron la mirada a la vez (Nico un poco sonrojado), disgustados.

- ¿Y quién dice que no puedo, Di Angelo? Estás que te mueres, literalmente. Si con suerte logras levantarte, no podrías ni dar un paso o invocar un huesito sin caer desmayado o muerto. Ya te dije que puedo evitar que te vayas, y eso voy a hacer si lo intentas. - se obstinó Will, levantándose hasta ponerse frente a Nico, como desafiándolo a que lo contradiga.

El hijo Hades bajó la mirada, incapaz de verlo a los ojos sin perderse en ellos. ¿Qué, por el reino de su padre, le estaba ocurriendo?

La rabia contenida que se acumulaba en su pecho por estar condenado al encierro en la enfermería, sin embargo, explotó cuando Will le dijo eso. Así que, reuniendo todas sus fuerzas, se concentró todo lo que pudo y, un segundo después, el suelo se abrió un poco y del hueco brotó un esqueleto entero, pero inanimado.

Eso, definitivamente, agotó la poca fuerza que le quedaba. Tambaleándose, se fue de espaldas y cayó echado. Antes de perder la consciencia del todo, vio como Will se quedaba mirándolo, petrificado, antes de empezar a gritar y maldecir en griego antiguo.

Luego, todo se volvió blanco.

***

¡Hola!

Soy nueva en esto de escribir fanfics, y como este es el primero que publico, tenía que ser, obviamente, un Solangelo.

Amo las sagas de Rick Riordan con todo el corazón y Will y Nico son mi OTP después de Percabeth. Los amo; son hermosos.

Bueno, si alguien lee esto, espero que les guste esta primera parte, que ahora publico la segunda (son como cinco o seis en total). ¿Votan y comentan, please?

» Extreme Fangirl <3

Por mil y una cosas. »SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora